Agustina Mai
La obra social provincial solicitó el permiso para importar esta droga para dos niños con parálisis cerebral y otro con epilepsia.
Agustina Mai
amai@ellitoral.com
Dos niños con parálisis cerebral y un tercero con epilepsia, que no respondían a los tratamientos tradicionales, se convirtieron en los primeros afiliados al Instituto Autárquico Provincial de Obra Social (Iapos) en acceder al aceite de cannabis como una alternativa medicinal.
A través de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), la obra social provincial importa el aceite de cannabis para el uso compasivo de estos tres afiliados. Esto implica que el organismo nacional analizó caso por caso para definir si autorizaba o no la importación de este medicamento.
“El profesional que prescribe el aceite de cannabis tiene que justificar y acompañar el pedido con una serie de documentación, especificar qué terapias se usaron y los resultados obtenidos. Hasta ahora, en la obra social provincial tenemos tres pedidos de neurólogos para dos niños con parálisis cerebral y otro con epilepsia refractaria, que ya fueron autorizados por Anmat y el Iapos pagó el aceite de cannabis para estos pacientes”, detalló el ministro de salud, Miguel González.
A estos tres casos, ya se sumaron otros dos pedidos de niños con patologías que no responden a las terapias habituales. “Son casos muy puntuales”, aclaró el funcionario y comentó que, además de los cinco pedidos formales, la obra social comenzó a recibir consultas de neurólogos infantiles y de profesionales de las unidades de cuidados paliativos.
Autorizaciones
En Argentina no está permitido el uso científico ni medicinal del cannabis. Pero en octubre de 2015, la Anmat autorizó por primera vez la importación de aceite derivado de esta planta para Josefina, una nena de 3 años diagnosticada con Síndrome de West, que sufría 300 convulsiones diarias hasta que esta droga la estabilizó y le permitió una mejoría notable. Si bien Josefina todavía no habla, puede caminar, hace equinoterapia, va al jardín y juega con su hermano mayor.
A partir de este caso, este organismo nacional permitió que otros 100 pacientes importaran el aceite de cannabis. En nuestra ciudad, Patricia Molina y Mariela Schneider fueron las primeras madres en conseguir esa autorización y suministrar la nueva medicación a sus hijos.
Consultado acerca de la necesidad de contar con una ley que posibilite el uso medicinal del cannabis, el ministro respondió: “En la Cámara de Diputados de la Nación hay varios proyectos para incorporar el aceite de cannabis como alternativa medicinal. Pero entendemos que si la Anmat ya autoriza la importación, no es imprescindible contar con una ley, aunque sí sería ordenador para clarificar en qué casos estaría permitido”.
La cuestión pasa por la escasa evidencia científica que hay en torno al uso del cannabis medicinal, aunque los padres de niños que usan esta droga -y los profesionales que los atienden- dan cuenta de grandes mejorías. “Hay una controversia acerca de su efectividad porque el número de pacientes tratados es muy acotado. Hasta que no esté comprobada su efectividad, en base a investigaciones y parámetros científicos, no sería una opción terapéutica de primera línea”, concluyó el titular de la cartera sanitaria provincial.
La semana pasada, el Hospital de Niños de Santa Fe Dr. Orlando Alassia dio un paso histórico al convertirse en el primer efector público del país en el que se organizó una jornada sobre uso medicinal de la marihuana.