Ugur Sahin, director ejecutivo de la empresa alemana BioNTech, concedió una entrevista a The Guardian tras anunciar el pasado lunes que han desarrollado junto a Pfizer una vacuna contra el coronavirus con una efectividad del 90%.
Ugur Sahin, director ejecutivo de la empresa alemana BioNTech, concedió una entrevista a The Guardian tras anunciar el pasado lunes que han desarrollado junto a Pfizer una vacuna contra el coronavirus con una efectividad del 90%.
Sahin se mostró muy optimista sobre los avances cosechados: "Si la pregunta es si podemos detener esta pandemia con esta vacuna, entonces mi respuesta es: sí, porque creo que incluso la protección solo contra infecciones sintomáticas tendrá un efecto dramático".
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El director ejecutivo de BioNTech fija la vuelta "a la vida normal a mediados del próximo año", aunque avisa de que antes de esta situación habrá "un invierno difícil", porque aunque se empiece a administrar dosis de la vacuna a principios de diciembre, "la situación no cambiará drásticamente", sino que "empeorará antes de mejorar".
Hasta que se desvelaron los resultados de los ensayos, el científico no estaba seguro si se desencadenaría una reacción lo suficientemente fuerte del sistema inmunológico humano: "Era posible que el virus no fuera realmente el objetivo de la vacuna, llegara a las células y continuara enfermando a las personas. Ahora sabemos que las vacunas pueden vencer a este virus".
Mientras que las vacunas convencionales cogen información genética de un virus y la cultivan en una célula humana, el método de ARN mensajero simplemente requiere el código genético del virus, lo que acorta el proceso de producción en casi tres meses.
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Por otra parte, Sahin quiso desmarcarse de la polémica surgida tras las críticas del presidente estadounidense Donald Trump, que acusó a la farmacéutica de dar a conocer el resultado tras las elecciones norteamericanas: "La investigación farmacéutica nunca debe politizarse. Es una cuestión de integridad. Retener información no habría sido ético. Lo importante para nosotros es que estamos desarrollando una vacuna y no hacemos política".
Su funcionamiento
El científico también explicó cómo funciona el remedio: "La vacuna impide que la COVID-19 obtenga acceso a nuestras células. Pero incluso si el virus logra entrar, las células T lo golpean en la cabeza y lo eliminan. Hemos entrenado muy bien el sistema inmunológico para perfeccionar estos dos movimientos defensivos. Ahora sabemos que el virus no puede defenderse contra estos mecanismos".
Respecto a la eficacia de la vacuna, Sahin subrayó que sólo se podrá saber durante las próximas semanas y meses. Y conocer si puede detener las infecciones de los asintomáticos podría llevar hasta un año.
Sobre la duración de la inmunidad, desveló que "hasta ahora sólo tenemos pistas indirectas. Los estudios de pacientes con COVID-19 han demostrado que aquellos con una fuerte respuesta inmune todavía tienen esa respuesta después de seis meses. Me imagino que podríamos estar a salvo durante al menos un año".
Su profecía
Tal y como recordó The New York Times, Sahin lanzó un auténtico vaticinio en octubre de 2018 durante una conferencia en Berlín. Allí, en medio de una sala llena de expertos en enfermedades infecciosas, aseguró que su compañía podría ser capaz de utilizar su llamada tecnología de ARN mensajero para desarrollar rápidamente una vacuna en caso de una pandemia mundial. Dos años después, sus palabras se han convertido en una profecía.