El equipo de verificación de hechos BBC Reality Check ha examinado algunas de las afirmaciones falsas más compartidas: supuestos planes para colocar microchips en las personas mediante la inyección, el supuesto cambio en nuestro código genético y la seguridad general de las vacunas. El multimillonario fundador de Microsoft ha sido objeto de muchos rumores falsos durante la pandemia. Se convirtió en un objetivo debido a su trabajo filantrópico en salud pública y desarrollo de vacunas.
Una de las afirmaciones más compartidas (que ha estado circulando desde principios de este año) es que la pandemia de coronavirus es una excusa para un plan de implantación de microchips rastreables en personas y que Gates está detrás de todo. Los rumores surgieron en marzo, cuando Gates mencionó en una entrevista que en un futuro "tendremos unos certificados digitales" que se usarían para mostrar quién se recuperó, quién se hizo la prueba y, finalmente, quién recibió la vacuna. No mencionó microchips.
Esa respuesta dio lugar a un artículo ampliamente compartido, titulado: "Bill Gates utilizará implantes de microchip para combatir el coronavirus". El artículo se refiere a un estudio, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, sobre una tecnología que podría almacenar los registros de vacunas de alguien en una tinta especial administrada al mismo tiempo que una inyección.
Sin embargo, la tecnología no es un microchip y se parece más a un tatuaje invisible. Aún no se ha implementado, no permitiría rastrear a las personas y la información personal no se ingresaría en una base de datos, dice Ana Jaklenec, científica involucrada en el estudio. La Fundación Bill y Melinda Gates dijo que "la referencia a los 'certificados digitales' está relacionada con los esfuerzos para crear una plataforma digital de código abierto con el objetivo de ampliar el acceso a las pruebas caseras seguras".
Tenés que leerYouTube eliminará contenidos falsos o engañosos sobre las vacunas contra el coronavirusPor lo tanto, no hay evidencia que respalde las afirmaciones de que existe un plan para implementar microchips rastreables. Y la Fundación Bill y Melinda Gates le dijo a la BBC que estas afirmaciones son completamente falsas. A pesar de la falta de evidencia, una encuesta en mayo a 1.640 personas en EE.UU. sugirió que el 28% creía que Gates quería usar vacunas para implantar microchips en las personas.
El supuesto "ADN alterado"
Una corresponsal de la Casa Blanca para un sitio web favorable a Donald Trump, Newsmax, le dijo a sus 264.000 seguidores de Twitter que hay que "tener cuidado" con la vacuna Pfizer/BioNTech. El temor de que una vacuna cambie de alguna manera los genes del receptor es otra afirmación vista en múltiples publicaciones de Facebook.
La BBC preguntó a tres científicos independientes sobre esto. Dijeron que la vacuna contra el coronavirus no alteraría el ADN humano. Uno de los mayores diferenciales de la vacuna BNT162 (Pfizer y BioNTech) es el hecho de que se basa en ARN.
"Inyectar ARN en una persona no hace nada con el ADN de una célula humana", dijo el profesor Jeffrey Almond, de la Universidad de Oxford. El portavoz de Pfizer, Andrew Widger, dijo que la vacuna de la compañía "no altera la secuencia del ADN de un cuerpo humano".
Esta no es la primera vez que se examinan afirmaciones de que una vacuna contra el coronavirus alteraría el ADN. Un video muy popular difundía la teoría en mayo. Este producto contiene una pequeña secuencia genética creada en el laboratorio que "enseña" a las propias células del cuerpo humano a producir proteínas similares a las del Sars-CoV-2.
A partir de ahí, el sistema inmunológico reconoce la amenaza y crea una respuesta que protege al cuerpo de futuras infecciones. El tuit de Robinson incluía la afirmación de que la tecnología de la vacuna de ARNm "nunca se había probado ni aprobado antes".
Es cierto que antes no se ha aprobado ninguna vacuna de ARNm, pero en los últimos años se han realizado varios estudios de vacunas de ARNm en humanos. Almond dice que la vacuna Pfizer/BioNTech es la primera en mostrar la efectividad que se necesitaría para lograr la autorización. El hecho de que sea una tecnología nueva, dice, "no significa que debamos tenerle miedo".
Las nuevas vacunas se someten a rigurosos controles de seguridad antes de recomendar su uso generalizado. En los ensayos clínicos de Fase 1 y Fase 2, las vacunas se prueban en una pequeña cantidad de voluntarios para verificar que sean seguras y determinar la dosis correcta. En las pruebas de Fase 3, se prueban en miles de personas para ver si son efectivas.
El grupo que recibió la vacuna y un grupo de control que recibió el placebo son monitoreados de cerca para detectar cualquier reacción adversa (efectos secundarios). El control de seguridad continúa incluso después de que se autoriza una vacuna. Se están evaluando varias estrategias y tecnologías para crear vacunas contra el covid-19: desde el uso de virus inactivados hasta nuevas formulaciones con ARN, un código genético creado en el laboratorio.
Claire Wardle, autora de un informe reciente sobre los mitos sobre las vacunas en las redes sociales, dice que hay un "déficit de datos" en torno a temas como la tecnología de ARNm. Es decir, se trata de una situación en la que existe una alta demanda de información, pero la oferta de información confiable es escasa. "Esto deja a la gente vulnerable a la información errónea, que rápidamente llena el vacío", dijo Wardle, director ejecutivo de la organización sin fines de lucro contra la desinformación First Draft. "Si bien la información confiable está luchando por satisfacer la demanda, las cuentas individuales que no son de confianza y los medios alternativos pueden disminuir la confianza en las vacunas", dice.
Otra declaración en el tuit de Robinson fue uno de los principales temas contra las vacunas compartidos en los últimos días. Dijo que el 75% de los voluntarios en el ensayo de la vacuna experimentaron efectos secundarios. Pero Pfizer y BioNTech no informaron ningún problema de seguridad de consideración en su estudio.
Muchas vacunas tienen efectos secundarios. Pero la mayoría no son tan severos como los activistas contra las vacunas quieren que creamos. "Como todas las vacunas, esto puede causar efectos secundarios a corto plazo, que incluyen dolor en el lugar de la inyección, fiebre, dolores y molestias musculares, dolor de cabeza y fatiga", dijo Penny Ward, profesora de medicina farmacéutica en el King's College London.