Juan Franco
Hasta este domingo la ciudad tenía un solo paciente Covid internado en sala general. En tanto, cinco personas cursan la enfermedad en sus casas. El director del Hospital Gutiérrez, Daniel Alzari, admitió que aún inquieta el acecho de la variante Delta, pero confía en la defensa que proporcionan las vacunas, los protocolos y la primavera.
Juan Franco
En línea con la mayor parte del país, en septiembre se afirmó la tendencia a la baja del Covid-19 en Venado Tuerto y octubre ratificó la retirada de la segunda ola. Tanto es así que este sábado el gobierno venadense publicó el último informe diario, donde constan sólo seis pacientes cursando la enfermedad, cinco de ellos en sus domicilios y el restante en Sala Clínica del Hospital Gutiérrez. Así, la ciudad tomó distancia de esas tensas jornadas de decenas de internaciones, centenares de casos activos y sistema de salud al límite.
Al mediodía de la víspera, en Sala Clínica del Hospital Gutiérrez todo seguía igual: un solo paciente con coronavirus, estable y con mínima asistencia respiratoria por un neumotórax. También, desde hace un mes y medio, permanece en terapia intensiva un venadense de 56 años, con comorbilidades, quien dejó atrás el Covid (tiene el alta epidemiológica) y ahora lucha por superar las graves secuelas de la enfermedad. Además, hasta el cierre de esta edición no había internaciones Covid en los sanatorios locales.
Con más alivio y menos estrés, mientras observaba las unidades de cuidados críticos Covid despobladas, el director del Hospital Gutiérrez, Daniel Alzari, confesó a Sur24: “Me parece increíble haber transitado momentos tan difíciles y ahora recorrer la UTI y verla desierta”, aunque aclaró que el escenario es opuesto en áreas de terapia intensiva polivalentes, donde “la ocupación siempre fue alta y peor hoy con la multiplicación de cirugías y accidentes de tránsito”.
Con la guardia alta
A pesar del auspicioso panorama, el funcionario señaló que no se desmantelaron los refuerzos de UTI. “Hoy están sin pacientes y, obviamente, sin personal, pero sostenemos esas estructuras porque la variante Delta podría golpear entre octubre y noviembre. De todos modos -acotó-, en Santa Fe no vemos circulación comunitaria porque los pocos casos detectados se relacionan con viajeros que llegaron desde el exterior y enseguida fueron aislados y puestos bajo vigilancia epidemiológica”.
“Al menos por un tiempo podremos dormir más tranquilos, aunque con un solo ojo, y en especial en este octubre que es cuando habrá más riesgo de sufrir algún ataque de la cepa Delta. Por eso no sólo vamos a mantener las unidades de terapia intensiva Covid, sino también los refuerzos montados”, adelantó.
Al respecto, Alzari consideró que la variante Delta sería bastante menos peligrosa en noviembre, porque en ese entonces habrá aumentado más aún la población inoculada con el esquema completo. Con justificado orgullo, informó que en el vacunatorio hospitalario ya se aplicaron más de 110 mil vacunas y cerca del 60 por ciento de la población objetivo cuenta con las dos dosis. “Ahora nos falta, como población objetivo para la primera dosis, los chicos de 12 a 17 años sin comorbilidades, a los que en breve se les aplicará la Pfizer”, anticipó.
“Nos favorece el tiempo cálido porque alienta la ocupación de espacios ventilados o al aire libre. Si la Delta circula, eso ayudará a que no se convierta en un problema epidemiológico. Mucho peor es cuando este virus golpea en otoño o en invierno”, precisó, recordando que las dos olas se propagaron a partir de las temporadas frías.
Con mayor perspectiva, Alzari evaluó que para la contención del virus hubo varios factores que se entrelazaron: “En primer lugar quiero elogiar el compromiso y el profesionalismo del personal, que se adaptó a la reingeniería interna que impuso la crisis sanitaria; luego el gran apoyo de la Provincia, siempre atenta a satisfacer nuestras demandas, desde los equipos básicos hasta los respiradores; y, por supuesto, el nuevo edificio del Hospital Gutiérrez, cuyas amplias y modernas instalaciones favorecieron la creación de áreas Covid y no Covid, tanto para pacientes y acompañantes, como para la circulación del personal”, describió. Y destacó, por ejemplo, que “tener cuatro quirófanos centrales nos permitió montar una UTI con siete camas Covid. También -añadió- se instalaron carpas de atención polivalente en el hall central para reservar la Guardia a los pacientes graves (Covid y no Covid), y otras carpas aledañas a la sala de Clínica Médica para derivar traumatismos leves y atención post-operatoria y así ganar 10 camas Covid”.
Próximos pasos
“En estos días habrá una nueva reunión con autoridades sanitarias provinciales para evaluar la situación y articular las próximas acciones. Yo insisto en que debemos estar atentos porque este virus es traicionero y nos puede dar un susto”, advirtió Alzari. Y aconsejó: “El barbijo es indispensable seguir usándolo. Además, el éxito del plan de vacunación no debe tentar al descuido, porque las dosis previenen formas graves de la enfermedad, pero no evitan el riesgo de enfermar, es decir que aun estando vacunados podemos contagiarnos y contagiar”, enfatizó el director del Gutiérrez. “No estamos libres de Covid”, aseveró y recordó que “la libertad de disfrutar un picnic con amigos no significa que se puede compartir el mate o un vaso”, tras lo cual convocó a sostener los mismos cuidados que en lo peor de la pandemia.
Nunca hubo colapso
“Ni en la primera ni en la segunda ola sufrimos situaciones de colapso en el Hospital, más allá de momentos en que llegamos a una ocupación del ciento por ciento y que incluso nos obligó a la apertura de la ‘UTI Quirófano’. Soy muy cuidadoso en el uso de la palabra colapso, porque implica caos, desorden y desesperación, y eso no sucedió. Si bien es cierto que internamos pacientes con respirador en la Guardia, no fue de improviso, sino que ante la demanda en ascenso habíamos instalado una mini-terapia con tres camas para contener a las personas que en el acto requerían asistencia respiratoria mecánica”, dijo el médico.
Covid por largo tiempo
“En el futuro el Covid será una enfermedad más, como la gripe, pero recién cuando todo el planeta adquiera la inmunidad de rebaño. No alcanzaría con lograrla en nuestra provincia ni en toda Argentina, porque habrá viajeros que entrarán al país y podrían portar una cepa distinta del virus, contagiar y desatar otra pesadilla. Bien sabemos que hay países con bajísimos porcentajes de vacunación”, subrayó Alzari.