Dra. Cristina Freuler (MN 58098), Jefa del Departamento de Medicina Interna del Hospital Alemán
Todavía se conoce muy poco acerca de él y se ignoran las vías de transmisión, aunque la interhumana es probable. Tampoco se sabe su tasa de mortalidad.
Dra. Cristina Freuler (MN 58098), Jefa del Departamento de Medicina Interna del Hospital Alemán
En las últimas horas se conoció el “nuevo” virus en China que ya está causando algunas muertes. Pero… ¿cuán “nuevo” es este virus?
Es un virus nuevo, es cierto, pero de una familia ya conocida: los coronavirus, descriptos en 1937 en pollos. Los murciélagos son reservorio natural de muchos de estos virus, no sabemos si también lo es de éste.
Virus de esta familia son comunes en todo el mundo y algunos ni siquiera causan enfermedad en los humanos. Cuando sí lo hacen se presentan habitualmente en forma de un catarro común o, en lactantes, como un cuadro de gastroenteritis. Algunos sin embargo son más serios. En 2002-2003, también en China, se conoció una nueva enfermedad, el SARS (Sindrome Respiratorio Agudo Severo) que dejó miles de muertos y posteriormente pudo atribuirse a un virus de esta familia, al que se denominó SARS_CoV (por coronavirus). Más recientemente en 2012 en Arabia se describe el MERS_CoV (coronavirus productor del Sindrome Respiratorio Oriente Medio). En ambos casos la mortalidad fue de entre un 30-50%.
El último día de 2019 la OMS entra en contacto con las autoridades chinas por un brote de neumonía –218 casos por el momento-, que aparentaba ser viral, entre vendedores de pescado y mariscos del mercado de Wuhan, una ciudad que se encuentra a unas 4 horas de Hong Kong. El mercado, en el que trabajan cerca de 1500 personas, fue rápidamente clausurado ya que de entrada se sospechó de un coronavirus.
Como está establecido y para evitar una pandemia se realizó la denuncia a la OMS y se solicitó ayuda internacional: la lección ya había sido aprendida luego del SARS.
Tras descartar que los responsables fueran los virus ya conocidos, rápidamente se logró identificar uno nuevo, al que se denominó 2019_nCoV (novel Coronavirus). Todavía se conoce muy poco acerca de él y se ignoran las vías de transmisión, aunque la interhumana es probable. Tampoco se sabe su tasa de mortalidad.
Síntomas y propagación
La enfermedad se presenta como un cuadro típico de neumonía con fiebre alta y tos, que luego puede progresar con falta de aire y necesidad de soporte ventilatorio. Con ayuda de laboratorios de otros países, liderados por el Instituto de Virología Campus Charite Mitte de Alemania y el CDC de EEUU, se desarrolló un test que permite realizar el diagnóstico y diferenciarlo de otro tipo de neumonías. Todavía no existe un tratamiento para este virus ni ningún otro coronavirus, y se desconoce su tasa de mortalidad, aunque pareciera ser menor que la del SARS y el MERS, por lo cual el esfuerzo debe estar dirigido a evitar su propagación.
A pesar de los esfuerzos de los países limítrofes, ya se han reportado casos en Corea, Tailandia y Japón. De hecho en Corea, la primera persona diagnosticada fue una mujer proveniente de China a la que se detuvo y aisló en el mismo aeropuerto. Frente al alerta en el país vecino al llegar todos los pasajeros son escaneados al bajar del avión en busca de fiebre. La globalización mundial y los viajes son un riesgo que preocupa al resto del mundo. Ya algunos países, tales como EEUU y Australia, muy conectados con China han comenzado con medidas similares.
Todavía no ha habido casos en Sudamérica, aunque ya habría uno en EEUU. Aunque se ignoran las vías de transmisión, existen algunos consejos básicos que pueden darse a quienes tienen planeado un viaje a esa zona de China o aledaños. Por ejemplo: evitar estar en lugares muy cerrados con mucha gente y/o animales, principalmente aves; lavarse en forma asidua las manos; evitar tocarse la cara; observar el protocolo de tos; los pasajeros además deberán ser instruidos en buscar rápidamente atención médica ante síntomas respiratorios, indicándole al profesional el antecedente del viaje; los hospitales deberán poner entonces en funcionamiento el protocolo de aislamiento correspondiente.
Quienes hacemos “Medicina del Viajero” tenemos una gran responsabilidad en esto: debemos concientizar a los pacientes y capacitar al personal del hospital que eventualmente lo recibirá.
La única manera de protegernos es reconociendo los riesgos existentes y actuando en consecuencia. El conocimiento es nuestra mejor arma.