Covid: en pacientes seleccionados el uso de plasma tuvo resultados satisfactorios
El organismo se sumó en 2020 al ensayo clínico impulsado por el Ministerio de Salud de la Nación y como en otros lugares del mundo se prepara para publicar los resultados. La terapia estuvo indicada en casos específicos.
Covid: en pacientes seleccionados el uso de plasma tuvo resultados satisfactorios
En mayo de 2020 el Ministerio de Salud de la Nación anunció, a través de la Resolución 783, el inicio de un ensayo clínico para el tratamiento del nuevo coronavirus con plasma de convalecientes. Santa Fe se unió a dicho ensayo poco después y, al igual que en el resto de las jurisdicciones que participaron, se encuentra redactando las conclusiones de la investigación. Por ahora, en inglés.
¿Qué dirá ese informe? Brindará detalles de unos 1500 tratamientos con una terapia que al comienzo de la pandemia, en 2020, fue considerada una alternativa viable de abordaje ante la falta de medicación específica y de vacunas. A un año y medio de aquel momento, "se vio claramente, como ocurrió en el mundo, que el uso de plasma de convalecientes con altos títulos de anticuerpos en pacientes muy bien seleccionados tuvo un resultado altamente satisfactorio", dice Mario Perichón, director del Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio). Y hace hincapié en ese concepto de "pacientes bien seleccionados" para aludir a personas mayores de 60 años, con mucho riesgo por comorbilidades, en una fase temprana de inicio de los síntomas y sin esperar que sean derivadas a terapia o requieran respirador.
De esta manera, "en el período en que el paciente no tenía anticuerpos para defenderse, los aportamos desde afuera para impedir que progresara la enfermedad", explicó.
Así fue como Santa Fe junto con la provincia de Buenos Aires fueron pioneras en el uso de plasma y en la cantidad de personas asistidas, "siempre teniendo en cuenta el criterio aplicado para la selección de las personas destinatarias".
Claro que el uso de plasma de convalecientes no es nuevo en el país que tiene, como precursor, a Julio Maiztegui, médico e investigador que utilizó este recurso para tratar la Fiebre Hemorrágica Argentina o "mal de los rastrojos" hasta la aparición de la vacuna específica.