Ola de calor: es fundamental cuidar a bebés, niños y adultos mayores
Proteger a esas franjas etarias de la exposición al sol, mantenerlos frescos e hidratados son algunas de las principales sugerencias en estos días agobiantes. En caso de los bebés, amamantarlos a demanda. En los ancianos, hay que tener en cuenta que la sintomatología de un golpe de calor es distinta.
Para los niños, tener en cuenta de hidratarlos, no exponerlos al sol en horarios indebidos y que permanezcan en lugares frescos. No es recomendable que hagan deportes en horarios de calor extremo.
Santa Fe atraviesa estos días de diciembre con temperaturas agobiantes, ante las cuales la población general debe tener los cuidados necesarios. El foco debe estar puesto principalmente en los bebés, los niños y los adultos mayores, que son las franjas etarias más sensibles al sol y al calor provocado por los altos registros de temperatura, lo que puede llegar a ocasionar un "golpe de calor". Este es un trastorno provocado por el exceso de calor en el cuerpo cuando la temperatura externa es elevada, y aún más si la humedad del ambiente es alta o se está realizando alguna actividad física.
La pediatra Marianela Jullier hizo algunas recomendaciones para al protección de las infancias. En primer lugar, se refirió a los bebés de hasta 6 meses. "Los bebés transpiran y regulan la temperatura igual que los adultos, pero son mucho más lábiles a los cambios bruscos de temperaturas y a soportar registros extremos, como es el caso del calor que estamos sufriendo en la ciudad de Santa Fe por estos días", comenzó explicando, ante la consulta de El Litoral.
El adulto mayor debe evitar la exposición directa al sol. Si tiene que hacer algo, como tender la ropa en un patio, hacerlo bien temprano o por la tardecita y regulando la intensidad de la actividad.
A los niños menores de 6 meses, "no se los puede exponer al sol, como primera medida, ni se debe colocarles protectores solares porque no están recomendados para esa edad. Por lo tanto, la exposición al sol debe ser nula", dijo Jullier. Además, aconsejó para los bebés "lactancia materna a demanda; obviamente que van a tomar más teta, es lo que debe pasar y, a su vez, las mamás les deben ofrecer más todavía para evitarles la deshidratación".
Para los niños y niñas de 6 meses en adelante, la pediatra dijo que si bien ya pueden utilizar protectores solares "se recomienda no exponerlos al sol hasta el año edad; luego del año, la exposición puede realizarse aunque siempre en horarios debidos: antes de las 10 de la mañana y después de las 16.30 ó 17 horas y siempre con protección alta, esto es, factores 50 para arriba. Lo más importante es la hidratación con abundante cantidad de líquido y no exponerlos al sol en horarios del mediodía".
Luego, para los chicos más grandes que ya juegan en el patio o hacen algún deporte, la pediatra sugirió: "Primero, evitar la exigencia física alta porque van a estar mucho más propensos a que fallen los mecanismos de termorregulación y el cuerpo de un niño o niña no soporte esos cambios de temperatura , desarrollando un golpe de calor". Entonces, sugirió que las actividades deportivas no se desarrollen en horarios de temperaturas extremas y que los chicos se hidraten bien.
Aconsejan controlar la temperatura de los bebés y su sistema de termorregulación.
Los juegos y actividades de recreación deben dejarse para los horarios debidos y sin exposición directa al sol. "Lo más recomendable es que el niño permanezca adentro del hogar con temperaturas confortables. También vestirlos con ropa clara y de algodón que se toleran mucho más en la piel que, por ejemplo, una ropa oscura o las camisetas de nylon que generan más calor y transpiración; también ponerles gorro siempre", añadió. Y dijo: "Un chapuzón en la pileta está bueno, siempre y cuando sea a la sombra o horarios debidos".
Cómo saber si es un golpe de calor
Si el niño estuvo expuesto a temperaturas altas en horarios indebidos y no se hidrató bien, se puede sospechar que está sufriendo un golpe de calor si presenta los siguientes síntomas: aumento súbito de la temperatura entre 38 y 40 grados, dolor de cabeza, malestar digestivo, náuseas, vómitos, incluso pueden llegar a tener diarrea. En los bebés también se puede presentar irritabilidad y llanto extremo.
"Todos esos síntomas son compatibles con un golpe de calor. En ese caso, corresponde hacer la consulta con el médico", consideró Jullier, al tiempo que remarcó que un golpe de calor puede ser "riesgoso" para un niño, sobre todo, si es pequeño y no sabe manifestar los síntomas. "Por lo cual si perdura en el tiempo puede resultar riesgoso; entonces hay que tener un dato certero de la exposición al calor y si aparecen esos síntomas, hacer la consulta enseguida con un médico", informó.
En cuanto a la nutrición en épocas de verano, además de hidratar bien a los niños, es ideal que reciban una alimentación fresca, variada y saludable. "Muchas frutas y verduras; no exponerlos a alimentos como sándwiches y hamburguesas que pueden perder cadena de frío y muy rápidamente ponerse en mal estado".
Mayores de 65 años
Por su parte, las personas mayores de 65 años son más sensibles al calor porque "tiende a adelgazarse la piel que es el órgano regulador de la temperatura; además, a nivel cerebral se hace menos eficiente el centro regulador de la temperatura, por lo cual son más propensos a sufrir golpes de calor y deshidratación", explicó Laura Lerman, médica clínica con orientación en Gerontología.
Ante esta ola de calor, recomendó a los adultos mayores: consumir abundante líquido y alimentarse con comidas livianas, que sean mayormente frutas y verduras; estar en ambientes frescos con 24 grados de temperatura; evitar la exposición directa al sol, principalmente en horarios no debidos. Por ejemplo, "si va a tender la ropa, hacerlo en horario bien temprano por la mañana o a la tardecita-noche y de a pocas prendas por vez. Mojarse la cabeza no va a prevenir nada si sale 5 ó 10 minutos al sol fuerte".
"El golpe de calor también se previene con los chequeos médicos periódicos que deben realizarse. En el adulto mayor en general los síntomas son distintos a los de la población en general y puede presentarse como un síndrome confusional, mareos, vértigos, pieles rojas y la presión arterial baja. Por eso, es de suma importancia los controles médicos periódicos", remarcó Lerman, quien además de consultorio atiende a domicilio a personas ancianas.
Asimismo, la médica dijo que dependiendo de las enfermedades de base del paciente, las recomendaciones cambian: "Por ejemplo, en los casos de diabetes e hipertensión; de igual forma, en general la sugerencia común a todos es hidratarse y consumir dietas livianas y altas en líquidos como son las frutas y verduras".
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