Sábado 29.10.2022
/Última actualización 10:35
¿Quién atenderá a las infancias y adolescencias? Con ese interrogante se inicia un documento elaborado por la Dirección de Docencia e Investigación del Hospital de Niños "Orlando Alassia". La pregunta condensa una preocupación que trasciende a la provincia y se instaló a nivel nacional: la falta de cobertura de vacantes para las residencias en Pediatría.
El informe ensaya algunas explicaciones para este fenómeno que ya empezó a tener sus efectos en algunos efectores de salud de la ciudad de Santa Fe pero que, como se dijo, se hizo público a nivel nacional. Las condiciones laborales, la alta carga horaria, la cantidad de años que demanda la especialización y el pluriempleo, aparecen como algunas razones por las que Pediatría no figura como prioridad entre quienes estudian Medicina.
El primer dato que aporta la evaluación es que "en octubre de 2022 ingresaron a la Residencia de Pediatría del Hospital Alassia 6 residentes que cubrieron el 50% de las vacantes existentes", una realidad institucional que "se inserta en el marco de una problemática global en nuestro país: reducción de aspirantes a formarse en pediatría, falta de pediatras para cubrir puestos estratégicos y proyección de un futuro que en el corto plazo mostrará fuertes debilidades en la atención de niñas, niños y adolescentes".
Sin embargo, la falta de recurso humano no afecta sólo el servicio de Pediatría. También a "la mayor parte de las especialidades consideradas prioritarias tanto para la Atención Primaria de la Salud como para los Cuidados Críticos que no lograron completar sus cupos".
Con este panorama, la Dirección Asociada de Docencia e Investigación (DADI) convocó días atrás a integrantes, ex directores y ex instructores de residencia en pediatría para hacer un diagnóstico y elaborar propuestas "con una mirada amplia que trascienda la situación institucional". De ese encuentro participaron los ex directores Juan Carlos Beltramino y Mariela Alassia, ex instructores Natalia Gamba, Lucas Navarro, Ingrid Schroeder, Gisela Carreño y Gabriela Gea Sánchez junto a la Instructora en funciones María Mónica Ruíz y Fabiana Molina, a cargo de DADI desde 2015 y vicepresidenta 2° de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Alrededor de 12 años demanda la formación de un profesional en Pediatría con subespecialidad. Advierten que la carga horaria, el pluriempleo y el bajo reconocimiento desalientan la formación en este campo de la salud. Foto: Flavio RainaEscenario multicausal
"La residencia es un sistema de formación de posgrado para profesionales del área de la salud, remunerado y de dedicación exclusiva, que se caracteriza por ofrecer oportunidades de práctica intensiva y supervisada en ámbitos asistenciales. La residencia de Pediatría es la base para la formación de recurso humano capacitado para la atención integral de niñas, niños y adolescentes tanto en ambulatorio como internación y la base para el desarrollo de especialidades pediátricas", explica el comité de docencia.
Sin embargo, cuando se evalúa la oferta de cargos y el porcentaje de coberturas de los vacantes para residencias ofrecidas por el Ministerio de Salud de la Nación desde el año 2004, se observa que el incremento en la oferta no se acompañó en igual proporción con un incremento en la cobertura. A este escenario deberían sumarse las ofertas provinciales y de sector privado. Un dato no menor es que considerando los egresados 2017 su número no alcanza a cubrir los cargos ofrecidos en 2019.
Por otra parte, la formación en la residencia es muy dura: "Se trabaja, por lo menos, ocho horas diarias más dos guardias semanales. Se necesita soportar el estrés que implica la atención de niños graves o con enfermedades complejas. Además, tener que duplicar el esfuerzo durante epidemias y catástrofes. Muchos de días feriados y festivos, el médico residente, los pasa trabajando en el Hospital".
¿Para qué tantas exigencias? "Para lograr que un recién egresado de la Facultad de Medicina, con título de médico, pero nula experiencia; al cabo de tres a cuatro años, sea capaz de prevenir y atender las enfermedades de la infancia y adolescencia acompañando la salud".
Precisamente, otro aspecto analizado es el tiempo que demanda la formación en Pediatría: son 6 años de carrera de Medicina, 3 ó 4 de la especialidad y entre 2 y 4 si se realiza una subespecialidad.
A nivel nacional "los pediatras se encuentran en crisis con las condiciones de su ejercicio profesional que se traducen en pluriempleo, condiciones laborales deficitarias, bajos ingresos y escaso reconocimiento profesional".
El déficit de profesionales de la Pediatría "dificulta la cobertura de las guardias y servicios de emergencias. En este contexto la sociedad y los médicos jóvenes ven a la Pediatría como una profesión con excesivas exigencias laborales y escaso reconocimiento económico, una especialidad de gran demanda con un futuro poco promisorio".
Por si todo esto fuera poco, en el diagnóstico evalúan que "muchos jóvenes profesionales ("Milennials" y "Generación Z") dan prioridad a otros proyectos personales y no piensan en un futuro alejado, por lo que los proyectos de formación a largo plazo van perdiendo fuerza".
Propuestas
Frente a esta situación, el comité de docencia e investigación del Alassia elaboró una serie de propuestas de carácter inmediato, y de mediano y largo plazo. Entre las primeras se ubica una alianza estratégica con las Universidades para fortalecer los vínculos previos y generar oportunidades para el conocimiento de la Pediatría como especialidad.
Junto con ello, se plantea el cumplimiento de la Ley de Residencias N° 22127 en todo lo que concierne a derechos y obligaciones para los profesionales en formación, reunión interisnstitucional y con referentes ministeriales para debatir políticas con continuidad y mejorar el trato institucional y las condiciones laborales, tanto del personal en formación como de planta. La salud mental, para posibilitar el cuidado de quienes cuidan, también figura entre las prioridades.
A mediano plazo se plantea que el Estado priorice los cargos de Pediatría, que se promueva la ley de Concursos y la Carrera Profesional dentro del Sistema de Salud y aranceles diferenciales para quienes certifiquen y recertifiquen su especialidad tanto en el ámbito público como privado.
A largo plazo, el planteo es reducir la duración de la formación teórica de la Carrera de Medicina a cuatro años y sumar una cantidad similar de formación de postgrado en servicio como obligatoria. "La complejidad actual y los desafíos de la salud hacen que sea necesaria profundizar la formación no como una opción sino como parte del proceso de aprendizaje de los profesionales de la salud", concluye el documento.
Para el próximo 10 de noviembre está previsto convocar, en el marco de la Dirección Asociada de Docencia e Investigación del Alassia, a referentes de los demás centros de salud donde se realiza residencia en Pediatría y a sociedades científicas para seguir evaluando la situación por la falta de profesionales dedicados a la atención de niños, niñas y adolescentes.