Se presentó una nueva calculadora en línea, impulsada por la iniciativa HEARTS de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y basada en tablas publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019. Es una herramienta que permite estimar de manera sencilla el riesgo a 10 años de infarto agudo de miocardio, ictus y muerte por causas cardiovasculares en seis regiones de las Américas: Andina, Caribe, Central, Norte, Sur y Tropical.
“Considero que ahora podemos decir que tenemos en las manos un instrumento robusto que nos ayuda a evaluar el riesgo cardiovascular y mejorar el cuidado de nuestros pacientes”, aseguró el doctor Pedro Orduñez, salubrista, epidemiólogo y asesor regional para la prevención y control de enfermedades cardiovasculares de la OPS y líder de la iniciativa HEARTS en las Américas, durante un encuentro virtual en el que se presentó la herramienta.
La calculadora está basada en tablas de riesgo elaboradas por la OMS en 2019 para 21 regiones del globo a partir de una extensa revisión de 85 cohortes que involucraron 376.177 individuos y 19.333 eventos cardiovasculares registrados durante un seguimiento de 10 años. Las tablas fueron recalibradas y validadas para la población de las distintas regiones, incluyendo las Américas y fue pensada para personas de entre 40 a 75 años.
Las tablas de 2019 “partieron de modelos multivariados, pero con complejos ajustes para cada región, de acuerdo con la carga de enfermedad y otros parámetros, sin ninguna fórmula para estimarlo”, indicó el doctor Carlos Tajer, jefe de cardiología del Hospital de Alta Complejidad El Cruce, en Florencio Varela, Argentina, quien lideró el proyecto para transformar esas tablas de colores en calculadoras validadas simples de usar que funcionan para cada una de las seis regiones de las Américas, con o sin datos de laboratorio de colesterol.
El doctor Marc Jaffe, jefe de endocrinología del Kaiser Permanente Medical Center en San Francisco, Estados Unidos, añadió: “Es un instrumento fantástico. Toma todos los conocimientos del experto y los pone a nivel de un conocimiento generalizado, por lo que puede ayudar en muchos lugares, sobre todo en entornos de atención primaria”.
Según la página de la OPS que describe la calculadora y precisa instrucciones para su uso, la difusión de esta herramienta puede ayudar a los médicos a calcular de forma rápida el riesgo cardiovascular y a dialogar con los pacientes para analizar en qué medida el riesgo puede ser modificado. También intenta ayudar a personas inquietas por su salud, facilitando que puedan estimar la necesidad de una consulta médica cuando indica que el riesgo no es bajo.
Sin embargo, la calculadora “no sustituye el juicio clínico y tampoco significa automedicarse. Nos guía a tomar una mejor decisión en el ámbito clínico”, aclaró Orduñez.