Por Patricio Dobal
La tecnología se aplica en otros lugares del mundo pero hasta ahora no hay experiencias comerciales. El equipo recibió un fondeo estratégico de la Provincia para avanzar en la iniciativa.
Por Patricio Dobal
La Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación (Asactei) acaba de adjudicar a un grupo de profesionales santafesinas un fondeo estratégico que servirá para desarrollar un modelo escalable, el cual posibilitará tratar agua con plasma no térmico y transformar así el líquido en un fungicida ecológico, alternativa verde a los curasemillas de origen químico.
El proceso de experimentación lleva la firma del Grupo de Descargas Eléctricas que opera en la Facultad Regional Venado Tuerto de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). El equipo fue pionero en el país en la creación de un tratamiento directo de semillas con plasma no térmico operando en alianza con empresas de la talla de Basf, Rizobacter e Y-Tec, la división tecnológica de la estatal YPF. Ahora el plan es procesar agua activada para poder envasarla y emplearla lejos del lugar de elaboración.
“Los tratamientos de cultivos y semillas con agua activada sobre los que queremos trabajar son una derivación de los tratamientos directos con plasma que hemos venido haciendo en los últimos años, pero con una serie de ventajas, entre las que está la posibilidad de operar con grandes volúmenes de productos biológicos con estructuras superficiales complejas, la generación del producto fuera del lugar de aplicación y su posterior almacenaje con potencial de utilización durante un período de varios días”, explicó a este medio la biotecnóloga Brenda Fina, directora del proyecto en cuestión, quien integra el Grupo de Descargas Eléctricas de la UTN.
El plan es emplear el expertise y las alianzas que ha venido desarrollando el grupo para el nuevo desarrollo. Por caso, en vinculación con la cátedra de Bioquímica de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en Venado Tuerto se diseñó y construyó un prototipo de reactor de plasma de 100 kilos por hora, que ha sido validado a campo con semillas de soja en diferentes bioclimas y ahí es donde se trabajó junto con las grandes firmas agropecuarias.
“Con el conocimiento que tenemos en la espalda, el propósito es iniciar la fabricación de un prototipo para procesar en principio de 5 a 10 litros de agua por minuto para luego pensar en un mayor escalado. Tenemos un año de trabajo”, planteó Fina, que es egresada de la Universidad Nacional de Rosario y que tras finalizar sus estudios en la Cuna de la Bandera no dudó en regresar a su Venado Tuerto natal.
El desarrollo en cuestión va más allá de la gestación de un fungicida ecológico. Es que la posibilidad de manejar agua activada posibilita purificarla para, incluso, el consumo humano.
“Si bien el proyecto apunta a tener agua activada para el tratamiento de semillas y cultivos, la experimentación también puede servir para purificar agua para otros usos. Dentro de los nuevos procesos de oxidación avanzada para la destrucción de compuestos orgánicos, la tecnología para la purificación de aguas basada en plasmas, se ha transformado en los últimos años en un método promisorio”, indicó.
El fondeo de la Asactei es de $ 1,8 M y requiere también un desembolso equivalente de parte de la UTN. “El desafío es grande. El aumento de los contaminantes orgánicos en el agua representa un conflicto a escala global debido a los severos problemas ocasionados en el medio ambiente y en la salud humana. Si hablamos de contaminantes, hablamos de variedad de especies tales como desechos farmacéuticos, domésticos, industriales, compuestos orgánicos volátiles (como las emisiones de los motores de combustión interna), agrícolas (como los agroquímicos y pesticidas). En muchos casos no pueden ser removidos a través de técnicas convencionales, filtración a través de membranas de ósmosis inversa seguido por desinfección, es ahí donde llegamos nosotros. Tenemos mucho trabajo por delante”, expresó Fina.