Juan Chiummiento
La entidad renovó el mandato de la Comisión Directiva que viene impulsando cambios en el estatuto. Quieren llamar a una asamblea para mediados de año.
Juan Chiummiento
Por tercer bienio consecutivo, el abogado Charles Roberts estará al frente del Jockey Club de Rosario (JCR), una de las instituciones deportivas más tradicionales de la ciudad. Tanto es así que en muchos aspectos todavía se rige por el estatuto de su fundación, en 1900, que entre otras cosas prohíbe a las mujeres ser socias plenas de la entidad. Tal condición podrá cambiar en los próximos meses, merced a un proyecto que la actual gestión viene elaborando desde hace cuatro años y que este 2021 espera ser votado en asamblea.
“Lo que estamos haciendo es adecuar el estatuto para que la familia siga yendo al club. Adecuarlo a la realidad social”, dice Roberts en una entrevista a agenda abierta con Mirador Provincial, en el que además repasa cómo se vivió el primer año de pandemia, donde el club hizo causa común con el resto de los espacios deportivos de la ciudad. “El Jockey generalmente genera una situación de antipatía en algunos casos”, admite, para luego plantear que, con el tiempo, esas sensaciones desaparecieron y que hoy “no hay barreras con ningún club”.
Nacido en Perú por el trabajo de su padre (un alto ejecutivo de la multinacional John Deere), el presidente del JCR se define como una persona “sin militancia” política y “muy pragmático”. Además de la defensa del rol de la mujer, otro de los desafíos que plantea para este año es contemplar los matrimonios del mismo sexo y poner punto final al conflicto con el fideicomiso Los Pasos, un tema que lleva más de una década de desencuentros.
- ¿Habrá cambio de estatuto en 2021?
- Nosotros venimos gobernando el club desde 2015, con unos objetivos a cumplir. Entre estos objetivos está la modificación del estatuto, que se modifica no porque sea malo sino porque en 120 años, las circunstancias y las relaciones humanas se modificaron y mucho. No solo pasa por si la mujer es socia o no, que desde ya comparto totalmente que sí lo tiene que ser, pero la realidad es que no solo ese es el problema. Tenemos parejas entre hombres y entre mujeres: eso no está contemplado en el estatuto. Lo que estamos haciendo es adecuar el estatuto para que la familia siga yendo al club. Adecuarlo a la realidad social. El proyecto ya está realizado, ya fue visto por Comisión Directiva, que hizo observaciones y las estamos analizando. Es natural que las cosas se modifiquen, es irreversible. No es una cuestión política o jurídica, sino natural.
- ¿El proyecto tuvo resistencias en este tiempo de debate?
- Obviamente en toda relación social vas a tener distintas opiniones. Es natural y hasta sano, porque la divergencia hace que el crecimiento sea más maduro y sostenible en el tiempo. Creo que cuando lleguemos a la asamblea no habrá grandes inconvenientes, porque se ha ido trabajando hace cuatro años, no hace seis meses. Ya la gente lo va a ir incorporando y lo toma como algo natural. Obviamente tendré oposición en la asamblea, pero por supuesto que será respetado.
- ¿Ya tiene fecha la asamblea?
- Antes de convocar a una asamblea, vamos a hacer reuniones con los socios, donde participarán quienes quieran participar, y van a escuchar y leer el estatuto, para que cuando vayamos a la asamblea nadie diga que no tuvo posibilidad de leerla, y nadie diga que no le dimos la información que necesitaba. Yo pensaba, dos o tres reuniones con todos los socios, y en dos o tres meses a lo sumo, si la pandemia lo permite, esperemos que en julio ya tranquilos podamos hacer la asamblea. Y si no la haremos cuando podamos. Esto es una cuestión de tiempos, no de ideología o de oposición.
- A propósito de la pandemia, ¿cómo fue transitar este año?
- A pesar de que uno quiere hacer desaparecer el 2020, porque fue un muy mal año, nos enseñó muchas cosas. A unirnos como clubes: tuvimos la suerte de participar con muchos clubes de toda la provincia, hicimos reuniones con los tres clubes que más socios tenían, y con todos los de la provincia, aprendimos muchas cosas nuevas. Aprendimos a manejar una cuestión económica en una situación difícil, aprendimos a que el personal tenía que entender las crisis y tenía que ser parte de la solución, que los recursos eran muy escasos y a saber distribuirlos. Y también a pensar que vamos a tener un club por muchos años más y con muchos proyectos. Esa era una de las razones por la que me sentí obligado a continuar: nos quedaban muchos proyectos en cartera, al margen del estatuto.
- Cuando comenzaron a participar de las reuniones con el resto de los clubes, ¿cómo los veían?
- Es algo gracioso... Ya mi nombre resulta raro. El Jockey generalmente genera una situación de antipatía en algunos casos y en otros nada. Con el tiempo que fue corriendo, todas esas opiniones lógicas que transcribís, esas barreras desaparecen. No hay barreras con ningún club. Estamos para ser parte de un grupo. Cuando no tuvimos la necesidad del ATP, peleamos para que otros lo tengan, y cuando no cumplimos con los requisitos del ATP la peleamos y seguimos firmando notas para que todos los clubes lo tengan. Nosotros somos partes de la ciudad, y de la provincia.
- ¿Cuáles son esos otros proyectos que tiene la actual gestión?
- Nosotros tenemos la suerte que tenemos verde por la zona donde estamos, pero el verde hoy está limitado. En su momento se hizo un convenio con un fideicomiso (NdR: el fideicomiso Los Pasos), donde ellos tenían que cumplir ciertos requisitos. Se trata de concluir un convenio que tiene más de 15 años, donde se beneficiaría mucho el Jockey, donde incorporaría tierras y sumaria actividades. Eso lo venimos negociando hace más de seis años.