Separaron del cargo a un sacerdote por denuncias en su contra en Coronda
Una situación complicada y escandalosa a priori tuvo lugar en el marco de la Iglesia corondina, ya que primero por algunos comentarios, luego por una denuncia formal y escrita y posteriormente por varios testimonios recibidos por el Párroco local, un sacerdote que oficiaba de vicario y que estuvo en Coronda hasta 2022 fue separado de su labor apostólica por el mismísimo Arzobispo de Santa Fe.
Un sacerdote que cumplía funciones en Coronda fue separado provisoriamente de su actividad apostólica por mandato del Arzobispo de Santa Fe, Mons. Sergio Fenoy, mientras se investiga una denuncia escrita hecha por una mujer mayor de edad y varios testimonios orales de otras mujeres, en su contra.
En primer término, valga aclarar que en un comunicado que la autoridad católica emitió el jueves 20 de este mes a los párrocos de la arquidiócesis de Santa Fe, hace saber que “el Señor Arzobispo desea comunicar que en el día de ayer ha decidido prohibir el ejercicio de cualquier oficio en esta arquidiócesis al Sr. Pbro. G.R., indicándole como lugar de residencia el domicilio de su familia, mientras se lleva adelante la correspondiente investigación preliminar según lo establecido en el canon 1717”, menciona la nota firmada por el Vice Canciller Pbro. Salvador Zinicola.
Tengamos en cuenta que el canon 1717 estipula en el Artículo 1 sobre la investigación previa que “siempre que el Ordinario –clérigo- tenga noticia, al menos verosímil, de un delito, debe investigar con cautela, personalmente o por medio de una persona idónea, sobre los hechos y sus circunstancias así como sobre la imputabilidad, a no ser que esta investigación parezca del todo superflua”. Salvando las distancias, es como un sumario administrativo en un empleo público, rayano con el pase a disponibilidad.
“Venimos sufriendo mucho”
La confirmación de que algo anormal pudo haber pasado en torno a la Iglesia y capillas de esta cabecera departamental, la dio el mismísimo Cura Párroco, autoridad máxima de la Parroquia San Jerónimo, el Presb. Sergio Javier Capoccetti.
En declaraciones a Veo Coronda, el sacerdote explicó que “nosotros recibimos ese comunicado el jueves, era para los sacerdotes” porque “es algo serio, esto lo venimos sintiendo, sufriendo mucho desde octubre aquí en la parroquia, especialmente yo, porque como sacerdote a estas cosas uno las tiene que llevar a los ámbitos que corresponde”. Luego prosiguió: “Cuando me llegó el primer comentario, que no fue denuncia, sino comentario, me dijeron tal y cual cosa, me comuniqué con el obispo para ver qué pasos daba. Nunca me pasó esto con un vicario y con estas características. El obispo habló con él”.
Un testimonio firmado
Al respecto, Capoccetti agregó entonces que “sin embargo, luego sí surgió una denuncia similar a aquel comentario, pero escrita, firmada y se le hizo entonces un procedimiento con una amonestación canónica, al vicario” por lo que, como consecuencia “a principios de diciembre lo retiraron de aquí, lo obligaron a estar en la casa por dos meses, aunque ya le habían dado un destino. Pero –continuó el párroco de Coronda- cuando se fue de acá empezaron a venir otras mujeres a dialogar conmigo”.
En concreto, aquella denuncia –que no es por algo ocurrido ahora, sino entre seis y siete meses atrás- tendría referencia a supuestos mensajes por whatsapp “fuera de lugar” y al parecer “subidos de tono”, dirigidos a una mujer mayor de edad de más de 35 años, con conexión por estar dentro del círculo social de la parroquia, además no correspondientes y muy lejanos a la investidura de un sacerdote y rayanos en el acoso telefónico, como mínimo…
Una pintada que apareció en la casa parroquial el pasado 16 de diciembre y ahora surge una conexión posible.
Sobre el contenido de las charlas, Capoccetti refirió que “ninguna se animó a hacer la firma. La denuncia verbal la hicieron hablando conmigo, se las tuvo en cuenta, cada denuncia la tuve que informar al Arzobispado. Con lo que me habían dicho y mostrado ellas, no era un secreto sacramental, ellas me pedían que no diga quiénes daban el testimonio así que informé con las iniciales de las personas, se tomaron igualmente esas denuncias, que yo las hice como informe, porque yo no iba a guardar el secreto en el sentido de protegerlo a él”.
Luego, el presbítero aclaró que “tampoco me voy a llevar por lo que digan en la calle. Nosotros tenemos la justicia canónica. Ahí va la denuncia pero es mi informe, para alertar que estaba eso, que había que investigar, pero lo que sí hace falta” en estos casos “es la denuncia firmada”.
El protocolo
El padre Capoccetti contó cómo se actúa en estos casos: “Existe una comisión para estudiar las posibles faltas o delitos, con dos curas, un psiquiatra y un psicólogo” pero volvió a aclarar que “cuando es un problema de una mujer acosada o algo por el estilo, ellos toman la denuncia; puede servir el informe del sacerdote cuando la persona no se quiere exponer pero tengo que informar nombre y DNI y todo lo demás, pero si van con ellos, están capacitados para eso, cuando pasa algo con un cura, no quieren denunciar, pero se arma eso de que todos son iguales y eso lo sufrimos…”.
El sacerdote además aclaró que “hasta donde las personas, las mujeres que son señoras o señoritas de más de 35 años, son todas por supuesto acoso, y sobre todo telefónico. Yo no soy juez pero es así hasta donde yo sé, yo no quiero estar en el medio como un cómplice silencioso, por eso estas cosas se sanan con la Justicia aunque sea dura, la justicia canónica, si hay denuncia en lo legal, cada uno sabe, acá hay comisaría de la mujer y pueden ir tranquilamente a que les tomen la denuncia” disparó el cura.
Rebote en redes sociales
A partir del conocimiento en la opinión pública del tema, hubo voces a favor y otras en contra. Ha habido discusiones y pareceres muy disímiles incluso entre dirigentes de entidades parroquiales. Aparecieron también personas que dieron a conocer ciertos contenidos o capturas en Facebook parecidos a lo que hay en la acusación interpuesta hasta aquí, pero no formalizaron –al menos por ahora- ninguna denuncia canónica ni policial.
De hecho, el sacerdote de marras se fue por la puerta grande, cumplió funciones entre 2021 y 2022 y fue despedido incluso con una serie de agasajos el 15 de diciembre del año pasado y se le atribuyó el hecho de haber introducido más asiduamente las misas de sanación, mejoras en merenderos, aparición de los boys scouts, mayor participación de las instituciones internas de la Iglesia, más trabajo con los enfermos, la creación de círculos bíblicos, la concreción de misiones por internet entre otras cosas. Pero una cosa no necesariamente quita a la otra…
De todos modos, y en cuanto a las actuaciones del Arzobispado “ya se comenzó el proceso, se tomó la denuncia escrita, en relación a las de aquí, esta vez se lo suspende, no puede ejercer como sacerdote en ningún momento, consideran que la denuncia es fuerte. En un caso anterior con una denuncia no lo habían suspendido, estaba en la casa pero iba y ayudaba en capillas y parroquias, él puede andar por dónde quiere pero se le suspende toda acción eclesiástica” finalizó Capoccetti.
Incluso ahora surge una conexión posible con una pintada que apareció en la casa parroquial el pasado 16 de diciembre, curiosamente el día después de que ese cura se fuera de Coronda y que al parecer habría acusado de una situación deshonrosa a ese sacerdote.
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