En una entrevista con El Litoral, el Dr. Hugo Valderrama -neurólogo, Máster en Neurociencias (*)-, abordó el tema y brindó recomendaciones útiles que la neurociencia reconoce como claves, para mantener la salud cerebral con el paso del tiempo.
En el contexto de una pandemia que agravó las estadísticas de todas las enfermedades mentales, esta jornada se presenta como otra oportunidad para aportar más datos sobre cómo hacerle frente a la crisis sanitaria. La mirada del Dr. Hugo Valderrama, neurólogo.
En una entrevista con El Litoral, el Dr. Hugo Valderrama -neurólogo, Máster en Neurociencias (*)-, abordó el tema y brindó recomendaciones útiles que la neurociencia reconoce como claves, para mantener la salud cerebral con el paso del tiempo.
-¿Cuáles son los puntos necesarios para un cerebro saludable?
-Primero, transformar los puntos en líneas, dar una continuidad y que pasen a ser hábitos para un cerebro saludable. Tenemos que entender el porqué de estos hábitos, desde un inicio, con educación dentro de la familia y desde la primera escolaridad.
Si no los tenemos incorporado, empezar de a uno sin importar la edad y esforzarse por mantenerlos a largo plazo. El aporte que produce a la calidad de vida impulsa al cerebro a buscar y alcanzar otro.
-¿Podemos enumerar esos hábitos?
-El cerebro necesita saber para qué se levanta, qué tiene para hacer o experimentar. Siempre hay algo por aprender, enseñar, disfrutar… Un hábito debe ser el de buscar objetivos. Pueden ser grandes o varios pequeños, pero deben estar presentes. Muchos son parte de una rutina, lo cual no esta mal, siempre y cuando mezclemos con otros no tan frecuentes, mejor aún si son novedosos.
Ahora, la tecnología da una ventaja inmensa. Ayuda a explorar y conectar con objetivos, mientras sea usada como una herramienta, no como el objetivo en sí mismo.
-La jubilación, ¿puede afectar esa falta de objetivos?
-Se le debe dar a las personas mayores la oportunidad de producir según la experiencia de vida y capacidad de transmitirla, en el tiempo y momento justo. Diagramar un programa laboral evolutivo, que a esa edad no se mida por horas o intensidad de trabajo, sino por momentos puntuales donde es necesario que "alguien que ya la vivió", transmita sus aciertos y errores.
Esa ocupación de transmitir premia la neuronas con dopamina (neurotransmisor del placer), generando un círculo vicioso de pasión por esa labor. Si les preguntan, la mayoría de los mayores lo haría sin esperar nada a cambio. Lo cual no significa que no deba ser correctamente remunerado.
-¿Cómo se mantiene la estructura del cerebro, en donde se trabajan esos objetivos?
-Aumentando lo que se denomina "reserva cerebral''. Alimentación saludable, ejercicio físico diario aeróbico, dormir entre 6 a 8 horas siendo mayor y muy importante, la calidad de la interacción social.
-¿Cómo se destaca la interacción social, siendo que se afectó tanto con la pandemia?
-El cerebro humano necesita de la interacción social, así como necesita líquido. Inclusive las áreas cerebrales que encienden el alarma por la falta de contacto social también se encienden con la deshidratación.
Nuestras neuronas nos premian con satisfacción cuando la pasamos bien con un grupo, simplemente porque tenemos más chances de sobrevivir. Los homo sapiens no hubiésemos sobrevivido sin la capacidad de complementarnos y potenciarnos por medio del lenguaje. Todos no podemos saber mucho de todo, pero sí todos podemos saber mucho de algo y trabajar en equipo.
-¿Se puede dormir bien entre tanto estrés?
-Tenemos algunas redes neuronales primitivas, muy sensibles a las amenazas, porque aún evolucionados, somos de carne y hueso. Hay una premisa que no es una solución de fondo, pero si nos ayuda a alcanzarla.
Ante la duda el cerebro te prepara cognitivamente y físicamente, para atacar o salir corriendo de una amenaza, aunque no tengamos a nadie parado enfrente. Entonces, si frente a determinados problemas de salud, económicos, sociales, etcétera. el cerebro entiende lo mismo que si hubiese un león cerca: no te va a dejar dormir porque, justamente, hay un león cerca.
Lo bueno es que esa base biológica, por ser primitiva, también es fácil de engañar, al menos en parte. Cuando hacemos ejercicio físico que consume oxígeno, los neurotransmisores de estrés que se habían elevado, para atacar o huir de la amenaza, disminuyen.
Claro que al otro día puede seguir la amenaza, la adrenalina y el cortisol vuelven a estar en exceso. Por ello, hay que hacer ejercicio físico, que sienta que consumen oxígeno, todos los días. Es el hábito principal, para lo que se llama "higiene del sueño", entre muchos otros.
Esto no sólo es indispensable (aunque no siempre suficiente) para poder dormir bien, sino que además damos la posibilidad a nuestra atención de sacar la mirada del león por un rato. Permite ver lo que nos rodea y tener más chances de encontrar opciones.
(*) Mat. 5010 / Instagram - Facebook: @neurologohv