En la actualidad, el desarrollo de una vacuna contra el Covid-19 a base de plantas se realiza en Estados Unidos, Canadá, países de Europa y América Latina bajo el objetivo de llegar a 30 mil voluntarios a nivel global. En Argentina, el estudio está en fase 3.
Tras el rechazo de sectores referentes del vegetarianismo y veganismo, respecto al testeo previo en animales, es decir, desde su inicio hasta las pruebas que garantizaron su seguridad, dos instituciones nacionales fueron elegidas, por la calidad profesional y de trayectoria en investigaciones clínicas.
El instituto privado Mautalen (especializado en distintas patologías y áreas) y el Hospital Militar (un centro de referencia para numerosos ensayos) están a cargo de la tercera etapa. Gonzalo Pérez Marc, médico que lidera el proyecto a nivel local, aclaró: "La población que forma parte de este estudio, que tiene entre 18 y 40 años, es muy particular: vienen con mucha curiosidad, con un gran conocimiento sobre las vacunas en general y con preguntas respecto a temas como la anticoncepción que deben hacer durante el proceso o el vegetarianismo”.
La "vacuna vegetal" se trata de un proyecto de la compañía canadiense Medicago, en asociación con la británica GlaxoSmithKline, que utiliza tecnología Virus Like Particules (VLP) -basada en plantas- donde las partículas se asemejan al virus pero son infecciosas.
En este sentido, las plantas que se cultivan en los invernaderos con calidad farmacéutica están cuidados de todo tipo de plagas y se manipulan con dos brazos mecánicos.
Tenés que leerAbre la inscripción para participar en el estudio clínico de la vacuna vegetalSin embargo, no es la primera vez que se utiliza origen natural en este tipo de desarrollo. Las vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) fueron las primeras que utilizaron esta plataforma y la compañía Medicago ya la aplicó en dos vacunas contra la influenza.
Respecto a cuándo estarán disponibles, Pérez Marc dijo que la conserva se mantiene en temperaturas entre 2 y 8 grados de heladera y agregó: “Es una producción muy sencilla y para principios de septiembre o mediados de agosto se podría tener un resultado con eficacia que permita la producción de emergencia y la producción de la vacuna”.
Además afirmó que si demuestra ser eficaz, se puede escalar de forma rápida su producción. “Genera una respuesta inmunológica muy completa, robusta y duradera por ser tan parecida al virus”, “en el fondo las vacunas son simuladores, por lo que, cuanto más simulas la enfermedad, mejor vacuna tenes”, explicó.