Cómo fue hacer prevención y promoción de salud en el centro del brote de dengue
Villa Guillermina, en el departamento General Obligado, fue la primera localidad en tener casos positivos de la enfermedad. Equipos de salud viajaron hacia allí durante febrero para realizar, en conjunto con personal local, tareas de campo.
El intercambio con vecinas y vecinos de la localidad fue una constante durante las dos semanas en que se desarrolló el operativo conjunto de prevención en Villa Guillermina.
Crédito: Gentileza.
Este año el dengue comenzó por el norte de la provincia. El dato puede no llamar demasiado la atención, si se tiene en cuenta que es la región más cálida y cercana a otros territorios donde está presente el Aedes Aegypti; mosquito que funciona como vector transmisor de la enfermedad. Y un poco más allá, fuera del país se encuentran Brasil y Paraguay, donde hubo un importante número de casos.
Pero fue en Villa Guillermina, localidad del departamento General Obligado, donde se registró la mayor cantidad de contagios.
Hacia allí viajaron, durante dos semanas de febrero, equipos de salud de la ciudad de Rosario, con el objetivo de colaborar en la contención del brote.
Aldana Bianchi, Juan Francisco Rodríguez y Emanuel Fabiano pertenecen al Ministerio y se desempeñan en la Dirección de Proyectos Estratégicos que coordina Pablo Ruggeri. En diálogo con El Litoral contaron cómo fue esa experiencia, que los ubicó en una geografía bien distinta a la habitual, pero en una realidad en la que el aprendizaje -confían- fue mutuo.
Emanuel Fabiano, Aldana Bianchi y Juan Francisco Rodríguez integraron los equipos de salud que colaboraron en tareas de promoción y prevención en el norte provincial.
Crédito: Flavio Raina
En el terreno
"Comenzamos a trabajar con el equipo hace tres años, cuando se inició la pandemia", arranca Bianchi, estudiante de Enfermería de la UNR. Para concluir en que con el tiempo, y la crisis sanitaria por Covid-19 ya prácticamente superada, los escenarios de trabajo se fueron modificando.
Fueron dos equipos de 10 personas cada uno, que rotaron durante las dos semanas.
"Cuando llegamos encontramos que la mayoría de la gente estaba contagiada", dice Fabiano. Eran 250 casos positivos confirmados por laboratorio, y muchas más personas con síntomas de dengue. Entre ellos, dolor en las articulaciones, de cabeza, detrás de los ojos, fiebre y cansancio.
"Desde mi experiencia, la situación fue bastante compleja en cuanto a necesidades del pueblo, teniendo en cuenta que veníamos de dos años de pandemia y ahora se sumaba un brote de dengue", dice Fabiano. Al principio "fue difícil de manejar porque había una sintomatología parecida a la de hace dos años".
En esa situación, los equipos recorrieron la localidad y hablaron con vecinas y vecinos.
"Nuestra función fue de prevención y promoción de la salud, estar atentos a la sintomatología y evitar que se reproduzca el mosquito", recuerda Rodríguez. Las personas con síntomas eran derivadas al hospital y si había reservorios de Aedes aegypti, se los eliminaba.
Casa por casa, más allá de las distancias, fue el relevamiento de los equipos de salud en el norte provincial.
Crédito: Gentileza
Fueron unas 200 manzanas en las que se desplegó el operativo que Bianchi describe como "una experiencia maravillosa", ya sea por la lejanía con la ciudad de origen ("Rosario y Villa Guillermina están distantes pero pertenecen a Santa Fe", reflexiona) como por el trabajo desarrollado. "Nuestro deber era brindar a la población toda la educación necesaria para que ellos puedan utilizar esas herramientas".
En un lugar donde la sequía golpea fuerte y el agua segura para beber se junta en baldes y otros objetos, las medidas de prevención estuvieron orientadas, además del descarte de objetos inutilizables, a cubrir esos recipientes de manera segura para evitar la proliferación de los mosquitos. Otro eje es mantener limpios los bebederos de los animales, no solo los de compañía sino también los de corral.
El desafío de educar
"La educación es fundamental; nos ha pasado de explicar estas técnicas en alguna cuadra y cuando volvíamos al lugar veíamos que las estaban poniendo en práctica", dice Bianchi.
"Es una experiencia que nos conecta con una realidad que a lo mejor está un poco alejada de la nuestra y nos hace dar una mano a quien lo necesite. Que es lo que corresponde al Estado", aporta. Mientras Fabiano coincide en que "el educativo es uno de los desafíos del sistema sanitario" a la vez que se pregunta: "Más allá de lo que realizamos, cuál va a ser la función en los próximos meses teniendo en cuenta el contexto climático actual" que predispone a algunas regiones del país a estar más expuestas a brotes de estas características.
El trabajo en equipo es un punto que destacan los tres y refuerza Rodríguez cuando explica que "trabajamos en conjunto con integrantes de bomberos voluntarios, que son quienes conocen el territorio".
Las anécdotas sobre el buen trato de la gente del pueblo, el cuidado en la atención durante estas dos semanas y los mensajes de afecto que siguen llegando a integrantes del equipo (con invitaciones a regresar y a comer incluidas), suman a la hora de valorar esta experiencia como un mutuo aprendizaje.