Noelí Rojas
Un matrimonio de la ciudad de San Cristóbal, Anahí Nanzer y Pablo Bonacina, cumplió el sueño de ser papás gracias a que la prima de ella, Marcia, se ofreció a ser gestante. Tras un largo proceso, todo conspiró a su favor para que Nerela llegara al mundo.
Noelí Rojas
La historia la contaron Anahi y Pablo, junto a Nerela en brazos mientras dormía y se portaba súper bien. Ellos decidieron abrir las puertas de su hogar a El Litoral porque están orgullosos de todo lo que vivieron, de su hija y quieren de esta manera ayudar a otras parejas que desean ser padres.
El proceso que atravesaron es largo, duro pero que tuvo un final feliz. Todo comenzó cuando Anahi quedó embarazada, en 2018. A las diez semanas se detuvo el embarazo y, lamentablemente, tuvo un aborto espontáneo. A raíz de eso se le fisuró el útero y debió ser atendida de manera urgente en la ciudad de Santa Fe por una hemorragia de gran consideración. En ese momento, los médicos descubrieron que ella tenía una malformación arteriovenosa en el útero de nacimiento y eso no se puede saber hasta que el útero comienza a trabajar en un embarazo.
Después de eso muchas cosas pasaron por la cabeza de la pareja que ya lleva 12 años de relación y seis de casados, pensando en un montón de cosas, situaciones y con la idea truncada de ser papás de manera natural. Hasta que apareció en escena Marcia, con un gesto de amor increíble.
“Una vez que yo me recuperé, fuimos a pasar las fiestas a San Guillermo, lavando los platos con Marcia me pregunta cómo estaba y si iba a poder ser mamá, le dije que no porque no tengo útero y me dijo: yo te presto mi panza. Casi tiro platos, le pregunté si sabía lo que me estaba diciendo, porque es prestar una panza y estar nueve meses con una criatura que no es tuya”, contó Anahí, y Pablo agregó que cuando Marcia les dijo eso “estuvimos todo el día llorando de emoción, era un acto de amor enorme, ella dijo que quería que seamos padres y que nos iba ayudar para cumplir ese sueño. Es un ángel que bajó del cielo para ayudarnos, el gesto de amor que tuvo hacia nosotros no se puede explicar con palabras”.
Marcia es prima de Anahí, vive en la ciudad de San Guillermo, 80 kilómetros al oeste de la ciudad de San Cristóbal y es mamá de Agustín de 6 años, quien fue parte de esto y entendió perfectamente que su mamá tenía en la panza a su prima. Justamente una de las condiciones que se requiere para ser gestante es que la mujer haya tenido un embarazo previo, entre varias cosas.
Desde ese momento todo cambió en la vida de la pareja, Marcia estaba muy segura de la decisión, nunca lo dudó así que decidieron comenzar con el tratamiento y luego con la tramitación legal que se necesita en estos casos.
“Nosotros averiguamos en una clínica de fertilidad en Rosario y teníamos que calificar con una buena calidad de ovocitos y espermatozoides para que después ese embrión sea transferido a través de fertilización in vitro. Cuando teníamos prácticamente el círculo cerrado, le dijimos a nuestros padres, que nos apoyaron siempre; contábamos con la parte económica, el aval de la clínica y había que empezar los trámites legales en el Juzgado de Familia de San Cristóbal”, relató Pablo.
Así que en mayo del 2020, en plena pandemia, la pareja inició los trámites legales, en donde intervino una abogada especialista en subrogación de vientre de Rosario y de ahí en adelante fueron cumpliendo con los distintos requisitos que pidió la jueza como aptos físicos y aptos psicológicos hasta que en el mes diciembre la jueza los citó a una audiencia para darles el fallo.
“Ese día fue muy movilizante, la doctora entendió nuestro caso, que no había resarcimiento económico, era 100% amor y solidaridad, que Marcia lo hacía de corazón y que el hijo que nazca era biológicamente nuestro y Marcia la gestante”.
En febrero de este año comenzaron el tratamiento los tres que juntos conformaron un equipo, a Marcia le hacen la transferencia del embrión el 1° de marzo y a las dos semanas se confirma el embarazo. Fue otro día de felicidad, de una inmensa alegría para toda la familia que de a poco sus sueños se podían hacer realidad. Desde ese momento, los viajes a Rosario continuaron durante el primer trimestre, después la clínica les dio el alta y siguieron la atención médica en la ciudad de San Cristóbal con el Dr. Alejandro Croissant, que fue una persona importante en este camino como tantas otras.
Y así fue como el día miércoles 3 de noviembre por la mañana llegó al mundo Nerela, la elección de su nombre es porque significa en griego “bella princesa”.
“Marcia pasó un embarazo excelente, el parto era decisión de ella pero se organizó la cesárea por su hijo y su casa. La fuimos a buscar dos días antes, nos internamos, nació la gorda y al otro día la llevamos. Se re bancó todo, es admirable lo que hizo ella en pausar su vida para otras personas durante un año. Nos explotaron los mensajes, ya nos lloramos todo y estamos agradecidos por la calidad humana del hospital, porque nos sentimos muy contenidos”.
Entre tantas cosas increíbles de esta historia, es que Anahi está amamantando a Nerela, gracias a que realizó un tratamiento de estimulación manual dos meses antes de su nacimiento con masajes cada dos horas y con un saca leche para estimular para activar las glándulas mamarias y su hija se prendió de manera excelente a su pecho y son momentos mágicos que comparten.
“Esto lo hacemos para ayudar a otras parejas a ser padres. Estamos abiertos a contar la historia, estamos muy orgullosos de lo que hicimos, es un sueño hecho realidad, una alegría enorme de que se haya dado todo, el universo conspiró para que sea así”.