La visita de Ricardo Péculo tuvo como objetivo preparar al personal del área de servicio fúnebre para saber cómo contener a una familia. En su trayectoria, está el traslado del presidente Juan Domingo Perón al mausoleo.
La visita de Ricardo Péculo tuvo como objetivo preparar al personal del área de servicio fúnebre para saber cómo contener a una familia. En su trayectoria, está el traslado del presidente Juan Domingo Perón al mausoleo.
El especialista fue invitado por la Cooperativa de Servicios Públicos de Avellaneda para disertar en una capacitación que se llevó a cabo el jueves 6 de julio por la mañana, en el Círculo Católico de Obreros de Avellaneda. En diálogo con Norte 24, contó sobre su trayectoria, su actividad y a qué se debía su presencia en la ciudad.
La intención es que las cooperativas vayan renovando lo que tiene que ver con el servicio fúnebre. “Yo siempre digo que el servicio más genuino que dan las cooperativas es el fúnebre”, subrayó Péculo.
El fin de la capacitación era transmitir la experiencia, preparando al personal para el momento de la contención de la familia del difunto, saber qué corresponde en cada caso y en cada religión. “Siempre digo que las ceremonias ayudan a aliviar el dolor”, afirmó.
Ricardo Péculo es tanatólogo (Instituto Internacional de Ciencias Tanatológicas) y especialista en ritos funerales. También, dirige el Instituto Argentino de Tanatología Exequial y es docente en la Tecnicatura de Gestión para Empresas Fúnebre (UNDAV).
En el recorrido por la trayectoria del reconocido tanatólogo, están los servicios más “conocidos” que le tocó llevar adelante, entre ellos, el traslado del presidente Juan Domingo Perón de la bóveda del cementerio de Chacarita al mausoleo de la quinta de San Vicente, también el del fotógrafo y reportero gráfico José Luis Cabezas, el de Carlos Menem junior y Rubén Juárez. Para el especialista no hay servicios “importantes”, ya que considera que todos lo son.
Para Péculo, hay un cambio cultural que ha modificado las formas de sobrellevar el duelo, y eso es algo que él destaca como parte de la tanatología. Considera que la base de la elaboración del duelo está en la despedida en los homenajes.
“Durante la pandemia, al principio, la persona fallecida iba solo a la cremación y sus familiares sufrían muchísimo al no poder despedirse. Muchos, incluso por religión o por ideología, rechazaban esta práctica aunque no tenían opción. En estos momentos, el fallecido puede ir a tierra, pero no a nicho. Hay costumbres que han ido cambiando en este tiempo, por ejemplo no se hicieron más velatorios y fueron reemplazados por una despedida de unas pocas horas”, contó..