Vialidad Nacional asume el control del puente Rosario-Victoria y suspenden el peaje
La decisión genera incertidumbre sobre el mantenimiento, la seguridad vial y la continuidad de los servicios. El tránsito podría incrementarse ante la falta de costos para cruzar.
La concesionaria saliente advirtió que no garantizará las tareas habituales tras el traspaso. Foto: Archivo
La gestión del puente Rosario-Victoria pasará a manos de Vialidad Nacional, luego de la finalización del contrato de concesión con la empresa Caminos del Río Uruguay. Con esta transición, también se interrumpirá el cobro de peaje, una medida que genera interrogantes más allá del alivio económico para los automovilistas.
La suspensión del peaje no sólo marca un cambio en la forma de financiamiento del corredor, sino que abre una serie de incertidumbres operativas. El mantenimiento de la traza, la provisión de servicios de asistencia y la seguridad vial son algunos de los aspectos que, de ahora en más, dependerán directamente del Estado nacional.
En base a los datos oficiales a los que accedió El Litoral, la concesionaria saliente no garantizará las tareas habituales tras el traspaso, lo que pone en duda la continuidad inmediata de los servicios básicos sobre el puente. Además, se supo que la empresa no cuenta con los fondos para afrontar las indemnizaciones de su personal.
Emergencias y deterioro
Aunque la cifra de despidos ronda los 500 trabajadores, el impacto más visible para los usuarios será la eventual falta de cobertura ante emergencias y el deterioro de la calzada. Sin equipos asignados para tareas de mantenimiento, la infraestructura corre el riesgo de degradarse con mayor rapidez, en un tramo clave para la conectividad regional.
El puente conecta dos zonas productivas estratégicas para el litoral argentino. Foto: Archivo
Otro punto que preocupa es el posible aumento del caudal vehicular. La eliminación del peaje (los autos pagan $ 900 para cruzarlo) convierte al puente en una opción más tentadora para los transportistas y automovilistas que antes optaban por otras rutas. Sin controles reforzados ni planificación adicional, el tránsito podría colapsar en horas pico.
Además, el puente conecta dos zonas productivas estratégicas para el litoral argentino, por lo que cualquier alteración en su funcionamiento afecta directamente a la circulación de bienes, servicios y personas. Lo que parecía una buena noticia para los bolsillos, podría generar un efecto adverso en la logística regional.
El riesgo más serio es que el puente funcione sin supervisión activa durante semanas, o incluso meses. La experiencia indica que, sin una gestión estable, la falta de mantenimiento y controles puede generar situaciones de peligro tanto para conductores particulares como para vehículos de carga pesada.
Por otro lado, los municipios cercanos todavía no han recibido información detallada sobre cómo se coordinarán tareas de asistencia vial, señalización o atención en siniestros. Esto también preocupa a quienes viven en las inmediaciones y utilizan el puente con frecuencia.
Circulación segura
Si bien los puestos laborales afectados son una consecuencia lamentable de esta transición, el foco de atención debe estar puesto en la circulación segura y continua sobre uno de los corredores más importantes del país. A mediano plazo, la ausencia de peaje no puede implicar una renuncia al mantenimiento ni a la prevención de accidentes.
Foto ilustrativa
La expectativa ahora está puesta en que el Estado nacional garantice, con recursos propios o mediante convenios transitorios, las condiciones mínimas para que el puente Rosario-Victoria siga siendo una vía segura, funcional y con servicios básicos operativos.
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