Impulsan uso de plasma de recuperados para tratar a enfermos por Covid-19

La resolución 783 del Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Ginés González García, estableció un plan estratégico para regular el uso terapéutico de plasma sanguíneo de pacientes convalecientes de Covid-19, un procedimiento que se aplicó, por ejemplo, en China y tuvo resultados alentadores.

¿Por qué no se utiliza un adjetivo más categórico? Porque hasta el momento no existe evidencia científica que demuestre que el uso de plasma de pacientes recuperados en quienes están cursando la enfermedad sea realmente seguro y eficaz, pero suma chances para abordar una enfermedad para la que no hay tratamiento certero ni vacuna.

Así lo aclaró un par de días atrás el coordinador de la Dirección de Sangre y Medicina Transfuncional, Daniel Fontana, en el habitual reporte matutino de la cartera de Salud. Este jueves se sumó a la exposición de la cartera sanitaria, el testimonio de Mario Ponce, recuperado de la enfermedad y donante de plasma, quien alentó a otras personas en su misma situación a sumarse a esta convocatoria que está en fase de ensayo clínico.

El Litoral dialogó con Alejandra Vellicce, jefa del Departamento de Hemoterapia del Hospital de Clínicas José de San Martín; un hospital-escuela que depende de la Universidad de Buenos Aires y, previa aprobación del protocolo por parte de la cartera sanitaria nacional, se sumó a este ensayo y espera para este viernes a su primer donante de plasma.


“Ante la pandemia y al ver que no existen tratamientos específicos todavía para Covid-19 y que los reportes que llegaban de China indicaban que la transfusión de plasma de convalecientes había funcionado en enfermos, empezamos a realizar un protocolo de investigación y obtuvimos el aval de Docencia y de Ética del Hospital”, en un trabajo que se hace en conjunto con la Facultad de Medicina de la UBA y está a cargo de un equipo interdisciplinario del hospital.

Desde allí se realiza un seguimiento de los pacientes convalecientes a través de telemedicina y geolocalización. “Una vez que están curados, los contactamos y evaluamos para ver si pueden ser donantes de plasma”, práctica que -como toda donación- es voluntaria y altruista.

Para ello se habilitó un correo electrónico y un teléfono que facilitan el contacto con las personas interesadas.

Hasta el momento fueron incorporadas a este ensayo instituciones sanitarias de Buenos Aires; para otras provincias, “las personas interesadas deberán dirigirse a los bancos de sangre donde recibirán orientación de cómo ser donantes de plasma”. Hecha la consulta en Santa Fe, se supo que está en marcha el pedido para ingresar al protocolo nacional.

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¿Cómo se hace?

Como se dijo, el abordaje en el Hospital de Clínicas está a cargo de un equipo: desde telemedicina que hace la geolocalización de los pacientes, el personal que realiza los hisopados cuando esas personas llegan al control y profesionales de Hemoterapia que intervienen en las entrevistas telefónicas y convocan a posibles donantes de plasma en un espacio destinado especialmente para ese procedimiento que se denomina plasmaféresis. Explicado en palabras simples por Vellicce, “se utiliza una máquina, que es un separador celular, y por centrifugación a través de un equipo descartable conectamos al donante. Una vez allí se separan glóbulos rojos y plaquetas del plasma que es lo que se preserva, mientras que el resto de los componentes de la sangre son devueltos al paciente”.

La cantidad de sangre que se extrae equivale a “menos que una lata de gaseosa”; son 178 mililitros, “por lo que el donante no tiene ningún impacto”. Se pueden donar entre 200 y 600 mililitros, dos veces a la semana y no más de 24 veces al año.

- ¿Qué resultados se obtuvieron hasta ahora?

- Es muy dinámica esta pandemia. Empezamos a elaborar el protocolo con diez pacientes de China que mejoraron después de la transfusión. A nivel internacional se está trabajando con pacientes críticos. En el Hospital queremos abordar a pacientes moderadamente graves que tienen algunas enfermedades previas por lo que pueden presentar complicaciones: queremos evitar esa complicación y que no lleguen a requerir respirador.

- ¿Se utiliza la donación de plasma para tratar otras enfermedades?

- Lo utilizó el Dr. (Julio) Maiztegui para tratar el Mal de los rastrojos (fiebre hemorrágica argentina) y todavía se continúa aplicando. Además, en base a esa experiencia se usó para el tratamiento de la Gripe H1N1, para Sars y Mers con complicaciones respiratorias por coronavirus.

- En el país se abrieron numerosas líneas de investigación para el abordaje de esta pandemia y hasta el momento mostraron un importante nivel de desarrollo. ¿Es optimista?

- En el mundo están desarrollando vías de investigación porque no tenemos tratamiento específico; estamos trabajando todos los días para buscar una solución que nos permita, no sé si volver a la normalidad como la conocíamos antes, pero sí tratar de continuar con nuestras vidas.

- ¿Considera que este es el mayor desafío que tuvo en su carrera?

- Sí, es el mayor desafío para todos. Porque cuando fue la epidemia de gripe H1N1 se pudo controlar, se encontró una medicación. Y ahora llevamos desde diciembre sin encontrar una terapéutica específica para este virus.

- Desde diciembre, es decir, antes de que aparezcan los primeros casos en el país.

- Veníamos haciendo el seguimiento de lo que pasaba a nivel internacional y cuando observamos lo que ocurría en China empezamos a trabajar en el protocolo y sabiendo que íbamos a tener casos en el país: los primeros fueron en marzo. Nuestro objetivo es contar con un banco de plasma para pacientes potencialmente graves y responder con la cantidad adecuada para el pico de la pandemia. El plasma se puede almacenar y congelar; queremos tener un stock de unidades disponible para cuando el paciente lo necesite.

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