Sábado 19.11.2022
/Última actualización 10:39
El viernes último la Municipalidad de Santa Fe realizó una capacitación sobre "Consumos problemáticos: reflexiones en relación a la complejidad de las presentaciones subjetivas actuales". La actividad, organizada por la secretaría de Políticas de Cuidados y Acción Social a cargo de Soledad Artigas, contó con la participación del médico psiquiatra, especialista en psicoanálisis y docente de las Universidades Católica de Santa Fe y Universidad Nacional del Litoral, Mariano Pauloni.
En diálogo con El Litoral, Pauloni pasó en limpio algunos conceptos esenciales sobre una materia en la que suelen primar los prejuicios por sobre las certezas, al menos desde la opinión pública. Fue en una charla junto con Artigas y con la subdirectora de Abordajes de los Consumos Problemáticos municipal, Juliana Czernik.
- ¿A qué llamamos consumo problemático?
Pauloni: - Existen muchas nominaciones para tratar la problemática. Desde la orientación lacaniana que es el marco teórico en el que trabajo, no solemos hablar de adictos o de estos términos tan contemporáneos para nombrar lo que desde el psicoanálisis llamamos toxicomanías.
Básicamente lo que podría decir en términos generales es que para el psicoanálisis la toxicomanía no es una enfermedad en si misma. Más que una entidad psicopatológica lo podríamos denominar como un fenómeno transversal que atraviesa un diagnóstico, sea neurosis, psicosis, perversión.
- ¿Cuál es el aporte que realizan en estas capacitaciones? ¿Se trabaja desde un acompañamiento sin señalamiento?
- El aporte es desde lo que llamamos la concepción del sujeto y desde el deseo. Se ve frecuentemente que el adicto, como se lo llama hoy, o el toxicómano, como les decimos nosotros, no consulta por su voluntad: es llevado por un otro. Hay un punto en que la relación con el consumo de sustancias sumerge al individuo en un aislamiento tal que no puede producir un demanda de tratamiento. Cuando alguien sufre por una circunstancia demanda algo; en el adicto esa posibilidad está obturada por el fármaco, por la sustancia o cualquier objeto que viene a cumplir una falsa solución.
- ¿Qué pasa con el entorno que, en el marco de la ley de salud mental, advierte que no tiene adónde llevar a esa persona toxicómana?
- Los tratamientos psicoanalíticos están orientados por la singularidad de cada persona. Últimamente escuchamos noticias sobre centros, granjas e instituciones donde las personas quedan internadas. Desde la teoría en que me encuadro, la internación es muy específica con un uso muy particular. En estos métodos en que los familiares, preocupados por dar una solución a un tema que es acuciante, intentan internar a un sujeto, se opera desde un lugar que trata ingenuamente de cortar ese vínculo del toxicómano con el objeto. Y ya sabemos las consecuencias. La mejor manera de ayudar a alguien es poder vincularlo con un espacio que le permita, vía la palabra, construir un síntoma.
Representaciones sociales
Con el acento puesto en la importancia de la gestión pública, Artigas repasó la manera en que se aborda esta temática desde el municipio, desde un equipo que "achica brechas para el acceso".
En esta línea se creó durante la actual gestión la subdirección de Abordajes de los Consumos Problemáticos. Licenciada en Terapia Ocupacional y formación en salud mental, Czernik, a cargo de la repartición, definió la tríada del consumo "que involucra al sujeto, el contexto y la sustancia".
Desde su área, trabaja con instituciones (escuelas secundarias, estaciones y jardines municipales) para establecer cuáles son las representaciones sociales acerca de los consumos problemáticos. La información se procesa en una sala de situación donde se construyen los datos que permiten orientar el abordaje.
De allí surge que el modelo de representación con mayor énfasis (de los cuatro que establece Unesco) es el médico sanitario, que propone abordar el consumo problemático como una enfermedad y asimila la sustancia a un "virus" para la medicina.
"Desde este lugar se plantea la 'contagiosidad', ignorando toda singularidad, y se plantea la 'mismidad' que significa que a todos les pasa igual; para este modelo la estrategia es abstencionista cuando sabemos que esa sustancia está operando de forma fundamental para esa persona", explica la subdirectora.
Este es uno de los temas que se abordó en la capacitación del viernes, donde también se presentó el trabajo realizado con el acompañamiento desde el municipio a más de 150 personas con problemática de consumo.