El hackeo de cuentas de WhatsApp sigue sumando víctimas en Venado Tuerto. En las últimas horas le tocó a Drops, un clásico local gastronómico ubicado en Chacabuco al 700, entre Belgrano y San Martín e intentaron estafar a clientes que se comunicaban para hacer algún pedido.
En diálogo con una radio local, el encargado del comercio, Gabriel Ponce de León, narró que la estafa se inició por la mañana con una llamada en la que delincuentes se hicieron pasar por personal de Litoral Gas para anunciarles que habría un corte programado del suministro.
Mirá tambiénDesmantelaron una red especializada en ciberestafas: tres detenidos Seguidamente, les enviaron por WhastApp una solicitud del código de verificación y les pidieron telefónicamente ese número de código. Al suministrarselo, le otorgaron el ingreso a la cuenta de WhatsApp, apropiándose de la misma.
Ya en horas de la tarde-noche, con la apertura del comercio, los delincuentes empezaron a responder los pedidos de clientes y les solicitaban que paguen por anticipado vía transferencia.
“Ni bien abrimos no podíamos ingresar al WhatsApp ya que nos pedía el código de verificación. Empecé a averiguar y allí nos dimos cuenta que la comunicación que se había recibido, haciéndose pasar por personal de Litoral Gas por un corte programado era una estafa. Lograron clonar nuestro número y nos quedamos sin la posibilidad de operar por esta aplicación”, comentó Ponce de León.
Mirá tambiénEstafaron a un presidente de mesa durante las elecciones en Santa FeA su vez, precisó que unos cinco o seis clientes cayeron en la estafa, incluso a algunos de ellos también le lograron hackear su números de WhatsApp con la misma modalidad, solicitando el código de verificación.
Más casos
Esta no es la primera estafa que se logra concretar con esta modalidad, haciéndose pasar por personal de la empresa prestadora del servicio de gas, incluso días atrás la víctima fue el vicedirector de una escuela privada de la ciudad, aunque rápidamente se dio cuenta de la estafa y logró suspender el número de celular.
También la propietaria de un comercio dedicado a cartelería sufrió un hecho similar al comunicarse con una supuesta empresa proveedora de insumos que utilizan para su actividad. En este caso también le solicitaron un código con la excusa de enviarle un listado del stock disponible y así fue que lograron clonarle el número y solicitar dinero a sus contactos.
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