Primero es el llamado al 08000-5556549 que habilitó la provincia para la consulta de personas con probables síntomas de COVID-19; luego sigue la toma de muestras a pacientes a través de un hisopado con un equipo que sale todos los días del Cemafe; esas muestras son remitidas al Laboratorio Central donde se procesan y en un plazo de 24 horas se obtiene el resultado que es el que informan las autoridades sanitarias de la provincia en los partes diarios que luego son publicados en todos los medios.
El bioquímico Carlos Pastor es director del Laboratorio Central que desde hace prácticamente una semana comenzó a hacer las pruebas para diagnosticar COVID-19. Antes el material se remitía, como desde todo el país, al Instituto Malbrán de Buenos Aires y luego, como un primer paso de una necesaria descentralización, se habilitó el Cemar de Rosario.
No es la única enfermedad infecciosa que se testea en esas instalaciones: como se verá, la lista de análisis es amplia e incluye la influenza A y B, y dengue, que por estos días atraviesa un nuevo brote.
- ¿Cómo es el proceso, desde que se toman las muestras con el hisopado hasta que se llega al diagnóstico? ¿Todas las muestras llegan al Laboratorio Central?
- Todas las muestras de la región centro-norte, porque para la parte sur de la provincia lo viene haciendo el Cemar, de Rosario. En realidad el proceso comienza un poco antes, en una dependencia del laboratorio donde elaboramos medios de cultivo para la identificación. Esa unidad está produciendo los kits para la toma de muestras para el centro-norte y profesionales del 0800-5556549 donde se reciben las consultas o profesionales del sector privado. Recibimos las muestras, se ingresan al laboratorio, se identifican y clasifican, y se separa la documentación. Esa documentación pasa a una auditoría que hace Epidemiología para analizar cada situación teniendo en cuenta que hay muchos preanálisis que se hacen en el Cemafe donde hay infectólogos. Las muestras que llegan al laboratorio son todas para ser procesadas; son auditadas e ingresan al proceso que demora unas 4 horas. Lo primero que hay que hacer es la extracción del ácido nucleico y después, con reactivos especiales, se ingresa a un aparato Real Time y se hace la detección, amplificación, multiplicación y se ve que haya material genómico o no del virus.
- Desde que la persona llama al 0800 que habilitó la provincia hasta que sabe que tiene Covid-19, ¿cuánto tiempo transcurre?
- En este momento, no más de 48 horas. Las muestras que estamos recibiendo están siendo procesadas prácticamente en un lapso de 24 horas. De acuerdo al momento de ingreso, algunas pueden llegar a ser procesadas en el día, pero en término medio es de 24 horas.
- ¿Cuántas personas están involucradas en este trabajo?
- En el procesamiento estrictamente son cuatro personas, dos profesionales bioquímicos que son los responsables concretos, y dos técnicos con carrera en Biología y manejo de Biología Molecular. Todo el personal está muy preparado y capacitado estrictamente en esta área.
- ¿Los casos positivos que se dieron a conocer en la última semana fueron detectados allí?
- Los casos que son informados diariamente en el parte oficial del Ministerio de Salud que corresponden a centro-norte son detectados por nosotros.
- Las medidas de seguridad deben ser estrictas.
- De por si, este es un laboratorio de enfermedades infecciosas, así que las medidas de seguridad son importantes. En este caso hemos debido extremarlas por la contagiosidad del material que se maneja. Todas las medidas de seguridad se reforzaron, incluso en la circulación del personal dentro del laboratorio y separación de equipos. Todo esto se ha reformulado en función de este tema y de que estamos haciendo frente a otro brote que es el dengue. Tenemos que tener muy en claro toda la situación. Nuestro laboratorio recibe (muestras de) leptospirosis, somos el laboratorio regional para rabia desde hace muchos años (comprende a Santa Fe y Entre Ríos), brucelosis, sitacosis; todas las enfermedades infecciosas.
- Se espera el pico de COVID-19 para mayo así que la demanda va a ir creciendo. ¿Interpreta que se va a tener que ampliar el laboratorio?
- Más que en gente, en equipamiento. Estamos dando respuesta, pero queremos ampliar el equipamiento para duplicar la cantidad de análisis porque el que tenemos es único y compartido para otras patologías. El análisis de biología molecular se utiliza para dengue, leptospirosos, meningitis bacterial.
