Sábado 6.8.2022
/Última actualización 4:52
Las chaquetas rosadas son visibles en el área de Maternidad del Hospital Iturraspe. Son las que identifican a las mujeres que integran el grupo de voluntariado Mamá Corazón que están allí para acompañar a sus pares: otras mujeres que están por parir o que acaban de hacerlo, en la paciente, delicada y vital tarea de amamantar.
Del 1° al 7 de agosto se celebra en más de 170 países la Semana de la Lactancia Materna, y la fecha también es relevante en la Argentina, en Santa Fe y en esa porción del mundo que es la cama o la silla de un hospital.
En el Iturraspe, el lunes la conmemoración fue por partida doble porque además de ponerse en marcha una intensa agenda conmemorativa, el equipo de voluntarias de Mamá Corazón cumplió 20 años. A Elena Forzani le dura la emoción del reconocimiento y se nota en la charla que mantiene un día después con El Litoral.
Es, junto a Silvia de Martini, una de las coordinadoras del grupo que se formó a partir de una invitación radial. "En 2002 el jefe de neonatología Fernando Redondo hizo una convocatoria en el programa de Suzy Tomas. Y yo dije: 'ésto es lo que quiero hacer' ", cuenta ahora. Dos décadas después sigue pensando igual.
En aquel entonces el Iturraspe había asumido el compromiso de ser "Amigo de la madre y el niño", modificado luego por "Amigo de la Lactancia". Y precisamente uno de los objetivos consistía en tener un grupo de apoyo para madres con bebés internados en Neonatología.
"En ese momento se armó un grupo hermoso con mujeres de distintas edades, no necesariamente madres todas pero si con la misma voluntad de acompañar", cuenta Forzani. Eran unas 30, muchas más que ahora. La pandemia hizo lo suyo en la cuestión de condicionar visitas o limitar salidas para las integrantes de más edad, pero no suspendió la tarea en ningún momento, como tampoco la capacitación que es permanente: "Hay mucho por aprender en este acompañamiento que involucra distintas situaciones, alegres y tristes".
- A veces se cree que la lactancia, que es un acto natural, va a salir bien al primer intento y no siempre es así.
- Para nada. A veces se cree que todo se reduce a sentarse en una silla, acomodar al bebé y dar de mamar. Pero no es tan fácil porque se dan muchos factores, no solo en una mamá primeriza sino que a veces llega a ser complejo incluso para una mamá que ya tuvo su primer o su segundo hijo. Cada embarazo y cada parto es diferentes y el acompañamiento es positivo en todo momento.
Es importante la presencia de la enfermera, del personal del hospital, psicólogos, asistentes, médicos pero la tarea de las voluntarias es de mujer a mujer. A veces les cuesta hablar al principio y después empiezan a confiar en nosotras.
Es importante escuchar a esa mujer, tanto a la que está por parir y debe permanecer en reposo, como aquella que tiene un recién nacido, o la que tiene a su bebé en Neonatología. Todas necesitan que las escuchen y las contengan amorosamente. Es una tarea que hace todo el personal del hospital pero las voluntarias podemos dedicarle un poco más de tiempo. Nosotras no hablamos con términos médicos pero tenemos que hablar todos con el mismo mensaje y por eso nos capacitamos, para no confundir a la madre ni al entorno familiar.
- El objetivo de Mamá Corazón va más allá del acompañamiento en la lactancia.
- El objetivo básico es lactancia materna pero, además, hacemos un acompañamiento desde lo amoroso. Después fueron surgiendo otras necesidades. En 20 años hemos cosechado el reconocimiento de la gente y así fueron llegando, por ejemplo, donaciones de pañales porque tratamos de ayudar también desde lo material. Hay muchas necesidades, pero la gente es muy solidaria y ya nos conoce.
- ¿Cuántas son y cómo se organizan?
- Empezamos unas 30 o más en 2002 y las circunstancias de la vida fueron llevando a que los grupos se renueven. No es fácil hacer un voluntariado: es poner el corazón y el tiempo. Estamos organizadas y tratamos de cubrir mañana y tarde en el hospital, también en la residencia de las madres para hablar con ellas y ver si hay alguna necesidad específica.
Con la pandemia fue muy difícil estar presentes en la Neonatología. Pero como a las madres las vemos en la residencia, conocemos sus necesidades. En Maternidad el personal nos indica dónde hace falta nuestra colaboración.
- Una de las consignas de este año es la importancia del acompañamiento familiar y social para que la lactancia se pueda sostener con éxito en el tiempo.
- Hace muchos años que se viene trabajando con este objetivo. El Hospital tiene una política de visitas y participación. Por supuesto que el Covid cambió todo, pero ya se venía trabajando mucho en el acompañamiento de los bebés que están en Neonatologia para que la madre no se sienta tan sola.
Si bien se pide a familiares que no invadan a esa mamá y le permitan disfrutar de ese momento, a veces hay que ayudarlas, explicar técnicas y posturas, siempre teniendo en cuenta que es la madre la que toma las decisiones.
La política del hospital es que el bebé, dentro de las posibilidades, se vaya de alta con lactancia materna exclusiva por todos los beneficios que tiene esa práctica.
- También hay que acompañar a la madre que por alguna razón no puede amamantar.
- Sin dudas. Abordamos casos en que una mamá no puede amamantar; en esos casos lo charlamos y también hay que contenerla. A lo mejor, en una madre que tuvo cesárea demora 72 horas en bajar el calostro, que es importante en los primeros días, y hay que acompañarla en esa ansiedad para que no se sienta frustrada.
También es fundamental el trabajo con las madres que tienen un bebé prematuro en Neonatología; aún así puede ocurrir que al cabo de dos o tres meses se vayan amamantando a ese hijo.
- En tantos años de trabajo, ¿Qué experiencias te marcaron?
- Para mi el voluntariado fue y es un antes y un después en mi vida. Ese día escuché sobre la convocatoria en la radio (en el programa de Suzy Tomas) y supe que era lo que estaba buscando. Ahora estoy jubilada y lo puedo hacer con más libertad pero cuando trabajaba, igual me organizaba y no faltaba. Pero sentirme considerada dentro del grupo de trabajo del hospital es el mayor premio y que las chicas te digan "gracias por lo que me diste" no tiene precio.
Es tan importante que todos aportemos un poquito de tiempo para hacer algo por los demás: el mundo sería diferente si lo hiciéramos. Pero este voluntariado significa asumir un compromiso y hay que saber de qué se trata un hospital y estar en todos los momentos, también cuando fallece un bebé. Porque no todos son momentos lindos.
En cualquier caso y más allá del reconocimiento, con sentir que se puede hacer algo para ayudar, ya está. No necesitás tanto en la vida.
Mamá Corazón está en Facebook. Allí figura un número telefónico para quienes quieran sumarse al grupo de voluntarias. La convocatoria está siempre abierta aunque se aclara que la tarea implica "aceptar un gran compromiso".