Transporte: a un año del fin de la Emergencia el sistema rosarino sigue cosechando críticas
Sumadas a las quejas de usuarios y usuarias, el último informe del Observatorio, que midió durante 24 horas seguidas el funcionamiento de las líneas de colectivos en distintos puntos de Rosario, concluyó en que casi la mitad del sistema de colectivos “se deterioró respecto de hace dos años”.
Transporte: a un año del fin de la Emergencia el sistema rosarino sigue cosechando críticas
En diciembre se cumple un año desde que dejó de regir la Emergencia en el Transporte en la ciudad de Rosario y, pese a que se intentó mejorar el servicio con más unidades y devolviendo recorridos y frecuencias tal y como estaba previo a la pandemia, el saldo sigue siendo “negativo” tanto para los referentes del Observatorio Social del Transporte (OST) como para usuarios y usuarias de la ciudad.
Es que todavía no se alcanzó la mejora esperada. Sigue habiendo menos unidades y frecuencias que hace cuatro años, los cortes de boleto no se normalizaron, las inversiones siguen siendo insuficientes, los recorridos siguen cosechando críticas por vecinos y vecinas y los servicios nocturnos están muy deteriorados.
Para el referente del OST, Mariano Romero, “el balance es claramente negativo”, puntualizó a El Litoral. Resulta que “estamos con una deuda pendiente aún peor de la que teníamos previo a la pandemia. en la actualidad hay un 45% de las líneas que tienen una frecuencia menor que en 2019”.
Según un informe, casi la mitad del sistema de colectivos “se deterioró respecto de hace dos años”.
“Si a esto le sumamos que el 47% de las líneas interrumpen su recorrido durante la noche y que prácticamente la totalidad de las líneas que atraviesan los barrios populares recortan su recorrido durante la nocturnidad, estamos ante una situación que es crítica”.
El último informe del Observatorio, que midió durante 24 horas seguidas el funcionamiento de las líneas de colectivos en distintos puntos de Rosario, concluyó en que casi la mitad del sistema de colectivos “se deterioró respecto de hace dos años”, y que la misma proporción “queda inactiva durante la noche y no brinda servicio”.
La medición se realizó entre las 16 del martes 15 y misma hora del miércoles 16 de agosto, con una toma de frecuencias en las intersecciones de las calles Santa Fe y Laprida, y de Corrientes y San Juan, relevando un total de 39 líneas del Transporte Urbano de Pasajeros, que equivalen al 74% del total de las líneas del sistema.
Romero agrega que hay menos pasajeros y es “entendible”, porque “si tenemos menos frecuencia, si durante la noche se interrumpen los servicios, y si además no hay previsibilidad a la hora de tomar el servicio porque no funcionan los GPS de las unidades o funcionan muy mal, lo más probable que la cantidad de pasajeros se reduzcan a su mínima expresión”.
En comparación con 2019, “ahora tenemos un 50% menos de personas tomando el colectivo y tenemos que tener en cuenta también que hay 5 líneas que permanecen interrumpidos sus recorridos", remarcaron.
En comparación con 2019, “ahora tenemos un 50% menos de personas tomando el colectivo y tenemos que tener en cuenta también que hay 5 líneas que permanecen interrumpidos sus recorridos y nunca más se retomaron con el Ronda del Centro, que vinculaba barrios entre sí y otros que sigue con recorridos fusionados”, aseveró.
En materia económica, según el referente del Observatorio, “esto se traduce también en menor financiamiento”. Pese al incremento de la proporción de los subsidios nacionales y provinciales dentro de la tarifa del transporte, algo que se arroja también desde los datos del Ente de la Movilidad de Rosario (EMR) que lleva al Concejo, lo que tenemos es que “cada vez hay menor personas que cortan boleto”.
“En el último informe observamos que hay casi 200 servicios que no cumplen con el pliego porque no fueron adaptadas para personas con movilidad reducida y, en algunas líneas, la situación es crítica porque la totalidad de las unidades no fueron adaptadas. El saldo, por ahora, en conclusión, es negativo”, expresó Romero.
Las quejas de los usuarios y usuarias también se sienten en los distintos barrios de la ciudad que, todavía, no ven reflejado la mejora del servicio pese a que la Emergencia en el sistema terminó hace un año.
Para qué sirvió la “emergencia”
Para que el Intendente, Pablo Javkin, pudiera tener margen de maniobra durante los peores meses de la pandemia, el Concejo le aprobó la Emergencia en el Transporte. Esto le permitió barajar y dar de nuevo las licitaciones de las empresas Rosario Bus, El Cacique –que ya se fue de la ciudad por ofrecer servicio deficitario- y Movi –estatal- para rearmar el esquema a un modelo apto pandemia.
Quitar unidades de circulación, agrupar líneas para achicar recorridos, modificar paradas para rearmar circuitos, congelar aumento de boleto y presionar para recibir más subsidios de Provincia, pero fundamentalmente de Nación, obtuvo sus resultados.
El sistema se redujo, los gastos se recortaron y todo parecía fluir. La Emergencia tuvo el ok del Palacio Vasallo por un lapso de 24 meses (hasta diciembre 2022) o si se alcanzaba un nivel de demanda de pasajeros igual o superior al 90% previo al Covid.
Esquema post emergencia
Las unidades incorporadas deberán cumplir con los requisitos de accesibilidad y climatización previstos. La facultad otorgada deberá atender la calidad de servicio, el interés del usuario, la accesibilidad y la seguridad de los pasajeros.
Para el sostenimiento del sistema, el Concejo habilitó que se pueda proponer y acordar conciliaciones, transacciones, compensaciones, reconocimientos, remisiones y toda otra operación en el marco de las renegociaciones autorizadas, siempre que esta sea para el fortalecimiento del sistema y mejora de calidad para garantizar la continuidad del contrato y la prestación de un servicio conveniente para el interés público.
Otro punto a resaltar que es que se dispuso la conformación de una Comisión de Seguimiento del TUP integrada por el directorio del Ente de la Movilidad de Rosario (EMR), tres concejales a designar por el Palacio Vasallo, un representante de cada una de las empresas prestatarias del servicio y un integrante de la UTA.
Esta comisión deberá reunirse como mínimo bimestralmente disponiendo en la primera reunión un plan de trabajo y procedimientos adecuados para el seguimiento y monitoreo del proceso de reestructuración del sistema en el marco de la post pandemia.
Contará con facultades para solicitar información que se considere pertinente, proponer medidas y acciones, evaluar condiciones macro y microeconómicas que afecten al sistema, considerar la renegociación contractual y en general coadyuvar con la Autoridad de aplicación en el proceso iniciado.
El municipio, finalmente, deberá presentar un nuevo plan de incorporación de unidades y mejoras del servicio para alcanzar la flota operativa disponible en octubre de 2019. Este plan se presentará semestralmente a la Comisión de Seguimiento del TUP.