- ¿Cuantas muestras recibieron para determinar COVID-19 desde que empezaron a hacer las pruebas?
- Aproximadamente 200 muestras. En total llevamos 500, pero antes teníamos que mandarlas al Malbrán (en Buenos Aires) o a Rosario.
- ¿Es un hecho positivo que se hayan descentralizado los análisis? ¿Proporciona resultados con mayor rapidez?
- Sí, porque tenemos la posibilidad de dar una respuesta más temprana sobre si esa persona tiene que permanecer en aislamiento o no. Cuando los casos son positivos se los sigue con la misma prueba de PCR (N. de la R. siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa) y hay que esperar que sea negativa para dar el alta, no solo si la persona está internada, puede estar en su domicilio haciendo la recuperación. Pero la persona está de alta en la patología, es decir que no tiene virus en su organismo.
- ¿Son necesarias una o dos pruebas con resultado negativo?
- La recomendación de OMS son dos pruebas. En Santa Fe tenemos los primeros pacientes que ya dieron negativo y otros siguen positivo, así que hay que seguir estudiándolos.
- ¿Lo preocupa esta situación?
- Sí, porque es incierta. No hay una certeza de evolución; uno hace todo lo posible, se toman todas las medidas para enfrentar las mejores condiciones. Como dice el refrán: “prepárate para lo peor, espera lo mejor”. Se hace todo lo posible para aplanar la curva, para que no haya saturación de los servicios de salud. Solo somos un engranaje muy chico, el mayor peso cae ya sobre la parte asistencial.
- En mi opinión, sí. Si no se hubieran tomado estas medidas habría gente circulando y diseminando el virus, y la cuarentena permite que haya un distanciamiento. Hay otros virus que son contagiosos y diseminables, como la influenza o el sarampión. Pero se puede tener una persona circulando y mientras no encuentre un (organismo) susceptible la transmisión se corta. Además, estamos vacunados contra el sarampión y hay una parte de la población que lo está contra la influenza; entonces es probable que la cadena de contagio se corte. Acá no, somos todos susceptibles y la cadena tiene posibilidades de propagarse. Es lo que ha pasado en otros países.
- ¿Tienen los insumos suficientes para trabajar? ¿Están esperando la llegada de más material?
- Tenemos y estamos esperando la llegada de más material. Las autoridades de la provincia tomaron la decisión de comprar más insumos siguiendo las mismas recomendaciones de kits que se compraron desde Buenos Aires. Además, se prevé la incorporación de otro equipo Real Time. En ese sentido, se toman las medidas adecuadas con las limitantes que sufre todo el país porque los proveedores de insumos importados, que son 3 ó 4, son los mismos y no es que no quieran vender, es que no tienen. Tenemos que importar desde Estados Unidos donde está el pico del brote.
Carlos Pastor está al frente del Laboratorio Central desde 2007. Sin dudas, el actual es el momento más crítico que le tocó atravesar. Pero no sólo por el nuevo coronavirus. “Hemos tenido otros brotes con anterioridad, por ejemplo, de leptospiropsis. Además, yo no estaba al frente en 1998, pero hubo entonces un brote muy grande de sarampión y el laboratorio recibía todas las muestras del país para confirmar. También hubo brotes más localizados de triquinosis”.
Pero lo que ocurre ahora es que hay dos brotes en simuláneo: dengue y COVID-19, “y uno está declarado pandemia; la verdad es que la primera vez que ocurre algo así”.
Como toda actividad relacionada con la salud, en particular con el análisis de enfermedades infecciosas y más todavía en el marco del COVID-19, todo se rige por protocolos. También la manipulación de contenedores de bioseguridad, el procesamiento de las muestras y hasta los pasos que deben seguir el personal para convertirse en gente “disfrazada”, como señala con humor el bioquímico Carlos Pastor. ¿Cuánto tiempo demanda esta transformación? Vestirse con todo el equipo de seguridad lleva unos diez minutos, estima el experto. El tema es cuando la jornada termina y hay que decartar lo descartable y descontaminar lo que puede ser reutilizado. Eso si lleva un poco más de tiempo