El 26 de noviembre, una joven argentina que está viviendo en Playa del Carmen -México- fue testigo de un crimen. Según trascendió, mientras se encontraba trabajando en un bar de la playa, la escena que vio le generó tal impacto que cuando regresó al lugar donde se aloja empezó a tener convulsiones y sufrió un ACV -Accidente Cerebro Vascular-.
¿Qué rol juegan vivencias de este tipo en la salud? ¿Pudo haber incidido en la ruptura de un aneurisma? ¿Tiene que haber una predisposición genética o una enfermedad preexistente como para que una vivencia extremadamente fuerte derive en un ACV? ¿Fue casualidad o hubo una causalidad?… A todas esas dudas respondió el neurólogo Francisco Varela en una entrevista que concedió a El Litoral.
“Estuve leyendo sobre lo que pasó. Lo que entiendo, en realidad, es que el ACV se produce por una ruptura de un aneurisma; y esa es una diferencia clave. Es decir: la joven no tuvo un ACV convencional, como el isquémico que se da en el 85- 90 % de los casos, sino que tuvo la ruptura de un aneurisma - zona débil en la pared de un vaso sanguíneo que provoca que éste sobresalga o se abombe- . Y eso tiene más lógica como desencadenante del ACV. El estrés situacional que ella presenció fue lo que provocó la ruptura de esa aneurisma y eso derivó en el ACV”, explicó el doctor Varela a El Litoral.
Carolina Camaño se encontraba en Playa del Carmen cuando presenció un crimen.
Cabe señalar que todos los aneurismas pueden complicarse con la ruptura del vaso y provocar una hemorragia cerebral, causando un accidente vascular cerebral; que fue lo que sucedió con la joven argentina que está en México.
Sobre los ACV
“Lo primero que hay que entender es que cuando hablamos de ACV nos podemos referir tanto a un ACV isquémico, que es cuando en términos coloquiales una arteria se obstruye, o hemorrágico que es cuando, por diferentes mecanismos, una arteria o vena se rompe y genera un sangrado cerebral o de los espacios que rodean al cerebro. Este último, fue el del caso trascendido de la mujer Argentina en México. La paciente sufrió la ruptura de un aneurisma cerebral voluminoso, que derivó en un ACV hemorrágico y la llevó al estado de salud crítico actual”, dijo el neurólogo Francisco Varela que trabaja en un importante sanatorio privado de la capital santafesina.
Y agregó: “Para entender un poco más de qué se trata: un aneurisma cerebral es una dilatación de una arteria intracraneal, cuya pared está debilitada y presenta riesgo de ruptura. La mayoría de los aneurismas son pequeños y tienen muy bajo riesgo de complicaciones de este tipo. Hay factores que incrementan el riesgo de ruptura y por ende de sangrado. Entre ellos el tamaño, la forma irregular, la localización y la tasa de crecimiento”.
“Sin embargo hay determinantes externos a la anatomía o naturaleza misma del aneurisma, tales como eventos de estrés situacional severos, que pueden incrementar el riesgo de ruptura. En términos biológicos, cuando una persona está estresada, el cuerpo libera adrenalina, lo que aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial. El estrés no causa un aneurisma, pero la oleada de hormonas cuando una persona se enoja o se altera puede elevar la presión arterial y, a su vez, desencadenar la ruptura de un aneurisma por un factor, de alguna manera mecánico”, continuó.
El caso que conmociona al país
El hecho sucedió el pasado domingo 26 de noviembre, cuando Carolina Camaño, una cordobesa de 31 años radicada en este paraíso caribeño desde hace 8 meses, se encontraba en la playa y fue testigo de un crimen, escena que la impactó y que, al regreso a su casa, le provocó convulsiones. Su cuadro se agravó con el paso de los días y tuvo que ser internada.
Tras ser hospitalizada, se descubrió que la joven tenía un aneurisma del tamaño de una pera.
Respecto a la impactante escena que Carolina presenció antes de sufrir el ACV, se supo que la joven estaba en un bar de la playa y fue testigo de la muerte de una persona. Mucho más no se sabe ya que al llegar a su casa posteriormente a lo vivido comenzó con convulsiones, perdió el habla, sus ojos se desviaron y debió ser llevada al hospital por un grupo de compañeros. Además se encontraba confundida, con vómitos y mareos.
El comunicado de la familia Camaño.
Lo último que se sabe de la argentina es que fue operada con éxito en una institución médica privada de alta complejidad en Mérida, a casi 300 km de Playa de Carmen, y su familia continúa recaudando dinero para poder afrontar gastos económicos frente a toda esta situación.