Jorge Pavia
El meteorólogo venadense, Ricardo Martín, dio datos precisos sobre una de las mayores sequías históricas de la región. Además, adelantó sobre cómo podría seguir el clima en los próximos meses.
Jorge Pavia
La región sur de Santa Fe, así como gran parte del centro de la República Argentina atraviesa una sequía histórica que repercute en los cultivos de una de las zonas más ricas del país en materia agropecuaria. Quien dio detalles a El Litoral sobre este fenómeno fue Ricardo Martín, meteorólogo de Venado Tuerto y gran conocedor del tema.
A la hora de repasar los datos de los últimos 30 años, período que normalmente se toma como base en meteorología para establecer un clima, surge que, en el período comprendido entre abril de este año hasta lo que va de agosto, estamos atravesando la mayor sequía de la que se tengan registros. Si lo trasladamos en años, este es el quinto consecutivo con lluvias por debajo de lo normal.
“Es llamativo que ya llevamos cinco años con lluvias por debajo de lo normal”, confirmó Martin, que cuenta con registros meteorológicos de muchos años, agregando que “la sequía más grande histórica fue a principios del siglo pasado, donde las escasas precipitaciones duraron 10 años”.
Dentro de este período climático, “la sequía más larga la tengo entre 1882 y 1989. Fueron ocho años con precipitaciones inferiores a las normales y luego la actual, desde 2013 a este año”, destacó el meteorólogo venadense, aclarando que “esto se da en el sur de Santa Fe y gran parte del centro del país, como Córdoba. Sin embargo, el norte de La Pampa y el centro y noroeste de Buenos Aires están pasando un período muy bueno; allí hace varios años que está lloviendo muy bien”.
El 2022, si bien comenzó con buena cantidad de precipitaciones, se convirtió rápidamente en un año que quedará en la historia por la preocupante sequía reinante.
“En lo que va del año tenemos poco más de 402 mm” reflejó Ricardo Martin, informando que “en enero llovió 90 mm; en febrero 127 mm y en marzo 137 mm; los tres primeros meses estuvieron dentro de lo normal, luego comenzó el período seco”.
Desde abril hasta lo que va de agosto, solo cayeron 46 mm y “eso es histórico, tomando los registros desde 1973. El otro período similar se dio en 2008, donde habían caído 69 mm y el otro antecedente es en 1984, pero con 139 mm (tres veces más que ahora), subrayó. Y añadió: “Si le sumáramos el posible precipitado normal para septiembre, igual no alcanzaría para revertir la situación”.
Uno de los grandes problemas de la región es que el período seco coincide con la recarga del perfil, que es la cantidad de agua que va acumulando la parte superficial del suelo, que sirve para las siembras posteriores y para el trigo, que necesita de urgentes lluvias.
Las predicciones en cuanto a la continuidad de la sequía olas posibles lluvias es aún incierto. Según comentó el meteorólogo a El Litoral, “los pronósticos internacionales que se utilizan para realizar predicciones a largo plazo están indicando que la tendencia es que siga la sequía, aunque con una intensidad de normal hacia abajo hasta octubre, que es cuando entramos en la época de las habituales lluvias estivales”.
En cuanto a las temperaturas, “la tendencia es de normal a superior, pero con diferencias escazas. Según las medias normales, en nuestra zona sabemos que en septiembre aún pueden darse temperaturas muy bajas y hasta veces, heladas, como también podemos llegar a 30°”, explicó Martin.
La historia del aficionado en meteorología venadense, Ricardo Martin, se remonta a su niñez, cuando con su padre, Francisco Martín, medían la temperatura con un termómetro y miraban un molino que indicaba la dirección del viento.
Además, el hoy orgulloso bisabuelo de 83 años de edad es el autor del primer libro en Argentina sobre meteorología elemental publicado en 2015 y recibió un Diploma de Honor de parte del Servicio Meteorológico Nacional por sus importantes aportes, “firmado por la actual directora de la entidad, que a su vez es la vicedirectora de la Organización Meteorológica mundial. Felizmente, el trabajo que hice está medianamente reconocido”, resalta con orgullo.
“El 20 de agosto de 1954 empecé a tomar datos de forma sistematizada; ya hace 68 años. Hasta 1985, estuvimos sin ningún tipo de apoyo técnico. En ese año aparecieron las calculadoras; todas las estadísticas que yo hacía hasta entonces eran a papel y lápiz. Ahora, hace alrededor de 15 años cuento con una estación automática”.