Juan Chiummiento
Presentaron su informe general, documento clave en el marco del proceso concursal. Quién pone los 400 millones de dólares para reactivar la empresa, la pregunta que sigue aún sin respuesta
Juan Chiummiento
Aunque no se festejó como el día que el juez Fabián Lorenzini repuso al Directorio tras la intervención del gobierno nacional, esta semana la agroexportadora Vicentin encontró un gran motivo para celebrar. Es que la sindicatura a cargo de su convocatoria presentó un extenso escrito defendiendo la versión oficial de la empresa respecto a las razones del default. Su incorporación en el expediente supondrá un hueso duro de roer para los acreedores más duros, que vienen agitando la salida de directores y accionistas como paso previo a la reactivación.
La posición de los contadores Carlos Amut, Diego Telesco y Ernesto García acaba de incorporarse en el expediente a través de lo que se conoce como "informe general". Se trata de una instancia de gran trascendencia para el proceso concursal, en la que los síndicos vierten su opinión sobre las causas que motivaron la cesación de pagos. Si bien el expediente Vicentin es de naturaleza extraordinaria (por incorporar, por ejemplo, una auditoria forense y una veeduría), para el magistrado el informe general es de vital relevancia.
Amut, Telesco y García adjuntaron un escrito de 153 páginas (más varios anexos) donde hacen suyo el relato que la agroexportadora viene sosteniendo desde el inicio de la crisis. "Nos encontramos con causas típicamente externas, adquiridas (...), que muestran dificultades que se fueron agravando con el transcurso del tiempo y alentaron la decisión de la presentación concursal", afirman a modo de resumen en el primer tramo del documento.
¿Cuáles son algunas de esos factores externos que determinaron, a juicio de los síndicos, la caída de Vicentin? Crecientes dificultades para mantener la financiación por parte de terceros, "indisimulada" acción de los productores a fijar precios en forma anticipada, crecimiento de costos financieros por circunstancias ajenas a la empresa, devaluación del peso en 2019, condiciones climáticas adversas y "controversias internacionales" que resultaron perjudiciales al negocio.
Si bien los acreedores tienen ahora un plazo de 10 días para presentar observaciones al informe, conocidas las primeras conclusiones empezaron a aparecer algunas críticas. "Vicentin ponía la mercadería a fijar como ganancia en balances falsos, pero fue externo el quilombo. No me hagas reír", dijo con sorna uno ante la consulta de este cronista, que también cruzó mensajes con uno de los abogados más activos en la causa: "Escribieron un montón para no decir nada", acotó.
¿A qué refieren ambos? Básicamente a que la sindicatura no incorporó ni una sola línea de las conclusiones a las que ya arribó la auditoría forense, respecto a que la concursada ocultó deudas comerciales en los balances de 2017 y 2018. Por el contrario, avala dichas presentaciones, cuando al analizar diversos índices -que suelen considerarse para este tipo de instancias- plantean la evolución de la empresa en los siguientes términos: "Constante crecimiento de los recursos, una solvencia adecuada con un índice de liquidez aceptable, pero en el ejercicio 2019 esas relaciones se ven discontinuadas y alteradas", sostienen en el informe general.
A esta altura de los acontecimientos, resulta incontrastable que Vicentin está fortalecida dentro del proceso concursal. Con una sindicatura apoyando la mayoría de sus decisiones (como la pesificación de las deudas comerciales y el agrupamiento de los acreedores en una categoría única), le quedó un camino bastante allanado para lograr las mayorías que requiere el acuerdo preventivo. Eso sí: deberá contar necesariamente con la aprobación de los bancos internacionales, tarea nada sencilla pero con mejores perspectivas que en la negociación con los acreedores más hostiles. Hay gestiones abiertas con esos actores externos, a quienes se los pretende sumar a un comité de reestructuración de deuda que aún no se logró conformar.
Si bien la propuesta de un grupo de acreedores “duros” (que exige la salida de directores y accionistas) recibió apoyo del conjunto de los bancos públicos -incluido el Nación- y de la propia Bolsa de Comercio de Rosario, lo cierto es que no logró el aval de otros acreedores comerciales de peso, como ACA y la Unión Agrícola de Avellaneda. Estos últimos, por el contrario, vienen sosteniendo relación con Vicentin a través de nuevos contratos de fasón en las plantas de la malograda agroexportadora.
Cálculos moderados hablan que para reactivar la empresa se necesitan unos 400 millones de dólares. El principal interrogante es justamente cómo y quién incorporará ese capital. La semana pasada se agitaron versiones sobre la posible venta de acciones de Vicentin en Renova (la santafesina aún mantiene el 33% de participación), pero fueron descartadas de plano por la concursada. Por ahora la novela no tiene final asegurado y seguramente se seguirán escribiendo nuevos capítulos en las próximas jornadas.
Sueltos del informe
Sobre la relación con el Banco Nación: los síndicos revelaron que antes de anunciar el default, los directivos de Vicentin elevaron una propuesta para reestructurar la deuda, lo que fue aceptado por la gerencia zonal de la entidad. Resulta curioso que dicha aprobación ocurriera el 6 de diciembre de 2019, un día después del estruendoso anuncio de “estrés financiero”.
Un palo para los acreedores: en su informe general, los contadores Amut, Telesco y García mencionan que hubo “circunstancias procesales” que obligaron a Vicentin a presentarse en concurso para “evitar agresiones a su patrimonio social”. Se refiere al pedido de quiebra formulado por una empresa rosarina, que terminó siendo el golpe de gracia para el Acuerdo Preventivo Extrajudicial que motorizó la agroexportadora en enero de 2020.
La posibilidad de sumar otras empresas al concurso: la sindicatura puso fuertes reparos a esa alternativa, que motorizan varios actores que participan del expediente. Según plantearon en su escrito: “no necesariamente todas las sociedades que pueden observarse en los organigramas responden a la voluntad de Vicentin y tampoco forman parte de la dirección unificada que caracteriza a las agrupaciones empresarias"