Pablo Rodríguez
Pablo Rodríguez
La estudiante de arqueología venadense, Florencia Nicolari (28), acaba de ser nombrada como miembro del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, con sede en Madrid, España, luego de la exitosa campaña realizada en la “tierra de los faraones”. Es que allí, precisamente en Luxor, antigua Tebas, se descubrieron 40 momias y la santafesina fue parte de ese hecho histórico.
Actualmente, Nicolari es la única argentina que integra la prestigiosa institución, por lo cual tiene las puertas abiertas para volver a Egipto. De hecho, el proyecto Visir Amen-Hotep Huy vuelve a fines de 2019 a desarrollarse y la oriunda de Venado Tuerto ya tiene un pie en el avión para continuar capacitándose.
La joven estuvo rodeada de un nutrido grupo multidisciplinar, entre el que abundaban profesionales sub 30, en su mayoría de España. También hubo una trabajadora colombiana, por lo cual eran sólo dos las latinas en Egipto para esta tarea.
En diálogo con El Litoral, contó que las jornadas comenzaban con mucho frío, a las 6, y culminaban con el calor de Oriente Medio, a las 16. Trabajaban con barbijos dentro de las tumbas y salían cada cierto período determinado de tiempo a respirar oxígeno. Estuvo dirigida por los doctores Francisco Martín Valentín y Teresa Bedman.
Florencia, que se autodefine como una apasionada de la egiptología, asegura que fue una experiencia espectacular y enriquecedora en lo profesional. “Aprendí muchísimo. Trabajar allá fue increíble. Y visitar todos los monumentos que se ven en documentales o internet fue alucinante”, reconoció.
La tumba que “pisó” la venadense data de la época del Imperio Nuevo, alrededor del año 1350 antes de Cristo. Durante los primeros años se excavó en la capilla y en 2013 comenzaron los trabajos en el patio al aire libre.
Además de hallar mucho más material que en un yacimiento peninsular, la tumba del visir del faraón Amen-Hotep posibilitó el descubrimiento de material relacionado con el culto funerario, muy relevante en Egipto.
Miles de años antes de Cristo
El lugar posee una altísima importancia arqueológica, artística e histórica, por ser del mismo período de la Tumba Tebana N° 192 de Jeruef, Senaa, perteneciendo al reinado de Amen-Hotep III (Imperio Nuevo, hacia 1360-1353 a.C.). Más específicamente al lapso de tiempo transcurrido entre los años 28 al 36 del soberano, el cual constituye uno de los momentos más agitados e interesantes del Imperio Nuevo egipcio.
Hoy existe un gran vacío en el conocimiento y documentación de los acontecimientos históricos de aquel período, porque fue especialmente turbulento. Lo que no fue destruido o quedó inacabado por la actuación de los partidarios de la nueva religión atoniana, sería posteriormente objeto de una nueva destrucción selectiva en época de los reyes de la dinastía XIX.
El período de cinco a seis años durante los que el rey Amen-Hotep IV (Aj-en-Aton) tuvo su residencia en Tebas, antes de trasladarse al Amarna, para fundar la nueva ciudad de Ajet-Aton, está hoy en la más completa oscuridad para el mundo de la egiptología. El esclarecimiento de la misteriosa personalidad del Visir Amen-Hotep Huy, el presunto dueño de la ATT N° 28 de Asasif, a partir de los nuevos hallazgos que se realicen, podría ser de relevante importancia en orden a tratar de completar este escenario de gran vacío histórico, absolutamente trascendente para la correcta comprensión de los acontecimientos que dieron lugar al final de la dinastía XVIII y al nacimiento de la XIX.
Aprendí muchísimo. Trabajar allá fue increíble. Y visitar todos los monumentos que se ven en documentales o internet fue alucinante”. Florencia Nicolari. Est. de Arqueología