Actualmente hace guardias en el Hospital SAMIC Iguazú, aportando sus conocimientos en el área de clínica médica e internación, respectivamente.
Actualmente hace guardias en el Hospital SAMIC Iguazú, aportando sus conocimientos en el área de clínica médica e internación, respectivamente.
La mujer es nacida en la localidad de Elortondo, criada en Santa Fe capital y formada en los pasillos de la Universidad Nacional de Rosario, donde hizo parte de su residencia para después continuarla en los pasillos del Hospital Cullen. En los 90 consiguió trabajo en la “tierra colorada” y hacia allá partió. Recién a fines del 2019 le llegó la posibilidad de volcarse a la vida “pasiva”, pero no quiso saber nada con volver a su casa mientras la pandemia de COVID-19 sobrevuele Argentina. “Me llamaron, me preguntaron si quería continuar y acá estoy. Mi familia está orgullosa de mi decisión y me acompañan”, contó en exclusiva a El Litoral.
Radicada desde hace 30 años en Puerto Iguazú (Misiones), fue reconocida en el Mes de la Mujer por ese municipio, por sus años de servicio y por este enorme gesto de continuar trabajando para darle pelea al coronavirus. Por eso en el marco del Mes de la Mujer, la doctora Abelló fue distinguida junto a otras mujeres de esa ciudad fronteriza. El homenaje fue porque se destacaron en la comunidad ya sea por su trayectoria, trabajo y lucha bajo el lema “Mujeres Líderes por un Futuro Igualitario en el Mundo del COVID-19”, consigna de la ONU en este 2021 para esta fecha tan especial.
“Y no soy la única. Tengo un compañero de trabajo que está encargado de realizar diálisis que se jubiló en la misma época que yo y no dejó de trabajar. Y una colega anotomopatóloga que presta servicio en otro lugar de Iguazú que optó por lo mismo”, remarcó, al tiempo que agregó que también se contagió de COVID-19, se recuperó, se vacunó y continuó yendo al hospital. “Entiendo que soy una persona de riesgo por mi edad y no por comorbilidades”, amplió.
Si bien aclara que en esa provincia no es obligatorio dejar de trabajar una vez que se alcanzó la edad jubilatoria, Abelló tuvo que recibir previamente asistencia legal. “El problema que tenemos es que faltan muchos médicos y hay poco recurso humano. Así que hice una autorización ante escribano público para que me permitan continuar en actividad y seguir en el hospital a pesar de estar jubilada. Ellos son quienes me pagan, ya no el Ministerio de Salud”, aclaró.
Abelló admite que la situación en esa provincia es por estos días compleja en relación a la pandemia por el peligro que supone la frontera de esa provincia con Paraguay y Brasil. El desafío de nuestro país es evitar el colapso del sistema sanitario e impedir que ingresen las nuevas cepas del virus, en especial las conocidas como “Manaos” y la “Río de Janeiro”, que ya circulan por el Mercosur.
Según consigna La Nación en su edición del 25 de marzo, la frontera de 2800 kilómetros que separan a la Argentina de Paraguay y Brasil es el lugar por donde puede infiltrarse el desastre sanitario que haga retroceder a nuestro país de fase. Se trata del límite más “poroso” del país, con muchas localidades que viven del comercio e intercambio fronterizo.