Desde que se empezó a producir en el país en 2013, la copa menstrual es utilizada cada vez por más mujeres. Sin embargo, hasta ahora ese producto no estaba regulado. Recién esta semana, el Gobierno oficializó el marco normativo al que se deberán adecuar los productores e importadores de la “copita”.
La resolución 550/22 del Ministerio de Salud se publicó este martes y actualiza otra resolución de 1990 que establecía la "regulación técnica para control de productos higiénicos descartables de uso externo e intravaginal".
Esto incluye los pañales de bebés, pañales de adultos, absorbentes para leche materna y, en la expresión que se utiliza ahora impulsada por el movimiento feminista, los productos de gestión menstrual, esto es, toallitas, tampones, protectores diarios y también los “colectores de flujo menstrual”, como nombra la resolución al dispositivo de silicona reutilizable que contiene el sangrado menstrual. Léase la copa menstrual o la “copita”.
No hay estadísticas oficiales de cuántas se venden en el país porque, justamente, hasta ahora no estaba regulada. La enorme repercusión que tuvo en 2019 un posteo de Sofía Gala criticándola mostró que es una opción que eligen cada vez más mujeres, no sólo las más jóvenes ni sólo las que buscan un estilo de vida eco-friendly.
En las farmacias, las copas menstruales se consiguen desde $ 1.200 y las defensoras de este método aseguran que es mucho más económico que tampones y toallitas porque duran hasta cinco años. E incluso hay dependencias del Estado, como la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que compraron copas menstruales para distribuirlas entre sus empleadas.
De acuerdo a la resolución de Salud, desde ahora podrán producirlas o distribuirlas establecimientos habilitados por la ANMAT y deberán estar fabricadas con "materiales atóxicos, aptos para su uso, y libres de fragancias o inhibidores de olores".
Tenés que leer"La menstruación es un factor de desigualdad económica, cultural y social"También deberán llevar, al igual que los tampones, una advertencia en su rotulado sobre el posible riesgo de síndrome de shock tóxico (SST), indicaciones para detectarlo e instrucciones para la consulta médica inmediata.
Este síndrome lo causa una bacteria, el Staphylococcus aureus, y provoca fiebre, presión arterial baja y otros trastornos potencialmente graves (digestivos, musculares, renales). Según los expertos es extremadamente raro, pueden influir otros factores y lo que se recomienda es cambiar con frecuencia tanto el tampón como la copa.
Las empresas que venden copas menstruales deberán adaptarse ahora a esta nueva regulación y los productos tendrán que ser autorizados por la ANMAT, que se descuenta establecerá un plazo de adecuación a la normativa.
La resolución de Salud también trae otro ítem novedoso, no sólo para las copitas sino también para todos los otros productos higiénicos descartables: ya no será necesario que hayan sido testeados en animales para que la ANMAT los autorice. Al igual que ocurre con productos cosméticos, se podrán aprobar si los ensayos de seguridad se hacen con los nuevos métodos utilizados internacionalmente, como ciertos estudios in vitro.