Es casi un hecho que en los próximos días el presidente Alberto Fernández anunciará una nueva prórroga del aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus. De esta forma, la Argentina se convertirá en el país con la cuarentena más larga del mundo.
De extenderse hasta el 8 de junio, la medida del gobierno nacional -que inició el 20 de marzo- cumpliría 80 días de encierro, superando los 76 de la ciudad china de Wuhan, donde se originó la pandemia.
Muchos bloqueos se han acercado al de la ciudad china, aunque con distintos grados de exigencia, como en España, Francia e Italia. La mayoría de los países han planeado la reapertura en distintas fases y de manera desigual en todo el territorio, generalmente reservando las grandes urbes para el final.
En países como Estados Unidos y Brasil, es más complicado medir la extensión del confinamiento porque no se han tomado medidas a nivel federal, sino que la respuesta a la crisis recayó en los gobernadores y alcaldes. Tanto Donald Trump como Jair Bolsonaro se han mostrado reacios ante la idea de un bloqueo nacional.
No obstante, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, ordenó una cuarentena el 24 de marzo para contener el avance descontrolado del virus. El estado se ha convertido en el principal foco infeccioso del país con 69.915 y 5363 muertes.
Similar es el caso de Nueva York, el estado norteamericano más golpeado por la pandemia, donde el gobernador Andrew Cuomo ordenó el cierre de los comercios y a los ciudadanos a permanecer en los hogares el 22 de marzo.