Misterio, intriga, enigma. Son tres palabras que bien pueden describir lo que sucede en Zenón Pereyra, en el oeste de la provincia de Santa Fe, con su pasado ligado a la masonería.
Debieron pasar más de 100 años para que la comuna del departamento Castellanos descubra que en sus inicios tuvo una importante influencia de esta enigmática fraternidad. El Litoral recorrió el lugar y habló con la coordinadora del museo del pueblo.
Misterio, intriga, enigma. Son tres palabras que bien pueden describir lo que sucede en Zenón Pereyra, en el oeste de la provincia de Santa Fe, con su pasado ligado a la masonería.
El Litoral visitó la localidad del Departamento Castellanos y pudo apreciar el legado de esta fraternidad que por siglos se mantuvo bajo un manto de secretos en la sociedad occidental. Una serie de inmuebles plagados de simbología que se mantuvieron escondidos en plena superficie y que en estos años los vecinos comenzaron a descubrir sus significados.
Para desasnar los primeros años del pueblo, Adriana Gieco (coordinadora del museo de la comuna) dialogó con El Litoral y contó los inicios. A fines de la década de 1890 comenzó todo el proceso para colonizar las tierras donde hoy se emplaza la localidad. “El pueblo fue fundado por Zenón Pereyra, un integrante de la elite rosarina de la época, acompañado por cuatro personalidades importantes del sur provincial. Al mismo tiempo, esas cinco personas también pertenecían a la masonería. Gente muy influyente y capacitada, y además, estaban al tanto sobre cómo se iban a desarrollar las líneas férreas”, arrancó. Hablando puntualmente del fundador, “Zenón era un masón muy importante en Rosario”, remarcó Gieco.
Sin embargo, tal como lo reconoce la historiadora, los vecinos comenzaron a descubrir el pasado masón del pueblo hace poco tiempo. “En realidad, nosotros estuvimos ajenos a este tema por más de 120 años. Convivimos con esto y nunca nos enteramos. Para la gente fue una sorpresa. Este hallazgo es fruto de una revisión histórica que hicimos. Pudimos determinar, a partir de la ayuda de actuales masones de la logia de Santa Fe, el sentido de la simbología. Entonces podemos destacar tres pilares fundamentales: por un lado los símbolos en las casas, por otro quién hizo construir la vivienda y finalmente qué rol sociopolítico y económico desarrollaba esa persona en la sociedad y la formación del pueblo”, narró Gieco. “Fueron un grupo de personas que se encargaron de fundar instituciones de la sociedad civil, como la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, integraban las sociedades de fomento, el Juzgado de Paz. Fue todo un movimiento que la da un piso de credibilidad a lo que estamos viendo”, agregó.
Cuando se le preguntó a Gieco sobre el momento en que descubrieron el pasado masón del lugar, la historiadora contó: “Todo surgió entre los años 2011 y 2012 cuando los pueblos comienzan a sumarse al programa “Turismo Rural”. Fue entonces que nos propusimos incluir a Zenón Pereyra en este plan. Llevamos las fotos de los puntos más representativos. A las imágenes las vio un arquitecto italiano especialista en la recuperación de edificios antiguos que estaba trabajando en el gobierno de la provincia y nos dijo: ‘acá había masones’. Fue un proceso de estudio bastante largo y después de un tiempo vino el gran maestre nacional, Ángel Jorge Clavero y a partir de allí comenzamos a recabar toda la información. A partir de ese momento surgió la idea de hacer un circuito histórico. Se instalaron carteles frente a las casas e instituciones. Se armó un trayecto autoguiado. Además creamos la figura de ‘anfitriones’ para que reciban a contingentes que visiten la localidad”.
Zenón tiene en pie una serie de edificaciones que lograron mantenerse originales desde la fundación del pueblo. Se trata de viviendas y otros edificios públicos que ostentan en sus paredes exteriores y frentes simbología del estirpe masón. Por ejemplo, en la casa “Francisco Zurbriggen” se pueden apreciar los siguientes símbolos, todos ellos muy representativos:
El “Pórtico de Salomón”
La regla, escuadra y compás
El "ojo que todo lo ve"
La "espada flamígera" en toda la reja al frente del edificio.
Huellas similares también se pueden observar en la fachada del edificio de la escuela “Fray Justo Santa María de Oro", que en los inicios de la localidad fue la casa de Adolfo Zurbriggen. Los símbolos identificados son:
Un mandil
Tres triángulos (representan el grado al que pertenecía el masón que allí habitaba)
El camino de Babilonia
Los tres escalones (significan los tres primeros grados de ingreso a la masonería)
Medallones
Columnas
La consulta a Gieco se imponía. ¿Hay masones en la actualidad de Zenón Pereyra?, preguntó El Litoral. La coordinadora del museo del pueblo reconoció que “no hay actividad hoy por hoy”.
“Tampoco encontramos las actas de la logia y las pertenencia de estas personas a ese grupo. Lo único que tenemos son estos ‘testigos mudos’ que son las edificaciones y cierto perfil de la gente que las hizo construir y que además tenían algún rol importante en la sociedad. Pero efectivamente que hayan pertenecido no lo sabemos, es todo un combo que nos acerca a poder pensar que esta gente eran masones. Sobre todo por la repetición de una simbología que aparece cinco, seis, siete veces que es un círculo con tres líneas, que significa un sol con tres rayos que ilumina y protege esa vivienda pero además es la condecoración del tercer grado de maestro masón, por lo tanto también podemos asumir su pertenencia a ese grupo. Eran todos inmigrantes italianos o suizos alemanes”, agregó.
Al mismo tiempo, Gieco explicó que “descendientes hay pocos, la mayoría no están acá. Los que quedaron nunca supieron que sus familiares eran masones. Sin embargo, cuando empezás a bucear en documentación encontrás firmas con tres puntos de esta gente, lo que quiere decir siempre estuvo oculto hasta para la familia misma. O lo ocultaba el entorno porque en esa época estaba mal visto porque era algo enfrentado a la iglesia y se cuidaban muchos. Han venido muchos masones activos al pueblo, como así también las logias de la zona, Santa Fe, Rafaela y Rosario a realizar el recorrido y una vez que lo terminan certifican que esto son huellas masónicas. Quedan sorprendidos por la cantidad de símbolos que hay”.
“Lo que pasó acá es que se mantuvieron las construcciones originales. Si bien se vendieron, todos mantuvieron los frentes. Es algo muy raro que se hayan tocado. Casi todo está original de la época de 1890. Se estudiaron las casas. Y se pidieron permisos a los actuales moradores para mostrar las casas. Ninguno es descendiente de los originales dueños”, describió la entrevistada.
Ya sobre el cierre de la charla, Gieco señaló que la comuna tiene como materia pendiente dictar un ordenanza para mantener las fachadas de estas viviendas. “Lo que se está haciendo es incorporar estas edificaciones al patrimonio histórico provincial, es decir se están haciendo las fichas patrimoniales. Se ha concluido con el edificio de la Sociedad Italiana; se logró la del Colegio Secundario y ahora están haciendo la ficha de la Iglesia. Pero lleva tiempo”.
Para finalizar, la historiadora comentó que la reacción de los vecinos al enterarse del pasado masón del pueblo. “El tema de la masonería primero lo tomó con algo de resistencia como todo lo nuevo y ahora es como que pasó a ser parte de la identidad del pueblo. Ya lo tomaron las escuelas, los propios alumnos hicieron trabajos y colaboraron con la señalética”, relató.