Ignacio Pellizzón
A pesar de los corredores seguros, los robos a choferes siguen a la orden del día, al punto de que solamente el fin de semana pasado hubo dos situaciones de gravedad. El reclamo del Sindicato de Peones local para que se equipen las unidades vuelve a entrar en agenda.
Ignacio Pellizzón
Rosario está más violenta que nunca y los taxistas están en el ojo de la tormenta. Solamente este fin de semana dos choferes sufrieron hechos graves de inseguridad. Por eso, desde el Sindicato de Peones de Taxis exigen al municipio que tome cartas en el asunto e instale mamparas antivandálicas en todas las unidades “tal y como lo exige la ordenanza vigente hace diez años”, señalan.
Según contó a Mirador Provincial el titular del sindicato, Horacio Yanotti, durante el fin de semana “a una compañera taxista le desmantelaron el coche prácticamente, hasta le quitaron la radio con la que trabajaba”.
Pero, el hecho más grave, fue lo que le pasó, también el fin de semana, “a un compañero en la zona norte de la ciudad, quien fue lastimado por el pasajero con una botella para robarle. Si bien no sufrió heridas de magnitud, podría haber perdido un ojo”, relató.
En base a estadísticas no oficiales que manejan distintas agrupaciones de taxistas locales, solamente en los primeros 16 días de octubre los choferes registraron un total de 11 robos, lo cual mantiene en alerta máxima al sector que diariamente suma adeptos para evitar trabajar de noche por el alto grado de inseguridad.
Frente a este escenario, Yanotti entiende que para las autoridades es “complicado” controlar 1.500 trabajadores, “no es sencillo”. “Sabemos que están los corredores seguros. Inclusive tuvimos una reunión con el Ministerio de Seguridad para armar un equipo de trabajo y colaborar entre todos, pero la realidad es que el inconveniente pasa por otro lado”.
Todo contacto entre choferes y pasajeros “se puede evitar” con mamparas antivandálicas, indica y agrega: “Hace diez años que hay una ordenanza vigente, que establece que cada unidad tiene que tener una de estas herramientas de seguridad, pero se sigue incumpliendo. Ya no podemos discutir esto. Ya no hay motivos y el municipio debe exigir lo que establece la ley”.
“No estamos pidiendo mamparas de alto costo o alto impacto, sino un tabique divisor donde se pueda evitar todo tipo de contacto entre los trabajadores y los pasajeros”, insistió Yanotti.
Ante la ola de violencia que atraviesa la ciudad, este miércoles habrá una nueva convocatoria, que se hará en el Monumento a la Bandera, con la consigna #RosarioSangra.
Por su parte, el intendente Pablo Javkin dijo en relación a esta convocatoria: “Hay que escuchar y ponerse a disposición. El acompañamiento será el que definan. A veces nos preguntan si participamos o no de este tipo de actos. Y yo lo que digo es que, si vamos, tenemos que estar todos, sin ningún tipo de aprovechamiento. Estamos muy cerca de una fecha electoral y no debería haber ningún gesto que marque un intento de politizar. Nosotros, lo que los familiares determinen, vamos a hacer”.
Invertir en seguridad
Hace tan solo dos meses, en diálogo con Mirador Provincial el titular de la firma Taxi Protegido -que fabrica mamparas antivandálicas-, Guillermo de la Torre, detalló que los blindex actualmente tienen un costo que “ronda entre 50 y 60 mil pesos”.
La barrera de protección física o mampara de seguridad “garantiza un efecto inmediato a la hora de resguardar la integridad física del taxista, sobre todo teniendo en cuenta que las estadísticas demuestran que en general, los asaltos ocurren dentro del habitáculo del vehículo y el ataque es por la espalda, de modo que la protección física previene y disuade al delincuente, evitando la agresión”, resaltó el emprendedor.
El objetivo principal es proteger la vida del chofer, y en segundo lugar evitar el robo y sus graves consecuencias económicas. La mampara de seguridad “es el complemento ideal” del GPS instalado en muchas unidades, aunque se debe tener en cuenta que una situación de inseguridad puede durar escasos segundos, en este sentido, “no existe en la actualidad un mejor sistema que la mampara”, afirmó de la Torre.
En la pandemia “pusimos muchas más mamparas que antes”, añadió. “Está claro que el costo del insumo no es accesible y muchos quieren, pero no pueden. Igualmente yo trato de otorgarles un financiamiento, de la forma en que puedo, con algunas cuotas en algunos casos”.
Algunos taxistas, que dialogaron con este medio, opinaron que la diferencia entre gasto e inversión es la mirada subjetiva que uno tenga sobre la mampara antivandálica. “Yo creo que 50 mil pesos es muy caro y la verdad que no tengo esa plata para invertirla así directamente, además es como que uno ya se acostumbró a vivir con la inseguridad y toma sus propias medidas de precaución”, destacó un trabajador.
Otro conductor consultado, señaló que es una medida “interesante”, pero que se trata de una suma que no está “dispuesto a pagar”, porque “de eso se tiene que hacer cargo la Municipalidad”, y enfatizó: “No es posible que yo pago todos mis impuestos en tiempo y forma y lo único que me deben garantizar es seguridad para trabajar y no lo hacen”.
Cuando se reglamentó la ordenanza en Rosario, se fijó como fecha límite marzo de 2010 para que todas las unidades cumplan con lo exigido por la ordenanza. Sin embargo, pasaron 11 años y solo hay algunos vehículos que circulan con la mampara antivandálica. Por su parte, el Concejo de la ciudad de Santa Fe también aprobó una medida similar, pero fue vetada por la Intendencia.