Con más de 60 años de trayectoria, la firma agroindustrial Garro Fabril es liderada desde principio de los 90 por las hijas del socio fundador Juan Garro, Analía y Mónica, y su principal cometido es la producción de sistemas de transmisión de potencia para máquinas agrícolas en su planta venadense del Parque Industrial “La Victoria”.
En diálogo con El Litoral, Analía Garro, en relación con las consecuencias de la histórica sequía, observó que “somos una empresa con fuerte presencia en varios países del exterior, aunque mayormente en Brasil, es decir que la sequía que golpeó tan duro en nuestra zona también afecta al sur brasileño, y esto repercute en las ventas, tanto en el mercado externo como en el interno, que bajaron entre un 30% y un 35%”.
Respecto a los insumos importados, subrayó que hoy están sufriendo una “escasez”, lo cual los obliga a “buscar distintas opciones en el mercado interno que implican tiempo y mayores costos, generando improductividad, incumplimiento de plazos de entrega y encarecimiento del producto, con sus consecuencias de menor rentabilidad”.
Mirá tambiénGeneral López perdió casi dos millones de toneladas de granos por la sequíaAsimismo, acerca de la cadena de pagos, la empresaria puntualizó que “se vienen registrando atrasos por culpa del fenómeno climático, pero sobre todo por la falta de previsibilidad de la política cambiaria nacional, que complica cada vez más a todos los sectores productivos”.
Más adelante, reconoció que “por el momento no se evalúan reestructuraciones”, salvo la reducción de horas extra a causa de la baja en las ventas y, obviamente, “no se están creando nuevos puestos laborales en esta coyuntura”.
En la misma línea de análisis, Analía Garro acotó que “si la actividad sigue en baja va a ser indispensable contar con créditos blandos de parte del gobierno provincial o nacional para disponer de capital de trabajo y de ese modo garantizar que las empresas puedan continuar produciendo en este escenario adverso”.
Bonetto, más inquieto por falta de insumos que por la seca
Dedicada a la fabricación de balanzas electrónicas para el agro y la ganadería (también para los rubros minero, petrolero y forestal), la empresa Balanzas Hook es una referencia en el rubro y su presidente Carlos Bonetto, ante la consulta de El Litoral, evaluó el impacto de la sequía en la comercialización de sus productos: “Nosotros tenemos varios mercados, por un lado, el interno, que es donde afecta la sequía, aunque no es tan fuerte su influencia porque hay operaciones que se pactaron meses atrás y aseguran actividad en las fábricas hasta septiembre u octubre, en algunos casos, para la entrega de maquinaria agrícola”, y acotó que hoy en su sector “la baja en las ventas es mínima”. Además, recordó que “exportamos a Uruguay, Brasil, Paraguay, Ecuador, Bolivia, Chile y Australia, y esos mercados van compensando lo que sucede dentro del país con el factor climático y facilitan la continuidad de la producción”.
Asimismo, el empresario señaló que en la cadena de pagos “no hay dificultades hasta el momento”, aunque admitió que son “preocupantes” las restricciones para el acceso a insumos y materias primas importadas. “Nosotros no somos consumidores de productos terminados del exterior -aclaró-, sino que somos consumidores de partes, las que luego se integran en el proceso productivo. Hemos tomado precauciones, con stock de reservas, pero es indispensable que esta situación se normalice cuando antes; no se trata de bienes suntuarios los que buscamos, sino antenas, pantallas y microcomponentes, por ejemplo, que requieren nuestras balanzas”.
Mirá tambiénEl dólar agro agrava la situación de los productores en emergenciaRespecto del plantel de colaboradores, Bonetto descartó cualquier riesgo de suspensiones o cesantías porque “el capital humano es una de nuestras fortalezas y siempre cuidamos al personal, aunque decaiga la actividad. Nuestra variable de ajuste no es el empleo y así lo demostramos en 2008, en los tiempos de la Resolución 125, cuando la caída de las ventas fue muy pronunciada, pero Hook no despidió ni suspendió gente”.
“Somos optimistas porque el mundo necesita alimentos y nosotros, con nuestros productos, abastecemos a los que producen esos alimentos y a los que producen insumos básicos”, sostuvo. “Confío en todo lo que el Cono Sur tiene para ofrecerle al mundo, y en el caso de Argentina contamos con todo el complejo cerealero y ganadero. Hoy estamos asistiendo a un problema mundial con la gripe aviar y en China con la peste porcina africana, y esto significa una posibilidad de apertura de mercados, tanto en carne de cerdo como en carne vacuna”.
“Hoy lo que se necesita es que nuestros gobernantes nos dejen exportar esos productos, con una buena compensación con el mercado interno. Todo eso se puede hacer, con reglas de juego claras, a través de políticas de Estado que trasciendan a los gobiernos, para producir más y mejor”, arengó. Y reforzó: “Pretendemos que nos dejen trabajar, que nos permitan importar los insumos indispensables, que nos dejen competir y que no nos pongan trabas para desarrollarnos, no pedimos mucho más que eso”.
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