Por Juan Franco
A pesar de los controles más estrictos, un sector de la población insiste en ciertas inconductas viales. En este sentido, la jueza del Tribunal de Faltas municipal, Janina Ferreyra, aseguró que, aunque no crecen, se mantienen los casos de alcoholemia positiva en cada control de tránsito que se realiza.
Por Juan Franco
En los despachos del Juzgado de Faltas de Venado Tuerto se reciben las causas más diversas, y dos de las más pesadas, por la gravedad de la infracción y los montos de las sanciones son, sin dudas, las de alcoholemia positiva y manipulación de telefonía celular durante la conducción vehicular.
Sobre estos temas opinó la jueza de Falta municipal, Janina Ferreyra, quien observó que "el consumo de alcohol es una problemática social, compleja, multicausal, que en primer lugaMultas mínimas de $20 mil r se aborda desde las áreas de Control de la Municipalidad, y luego desde el Juzgado de Faltas, tanto sea en lo que concierne al control de los locales de expendio de bebidas alcohólicas, haciendo respetar los horarios establecidos y la prohibición de venta a menores de edad, como en los operativos de control vehicular, abarcando desde la documentación hasta las alcoholemias para verificar las facultades psico-físicas de los conductores al volante".
En este sentido, “no puedo afirmar que haya un incremento de la incidencia de alcoholemias positivas, pero con seguridad se mantiene la intensidad de la problemática. Al menos, no hay fin de semana en que los controles municipales no detecten casos nuevos. Y sin dudas que esa persistencia nos obliga a repensar la situación. Los controles se hacen y tienen sus resultados, porque los vehículos son remitidos al corralón y las actuaciones son elevadas al Juzgado de Faltas y nosotros aplicamos las sanciones, con la pena pecuniaria como principal y la inhabilitación como accesoria”.
“Tal vez sería conveniente empezar a debatir la alcoholemia cero para todos los conductores y no solamente para los profesionales, que nosotros aún no lo tenemos, sino que nos manejamos con alcoholemias positivas a partir de 0,50 en conductores de vehículos y 0,20 en motovehículos”, añadió.
Cabe recordar que hace unos días tomó estado público el caso del camionero al que se le secuestró la unidad por su alcoholemia positiva, a pesar de que en virtud de la legislación vigente no debe ingerir ni una sola gota de alcohol para poder manejar en la vía pública. “En este episodio el camionero recibió la pena máxima, que es la inhabilitación por 12 meses para conducir cualquier tipo de vehículo”, precisó la abogada.
El uso del teléfono celular durante la conducción de vehículos también es un tema preocupante para los organismos de control municipales y el Juzgado de Faltas, porque cualquier vecino más o menos atento podrá detectar decenas de casos todos los días en la ciudad. “El tema de la conducción con el teléfono celular es tremendo en los últimos tiempos y puedo corroborar que esa categoría de faltas se incrementó en Venado”, dijo Ferreyra, y observó un agravamiento en la cantidad y en la calidad, porque “no sólo se atienden llamadas, sino también se las hace mientras se conduce, como también se envían mensajes de voz o se chequea la recepción de mensajes de whatsapp. Vemos que va cambiando la modalidad del uso, pero la infracción se comete con la manipulación de la telefonía celular, según lo que tipifica la ley como infracción. Da la sensación -estimó- de que no se dimensiona la magnitud de la distracción que significa quitar la vista un solo segundo del tránsito para prestarle atención al teléfono”.
“En nuestra ciudad las multas se estipulan en función de unidades fijas (en la provincia de Santa Fe una UF equivale a $66,25) y estas infracciones van de 300 a 1.000 unidades fijas, igual que la alcoholemia, es decir que la sanción pecuniaria en estos casos se aproxima a los $20 mil en función de la Ley Nacional de Tránsito y de nuestras ordenanzas locales. Tanto la alcoholemia positiva como la manipulación de teléfonos celulares durante la conducción son consideradas faltas graves”, afirmó la funcionaria que encabeza la repartición desde hace nueve años. “Si bien las dos infracciones tienen la misma penalidad económica, la diferencia entre ambas es que en la alcoholemia no se admite la posibilidad de pago voluntario, es decir que no hay ningún descuento, y además incluye la pena accesoria de inhabilitación”, especificó Ferreyra.
La funcionaria también sostuvo que “debemos estar abiertos a repensar todos los aspectos que puedan contribuir a un mejoramiento en el tránsito en general y en la conducta de los automovilistas en particular, y en este sentido se puede detectar que la pena económica es la principal y la que más usamos, pero en los hechos no está dando los resultados buscados. Por eso también se le está dando mayor importancia a las tareas comunitarias, que también están legisladas, y que en el caso de reincidencias deriva en la inhabilitación para conducir por cierto lapso. Tal vez estas penalidades hagan repensar sus actitudes a los infractores", se esperanzó.