En dos estudios locales se están incorporando voluntarios para conocer si un fármaco de uso común para el tratamiento de infecciones parasitarias, bacterianas y virales –nitazoxanida– serviría también para prevenir la transmisión del virus de Covid-19 o evitar que la infección leve se vuelva más grave.
Si es así, el comprimido se sumaría a las terapias que demostraron algún efecto contra el SARS-CoV-2. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se comunicó con uno de los equipos argentinos para sumar sus primeros resultados en un análisis más exhaustivo con datos obtenidos en otros países.
Se trata del ensayo que avanza en el Hospital Universitario Austral (HUA) en pacientes con Covid-19 leve a moderado (sin requerimiento de oxígeno), mayores de 18, tratados con nitazoxanida o un placebo. Llevan incorporados 60 de los 135 casos que se propusieron evaluar en un estudio piloto y los primeros datos que analizó el equipo a cargo de Marcelo Silva, jefe de Hepatología y Trasplante Hepático del HUA, fueron alentadores como para seguir adelante. El objetivo de este ensayo es comprobar si el fármaco puede eliminar el virus del tracto respiratorio al séptimo día de uso.
“Hace un mes y medio publicamos los resultados preliminares con 45 pacientes en ese momento –cuenta–. Comparamos la cinética viral (caída del virus detectable) en los pacientes con Covid-19 leve a moderado, con o sin neumonía. Para eso, medimos la carga viral tras un hisopado a los 3, 7 y 14 días. Al séptimo día, el comportamiento del virus era distinto versus placebo: la carga viral había caído por lo menos un 35% en un 50% de los pacientes tratados, comparado con un 10% de los que habían recibido el placebo. Cuando disminuye la carga viral, hay menos chances de desarrollar enfermedad grave y transmisión”.
Tenés que leerMás de 152 millones de personas se contagiaron de coronavirus en todo el mundoEl del HUA es uno de los estudios en curso sobre la posibilidad de reducir con el antiinfeccioso de uso oral esa presencia de virus detectable. “Todos los que lo preceden son ensayos preclínicos. Dar el salto a lo clínico y ver que se corrobora en un número pequeño de pacientes ya es un dato alentador”, continúa Silva, sobre los resultados que ya atrajeron la atención de la OMS para un análisis en el que combinará los datos de varios estudios similares en el mundo.
Como viene ocurriendo con otras terapias, muchas de las cuales quedaron en el camino por su falta de eficacia contra el virus SARS-CoV-2, la OMS va relevando los resultados preliminares de los estudios en los países como si fuera un rompecabezas y orienta recomendaciones no solo de uso, sino también para la investigación. Por ejemplo, aconsejó abandonar los estudios sobre el uso de hidroxicloroquina para prevenir Covid-19 por falta de resultados. En esta emergencia sanitaria, es clave facilitar el acceso más rápido y seguro a nuevas herramientas terapéuticas.
En Estados Unidos, el laboratorio Romark acaba de solicitar a la agencia regulatoria de ese país (FDA, por su sigla en inglés) la autorización de uso de emergencia de la nitazoxanida para tratar casos de Covid-19 moderados. Fue luego de que, en un estudio de fase 3, solo se agravó uno de los 112 pacientes (0,9%) con alto riesgo de tener complicaciones tratados con esta droga de liberación prolongada finalmente, comparado con siete de los 126 (5,6%) que habían recibido un placebo. El estudio se hizo con 1092 voluntarios (chicos y adultos) con síntomas sospechosos de Covid-19 desde hacía menos de tres días, que habían consultado en algún centro de ese país.
En otro estudio reciente sobre 1400 pacientes con Covid-19 también leve o moderado atendidos en 36 centros de Estados Unidos y Puerto Rico, el tratamiento oral redujo el uso de oxígeno, las internaciones y el tiempo que duró la enfermedad.
Otro estudio en el país es el que lleva adelante la Fundación Huésped. Ahí, el equipo en el que participa Herman Ludvik, de la División de Infectología del Hospital Fernández e integrante del área de investigaciones de la fundación, indaga si la nitazoxanida puede prevenir la infección en los contactos estrechos de una persona con Covid-19.
Para eso, están convocando voluntarios que sean convivientes de casos confirmados. El número a reunir es 456 voluntarios: un grupo recibe el tratamiento y otro, un placebo. Ya están estudiando a 140 voluntarios.
“Es una droga de uso frecuente, que se usa para infecciones bacterianas, virales y, principalmente, diarreas por parásitos. Es seguro, accesible y, como efectos adversos, puede causar dispepsia o dolor abdominal”, explica Ludvik. “La mayoría de los estudios sobre este medicamento son para el tratamiento temprano de la infección y hay algunos sobre profilaxis, pero el de la Argentina es el único en convivientes de pacientes, es decir, posexposición”, agrega.
En esta investigación, los familiares de casos positivos de Covid-19 reciben la medicación. Son convivientes asintomáticos de entre 18 y 65 años que vivan en la ciudad o el primer cordón del conurbano bonaerense.
Tenés que leerViajó desde Miami con coronavirus y truchó el certificado para subirse al avión“Es un estudio que busca evaluar la prevención de la transmisión entre los familiares de personas que contrajeron el virus –continúa el investigador–. Vamos a la casa, les hacemos una prueba por PCR para comprobar que ellos no estén infectados, un test rápido para descartar que hayan tenido la enfermedad y les entregamos la medicación para tomar durante una semana. A través de una app, hacemos un seguimiento diario 28 días, además de llamados telefónicos para monitorear la adherencia al tratamiento”.
Si alguno de los familiares comienza con síntomas de Covid-19, se lo deriva al sistema de salud.
El objetivo a alcanzar es, en este caso, determinar si con el tratamiento oral hay diferencia en la cantidad de familiares expuestos al contagio en los que se pudo evitar la infección.
“Es un medicamento que reforzaría el arsenal de profilaxis posexposición”, define Ludvik para marcar una diferencia con las vacunas, que apuntan a la prevención antes de la exposición (preexposición). “Hoy, el verdadero uso sería como herramienta de protección a quien aún no tiene inmunidad protectora al evitar que se infecte después del contacto estrecho. La familia es el principal disparador de circulación viral”, dice.
Aun cuando ambos estudios tienen distintos objetivos, sus investigadores coinciden en dejar bien claro que la nitazoxanida recién se está estudiando para Covid-19 en el mundo y, aunque está a la venta porque está indicada para otras infecciones, la población no debería tomarla hasta que haya evidencia de que sirva con el SARS-CoV-2.
“Dar fármacos seguros es de suma importancia”, sostiene Silva.
Ambos estudios los patrocina el laboratorio Roemmers y en el de la Fundación Huésped también participa el Ministerio de Salud de la ciudad de Buenos Aires.