Santiago Balagué
Comenzaron en 2018 con un evento para mil personas y tuvieron un crecimiento exponencial en estos pocos años, llegando a congregar más de 10 mil personas. Llevan 9 organizadas y van por la décima, ¿antes de fin de año?
Santiago Balagué
La Santa Cumbia llegó y cambió la dinámica y la estética de los eventos que se venían desarrollando en la ciudad. A tal punto que en un par de años se instaló como una verdadera fiesta popular, prácticamente un ritual, que reúne a miles de personas para bailar, divertirse y pasar una noche a todo ritmo. Comenzaron en el 2018 y organizaron 9 encuentros, número que se hubiera incrementado de no ser por la pandemia por Covid-19. Hoy, con mayores habilitaciones ya se encuentran preparando la número 10 que seguramente será con protocolos, pero con la alegría del reencuentro.
En diálogo con El Litoral, miembros del grupo organizador, Rafael Sevilla y Gerardo Felchen, recordaron que la “Santa Cumbia nace, como toda buena idea, de una charla entre amigos con un poco de alcohol de por medio”. En aquel momento, principios del 2018, todas las fiestas eran en bares, pubs o boliches y con la música de moda.
Justamente en uno de los “bares de la ciudad se nos ocurrió inventar una fiesta distinta, en un lugar nuevo, con más gente, con las cumbias ‘de siempre’, con precios amigables y sin patovicas que no te dejen entrar”. Así nace, entre amigos, tratando de llevar a una escala mayor (y a otro formato) lo que también venían haciendo en los eventos organizados en el Restó del Galpón. “Definitivamente en ese momento ni vislumbrábamos el crecimiento exponencial de la fiesta. Recordemos que arrancamos en el gimnasio de una escuela para 1000 personas, cosa que en ese momento parecía un delirio; era un delirio”, recuerda Sevilla.
Sin duda la fiesta nace de una necesidad que tenía Venado Tuerto, una de las ciudades más importantes de la provincia y que funciona como epicentro para una región muy grande, de contar con una fiesta popular y masiva. “Una ciudad en crecimiento, empieza a demandar -muchas veces en silencio- novedades, nuevos espacios de goce. Y Venado no tenía una fiesta identitaria, una celebración que toda la ciudad sintiera propia, entonces, la Santa Cumbia ingresa ahí como un acontecimiento que logra transformarse en un ritual venadense”, señaló Felchen.
Romper prejuicios
“Teníamos ganas de fiesta y la cumbia es un género que convoca a eso pero de forma transversal, intergeneracional. Queríamos hacer una fiesta que invite a todo el mundo, que nadie se sintiera fuera y creíamos que las cumbias ‘de siempre’ podían lograr eso”, precisó Sevilla.
Este proceso se da al mismo tiempo que a nivel nacional, donde los géneros que antes estaban marginados pasan a ser disfrutados por todos los sectores sociales. Los eventos de cumbia en el Centro Cultural Konex de Buenos Aires o Pablo Lescano tocando en el Loolapalloza dan cuenta de eso. “Supimos ir en busca de nuestros deseos: armar una fiesta donde se baile la música con la que nosotros celebramos en los asados”, resaltaron.
“Buscábamos hacer algo distinto y para eso teníamos que generar alguna disrupción. Y en eso el género también era importante, pero se dio de manera natural, sin tanto razonamiento. Queríamos, en definitiva, hacer una fiesta a la que nosotros nos gustaría asistir y en eso la cumbia también era clave”, enfatizaron.
La décima fiesta
A través de las redes sociales, los organizadores empezaron a agitar con la décima fiesta que, el objetivo es poder realizarla antes de fin de año. Son miles las personas que las esperan y se ilusionan con que ese día llegue para volver a ser parte del ritual “santacumbiero”.
“Estamos viendo qué sucede en términos de restricciones sanitarias pero todo indicaría que se viene un regreso y que va a ser pronto. La Santa Cumbia se organiza al aire libre en predios inmensos así que podría funcionar tranquilamente con aforos, no sabemos si con burbujas, porque la cumbia es para bailar en pareja o en grupo, abrazarse y brindar mucho”, adelantaron.
Camino recorrido
Pero para llegar a este momento hubo un camino previo. “Comenzamos con una fiesta chiquita, un escenario municipal y una bandera pintada a mano. Sin embargo, en ese momento, que fue sólo hace dos o tres años, no existían en Venado Tuerto eventos que con facilidad juntaran cientos de personas”, plantea Felchen. Y agregan: “El crecimiento exponencial de la fiesta se da, creemos, por varios factores. Por la ausencia de un evento de esas características, también por azar, pero sobretodo porque fue y es un evento que no tiene cómo única idea recaudar, sino por el contrario invertir en la fiesta en términos estéticos, de diseño, de bandas, de crecimiento y eso el público lo notó (lo nota), lo disfrutó y eso permitió que se lo adueñe. Empezamos a construir en términos comunicacionales lo que en la realidad iba sucediendo: cada fiesta era cada vez más grande, más linda y de todos”.
Una de las características de esta fiesta es la presencia de bandas más diversas de la cumbia a nivel nacional (Los Palmeras, Los Charros, Antonio Ríos, Mala Fama, etc) pero también siempre alguien local o regional (La Esencia, Los Peñaloza, Girda y los del Alba, La Sasasa, etc).
Consultados sobre qué bandas les gustaría traer, respondieron: “Hay algunas obvias en el tintero que vamos a evitar nombrar para no generar expectativas que muchas veces no dependen de nosotros para la concreción. Así que podemos pensar otras, como Los Ángeles Azules, que hoy están en un nivel altísimo y revitalizando el género. Obviamente hoy es prácticamente imposible porque sus giras son principalmente por Centroamérica, pero nunca se sabe. El día que estén en la Santa Cumbia será cuando la fiesta de el paso de Festival nacional a internacional”.