Santiago Balague
El jefe del servicio de Electrofisiología Cardíaca del Sanatorio San Martín de Venado Tuerto, contó acerca de la ablación por radiofrecuencia que se realizó hace días y que fue la primera a nivel nacional en paciente pediátrico y sin el uso de rayos X. “Este es el futuro de esta práctica”, afirmó.
Santiago Balague
El pasado 8 de abril, en el Sanatorio San Martín de Venado Tuerto, se vivió un momento histórico para la cardiología argentina, y más precisamente para el campo de la electrofisiología cardíaca, especialidad que trata en forma mínimamente invasiva las arritmias cardíacas, ya que el doctor Alberto Alfie y su equipo, realizaron por primera vez en el país una ablación por radiofrecuencia en un paciente pediátrico de 12 años que padecía un síndrome de Wolff-Parkinson-White sin uso alguno de rayos X.
Según informaron desde el efector privado, este procedimiento se realizó en forma íntegra con el uso de un navegador tridimensional, el cual permite recrear la anatomía cardíaca del paciente mediante catéteres que se ingresan por las venas de la pierna y se avanzan hasta el corazón. La reconstrucción es muy fidedigna, recreando en tiempo real el corazón de cada paciente. Históricamente el procedimiento se basó en el uso de rayos X para ayudar a manipular los catéteres en el corazón, aún cuando se usaba el navegador tridimensional.
Para conocer los detalles de esta intervención, El Litoral dialogó con el Dr. Alfie, hoy jefe del servicio de Electrofisiología Cardíaca del Sanatorio San Martín, quien además se desempeña en diferentes centros médicos del país, principalmente Buenos Aires donde reside. Según explicó el profesional, “una ablación por radiofrecuencia se basa en ingresar al corazón en forma mínimamente invasiva, por medio de catéteres que se insertan por las venas de las piernas, sin utilizar bisturí sin dejar cicatriz. Esos catéteres se ubican en el corazón y con un sistema muy sofisticado de mapeo eléctrico, se puede saber dónde se originan los diferentes cortocircuitos. Con un catéter especial, que emite energía que se llama radiofrecuencia, se quema el foco donde se origina la arritmia”.
Lo revolucionario de este procedimiento es que se convirtió en el primero que se realiza en un paciente pediátrico, en este caso de 12 años. “La niña presentaba un síndrome de Wolff-Parkinson-White, que son conexiones anómalas, entre las aurículas y los ventrículos, es decir entre las cámaras altas del corazón y las bajas, que provocan cortocircuitos y arritmias muy rápidas, que pueden ser potencialmente mortales, a través de muertes súbitas”, contó Alfie. A modo de ejemplo, recordó que el actor y comediante Minguito, en 1994, cuando esta tecnología empezaba a aparecer en el mundo, murió por una arritmia de estas características.
Según precisó, el síndrome de Wolff-Parkinson-White, es una enfermedad congénita, es decir de nacimiento, y se caracteriza por tener síntomas de palpitaciones o incapacidad de poder hacer o tolerar el ejercicio, ya que “cuando el chico corre su corazón va a 240 por minuto, con el riesgo que eso implica”, precisó. Y añadió: “Lo que se hace es sacar esas conexiones de más, para que los chicos tengan una vida completamente normal. Es una enfermedad que no se trata con medicamentos, sino que la solución son estos procedimientos mínimamente invasivos”.
El médico especialista en electrofisiología cardíaca, a su vez explicó que “no hay que esperar a la edad adulta, sino que hacerlo en edad pediátrica en beneficioso para que el paciente tenga una vida normal”. Asimismo, recordó que a esta paciente de 12 años le habían aconsejado esperar hasta los 18 para hacer el procedimiento, pero “con un buen entrenamiento se puede hacer en chicos para que tengan una solución en edad temprana”, enfatizó.
En este caso puntual, la paciente permaneció menos de 24 horas internada para control y monitoreo, y luego recibió el alta. “En una semana ya estaba haciendo deportes y empezando una vida normal”, señaló.
Una de las innovaciones que se incorporó en este procedimiento fue que se desarrolló sin la utilización de rayos X, que hasta el momento servían “para ver cómo los catéteres ingresan al corazón”. Sin embargo, desde el año 2005 aparecieron en Argentina los navegadores tridimensionales no fluoroscópicos, que son equipos que permiten ingresar los catéteres al corazón y hacerlos “pasear” por toda la cavidad cardíaca para recrear la anatomía del corazón de cada paciente en tiempo real.
Cabe recordar que este tipo de práctica comenzó en la década del '90 y se fue (aún sigue) perfeccionando, lo que requiere una capacitación constante de quienes la realizan. “Es una especialidad que avanza rápidamente con las nuevas tecnologías”, afirmó. Y destacó: “Lo que hicimos el 8 de abril es el futuro, lo que se va a hacer en los próximos 20 años, ya que el procedimiento se hizo íntegramente con el navegador, sin necesidad de aplicar rayos X, sabiendo que son pueden ser dañinos para la salud, tanto para el paciente como para los operadores. Fue como haber estado trabajando en un centro pediátrico de Estados Unidos, donde ya las prácticas se hacen sin rayos X”.
El Dr. Alberto Alfie, quien además es médico de planta del Hospital Posadas, trabaja en centros médicos de Buenos Aires, lidera proyectos de investigación desde hace muchos años y tuvo una formación integral en Canadá, resaltó que estos equipos que permitieron desarrollar esta innovadora intervención “están en Venado Tuerto, en el Sanatorio San Martín, a disposición de los vecinos de toda la región, sin la necesidad de tener que trasladarse a otros centros médicos de las grandes ciudades como Buenos Aires, Rosario o Córdoba”.
De todos modos, remarcó que no son avances que se logran de la noche a la mañana, sino que hay un equipo profesional y humano que viene desde hace tiempo trabajando para llegar a este procedimiento. “Podemos dar solución a todas las arritmias cardíacas en Venado Tuerto”, sentenció.