Actualmente en la provincia de Santa Fe hay 499 pacientes en lista de espera para recibir un órgano. De este total, 342 aguardan un riñón, y hay 54 santafesinos esperando córneas, según los datos que actualiza periódicamente el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai).
Para que esta espera (que desespera) sea menor, la donación es clave para atender la alta demanda, que a nivel país ya supera los 7 mil pacientes. En materia de operativos de ablación, Santa Fe es la segunda provincia del país en donaciones de órganos, con 54 en lo que va de 2021.
"El trabajo viene de hace décadas. El por qué de que Santa Fe se sigue posicionando entre el segundo y tercer lugar como provincia generadora de donantes a nivel país se corresponde con la labor continua que se lleva adelante", remarcó la Dra. Eugenia Chamorro, coordinadora general de la Unidad de Procuración y Trasplante del hospital Cullen, en una entrevista con El Litoral.
En el año, en la capital provincial ya hubo 10 donantes en efectores de la ciudad: siete en el Cullen. Cada una de estas acciones fueron coordinadas por el Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos y tejidos (Cudaio), perteneciente al Ministerio de Salud de la provincia. "Más allá de que sea un slogan 'sin donantes, no hay trasplantes', esto es una realidad. Porque si no se generan donantes, los más de 7 mil pacientes que esperan un órgano en el país no tendrían la oportunidad de seguir viviendo", señaló Chamorro.
-¿Cómo es el trabajo en el hospital Cullen?
-Particularmente en el Cullen, la Unidad de Procuración y Trasplante está inaugurada desde hace casi 10 años. Más allá de generar donantes, la política es capacitar continuamente a los profesionales dentro del hospital y al público que va al hospital.
-¿La pandemia afectó esta labor?
-Sí, porque el Cullen -como muchos otros hospitales de la provincia- estaban avocados casi al 100% a la atención Covid, y eso hizo que perdiéramos la posibilidad de generar donantes, ya que es una contraindicación: el Covid-19 que significa un alto riesgo epidemiológico para los trasplantados.
-¿Todos los pacientes fallecidos en el hospital pueden donar?
-No, no todos, porque hay un grupo de contraindicaciones médicas. Se tiene que evaluar si (esa persona fallecida susceptible de donar) tiene alguna enfermedad que pueda ser trasmitida al receptor. También aparece el factor de si la persona manifestó en vida que no quería donar (ver Ley Justina); y con la pandemia se agregó el tema del Covid, que es considerado una contraindicación médica, es decir que si el paciente fallece por coronavirus o estuvo en los últimos 21 días en contacto con una persona con Covid, se descarta como donante.
-¿Hay personas que deciden ser "no donantes"?
-Sí, todavía hay muchos. Hay muchas variables, por ahí se oponen porque en ese momento no pueden entender o aceptar la muerte de un familiar. Ahí tenemos que hacer un trabajo arduo que comienza con la contención de la familia.
Pienso que hay que llegar a toda la población, tanto profesional sanitaria como la sociedad en sí, y hacer entender que todos algún día vamos a morir, y uno en vida tiene que decidir qué se puede hacer con su cuerpo, y no dejarle la decisión a otro.
Dos menores que salvaron vidas
En la ciudad de Santa Fe en lo que va de noviembre ocurrieron dos casos dolorosos y a su vez esperanzadores. Uno sucedió en el Cullen, donde se registró un operativo multiorgánico, que resultó en cuatro trasplantes en distintos centros especializados del país.
"Estaban los dos padres presentes y ambos autorizaron la posibilidad de donación. La particularidad de este caso, y que a nosotros nunca nos había pasado, fue que la familia perdió a su hijo y por otro lado un familiar directo está en lista de espera. Por lo que el tema venía siendo hablado y más allá del gesto solidario que acompañar el proceso de donación y autorizarlo, es mucho más valioso y rescatable", comentó Chamorro.
En esta situación, se pudieron ablacionar los dos riñones y el hígado, y por razones de compatibilidad y las condiciones de este último órgano, los médicos tuvieron la oportunidad de dividirlo en dos lóbulos para beneficiar a dos personas de la lista de espera hepática. En consecuencia, de los cuatro trasplantes que se posibilitaron, dos fueron pediátricos.
El otro caso que tuvo como donante a una menor sucedió a principio de noviembre en el hospital Iturraspe, donde una donación posibilitó dos trasplantes de órganos y dos de córneas. Al respecto, el coordinador de Cudaio, Gonzalo Peralta, destacó "la entereza y conciencia solidaria que tuvieron los padres para poder pensar y decidir la donación en medio de tanto dolor por esa pérdida inesperada y repentina".
Al mismo tiempo valoró que "si bien la donación no había sido un tema que la familia había tratado en profundidad en vida de la donante, ambos padres pudieron rescatar que ella había sido una persona muy feliz, y que a través del trasplante podía hacer felices a otros".
La Ley N° 27.447 o "Ley Justina", es la norma que rige el trasplante de órganos, tejidos y células en la Argentina. La normativa dispone que toda persona mayor de 18 años es donante de órganos o tejidos salvo que haya dejado constancia expresa de lo contrario.
La ley lleva el nombre "Justina" en homenaje a Justina Lo Cane, la chica de 12 años que falleció el 22 de noviembre de 2017 a la espera de un corazón, y el 26 de julio de 2018 su nombre se convirtió en justicia para miles de personas que ahora podrán recibir una donación.
Además, se estableció que el Incucai es el organismo de aplicación de la norma, bajo la órbita del Ministerio de Salud y Desarrollo Social. Los médicos, para realizar un trasplante, no tendrán que consultar a los familiares del paciente, siempre que éste sea mayor de edad. Mientras que las personas que deciden no donar sus órganos deben estar inscriptos en un registro de no donantes.