Ignacio Pellizzón | [email protected]
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Desde que se aprobó la emergencia en el Transporte en Rosario el sistema no logra dar pie con bola. No solo se detecta el malestar de los usuarios en las paradas de colectivos, sino también lo refleja una encuesta reciente realizada por la consultora Inmediata.
El informe, que fue solicitado por el Observatorio Social del Transporte liderado por el concejal justicialista Eduardo Toniolli, señala que un 63, 1% de los consultados está disconforme con la frecuencia de las unidades.
Esto se debe a que hay un incremento de usuarios en las unidades. Específicamente el aumento fue del 25%, en comparación con lo encuestado en octubre pasado. De las 399 personas mayores de 18 años que fueron consultadas, el 41, 6% admitió haber usado el colectivo al menos una vez.
Hay un mayor movimiento de las personas utilizando este transporte público, pero todavía no se aproxima al 55% que declaraba ser usuario del servicio en febrero de 2019 y mucho más lejos del 65% que declaraba en marzo de 2017.
No obstante, la buena noticia que destaca el informe es que el 64, 1% de los encuestados afirma tener entre “buena” y “muy buena” valoración de los choferes que manejan las unidades de ómnibus, lo cual es un aliciente para el servicio.
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Más allá de este paréntesis positivo, cuatro de cada diez personas afirmaron que los cambios introducidos en el Transporte desde el 25 de enero a la fecha, en el marco de la emergencia, los perjudicaron de forma directa en su uso habitual.
Lo que más molestia genera en las personas es el hecho de tener que caminar más para poder tomarse alguna línea, que quizás se fusionó con otra o cambió de recorrido, y el tiempo que tienen que pasar esperando para que llegue el colectivo.
Otro factor negativo del servicio detectado por la encuesta fue la limpieza y desinfección de las unidades. Casi el 60% de los encuestados respondió que estaba “poco” o “nada satisfecho” en esa cuestión.
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Según declaraciones radiales a LT8 que hizo Toniolli, la encuesta demuestra que con los cambios implementados en enero por parte del municipio “sólo beneficiaron a las empresas y perjudicaron a los pasajeros”. “Estos índices, especialmente en el tema de las frecuencias, reproducen lo que pasaba antes de la pandemia. Ahora se agudizaron. Los números son más altos en las quejas. Las demoras de los colectivos siempre estuvieron al tome de los reclamos”.
“La principal oposición de nuestro bloque a esos cambios del transporte fueron porque estaban hechos con un criterio casi exclusivamente comercial. Hay un indicador que es el de pasajero transportado por kilómetro recorrido. Sólo se intentó mejorar ese guarismo en beneficio de las empresas prestatarias del servicio, especialmente a las privadas”, remarcó Toniolli.
Desde que se aprobó la emergencia en el Transporte el Intendente Pablo Javkin posee los llamados “superpoderes” para poder rever las licitaciones con las empresas de colectivos, rearmar recorridos, preparar frecuencias por demandas, entre tantas otras variables que se vienen poniendo en práctica desde finales de enero, cuando entró en vigencia.
Como ya anticipó El Litoral no hay información oficial hasta el momento sobre si los contratos con las compañías de ómnibus se vieron alterados o no. Nadie de la Comisión de Seguimiento en el Concejo ni referentes de la UTA están al tanto de novedades al respecto.
Fue el propio Toniolli quien advirtió que la Municipalidad podría flexibilizar lo que el pliego les exigía a los privados (unidades, recorridos, frecuencias), en desmedro del usuario y que el “esquema de ajuste”, comprensible durante la pandemia, se iba a extender “hasta 2029”.