Viruela del mono: cuáles son los síntomas y cómo se contagia esta enfermedad que no tiene vacuna
La también denominada “viruela símica” es más frecuente en zonas centrales y occidentales de la selva tropical de África, pero en las últimas semanas comenzó a detectarse en Europa y Latinoamérica. Esto dice la OMS.
Crédito: Gentileza
Lunes 23.5.2022
12:41
/
En un reporte del Ministerio de Salud de la Nación este domingo se detalló que permanece en estudio un caso sospechoso con "síntomas compatibles con viruela símica". Se trata de una persona radicada en la provincia de Buenos Aires y proviene de España, donde previamente se había detectado.
Si bien tiene características similares a la erradicada en 1980, la viruela de mono posee ciertos factores que hacen que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la defina como una enfermedad rara.
Según la OMS, es un virus transmitido a las personas por diversos animales salvajes, como roedores y primates, pero tiene una propagación secundaria limitada a través de la transmisión de persona a persona.
Los primates son los principales trasmisores, junto a lo roedores. Crédito: Gentileza
Es una zoonosis viral rara, que produce síntomas parecidos a los que se observaban en los pacientes de viruela en el pasado, aunque menos graves. Con el cese de la vacunación contra la viruela, se ha convertido en el ortopoxvirus más importante.
Cómo se transmite
En los casos iniciales, la infección se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados. En África se han descrito infecciones humanas resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o ardillas infectados. Se considera que los roedores son el principal reservorio del virus. Un posible factor de riesgo es la inadecuada cocción de la carne de animales infectados.
La OMS indica además que la transmisión secundaria o de persona a persona puede producirse por contacto estrecho con secreciones infectadas de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados recientemente con los fluidos del paciente o materiales de la lesión. La misma se produce principalmente por gotículas respiratorias, generalmente tras prolongados contactos cara a cara con el paciente, lo que expone a los miembros de la familia de los casos activos a un mayor riesgo de infección.
La infección se transmite asimismo por inoculación o a través de la placenta (viruela símica congénita). Hasta la fecha no se ha podido demostrar que la transmisión de persona a persona por sí sola pueda sostener la infección por el virus de la viruela símica en los seres humanos.
Cuáles son los síntomas
Con un periodo de incubación que suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21 días, la infección puede dividirse en dos períodos:
El periodo de invasión (entre los días 0 y 5), caracterizado por fiebre, cefalea intensa, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía).
El periodo de erupción cutánea (entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre), cuando aparecen las distintas fases del exantema, que por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son el rostro (en el 95% de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). La evolución del exantema desde maculopápulas (lesiones de base plana) a vesículas (ampollas llenas de líquido), pústulas y las subsiguientes costras se produce en unos 10 días. La eliminación completa de las costras puede tardar hasta tres semanas.
El número de lesiones varía desde unas pocas hasta varios miles, y afectan a las mucosas de:
la boca (70% de los casos)
los genitales (30%)
la conjuntiva palpebral (20%)
la córnea o globo ocular (porcentaje indeterminado)
Crédito: Gentileza
Algunos pacientes presentan linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos) grave antes de la aparición del exantema. Ese signo característico de la viruela símica permite diferenciarla de otras enfermedades similares.
Cómo se puede tratar
Si bien aún no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela símica, existen métodos para poder controlar los brotes. En el pasado, la vacuna antivariólica demostró una eficacia del 85% para prevenir la viruela símica.
Sin embargo, la vacuna ya no está accesible al público, puesto que se suspendió su producción tras la erradicación mundial de la viruela en 1980. Con todo, la vacunación antivariólica previa puede contribuir a que la evolución de la enfermedad sea más leve.