El 10 de noviembre, a las 18 horas, el médico y jefe de la División Toxicología del Hospital Fernández de la Ciudad de Buenos Aires y director de la ONG FundarTox, Carlos Damin, disertará sobre un tema que preocupa: el de las drogas en Argentina en un contexto de pandemia. La iniciativa es de Fundación OSDE, en el marco de un ciclo de charlas, y es abierta a toda la comunidad. La transmisión será en vivo, por el canal de YouTube de Fundación OSDE.
El Litoral tuvo la posibilidad de entrevistarlo a los fines de introducir el tema y conocer algunos aspectos que seguramente serán más desarrollados en su disertación del martes.
-Drogas y pandemia es una mala combinación porque el encierro, las preocupaciones, etc., llevan a la depresión y la depresión puede derivar en el consumo de drogas. ¿Es así? ¿Por qué?
-Cuando uno habla de drogas y pandemia hay que diferenciar si hablamos de drogas legales, como por ejemplo el alcohol, los medicamentos o psicofármacos, o si hablamos de sustancias ilegales, como la cocaína.
Y si hablamos de pandemia no podemos dejar de decir que, entre otras cosas, hay un aislamiento obligatorio. Es esto último lo que nos ha llevado a confirmar que en realidad es el aislamiento el que generó muchas alteraciones familiares, no sólo porque la gente no estaba acostumbrada a convivir con su familia todo el tiempo y con sus hijos todo el tiempo sino que además estuvo sin trabajar, encerrado… Todo eso, en este contexto de pandemia, hizo que aumentara la ansiedad de esa persona, se altere su sueño, haya conflictividad familiar y aumenten, en muchos casos, los consumos de alcohol y de psicofármacos.
El consumo de alcohol y de psicofármacos son dos cosas que aumentaron claramente intradomiciliariamente con la pandemia y el aislamiento.
No se si hubo un aumento real de depresión, sí de ansiedad, de patologías psicológicas y más aumento de ciertos consumos. Pero esto es un círculo vicioso: mas alcohol o mas psicofármacos, más agresividad, más conflictos familiares y se vuelve a repetir la rueda.
-¿La pandemia pudo generar recaídas en quienes atravesaban un proceso de recuperación por adicciones? ¿Por qué?
-Cuando hablamos de recaídas también depende de las sustancias que sean y el grado de adicción de la persona. Por ejemplo, según datos del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la UBA, un 25% de ex fumadores pensó en volver a fumar durante la pandemia pero no lo hizo y casi un 40 % de actuales fumadores aumentó la cantidad de tabaco diario.
Con relación a las sustancias ilegales notamos que personas que no consumían, por toda esta situación de encierro, aislamiento, conflictos familiares pensaron en volver a consumir. Algunos lo hicieron y otros no.
No tenemos cifras sobre la cantidad de personas que pudieron haber recaído pero sí sabemos que muchos, que al principio tuvieron una imposibilidad de conseguir drogas, luego de dos meses volvieron a consumir lo que consumían o hasta otras sustancias.
-¿Se nota un incremento en el consumo de drogas desde marzo a esta parte?
-Yo haría dos distinciones. Hubo durante la pandemia y el aislamiento un retroceso franco y claro del consumo de alcohol, marihuana, psicofármacos y sustancias sintéticas en los adolescentes y adultos jóvenes. Esto tiene que ver con que el alcohol se consume, por ejemplo, en ocasiones sociales como pueden ser cumpleaños o previas a boliches. Sin embargo, hubo durante la pandemia y el aislamiento un aumento intradomiciliario del consumo de drogas. Por ejemplo, el de alcohol fue de un 40 %
De las sustancias ilegales el consumo bajó los primeros dos meses de pandemia pero después regresó. Y de las sintéticas sí se nota una merma porque se consumen en ocasiones sociales, como en fiestas electrónicas. Nadie consume una droga sintética solo digamos.
-¿El estado qué debería hacer o por lo menos tener en cuenta en el marco de esta problemática y la pandemia?
-Al estado le queda claramente el rol de prevenir. Algún trabajo se que se está haciendo desde la Sedronar. Por otro lado, queda la educación o la prevención en la venta de alcohol a mayores que no esta regulada. Los mayores aumentaron su consumo, por lo que al Estado le queda aplicar políticas de prevención. Insistir con el cuidado de la salud y la promoción de hábitos saludables. Ese es un rol indelegable.
Respecto al rol de los actores sociales hay distintas organizaciones no gubernamentales que están trabajando y lo hicieron desde que comenzó la pandemia. Desde FundarTox, ONG que presido, hemos seguido trabajando y lo seguimos haciendo porque es un tema que nos preocupa y ocupa.
-¿Qué le diría usted a alguien que por la pandemia cree haber encontrado su refugio en las adicciones?
-Las sustancias en abuso, cualquiera sea ella, no es un refugio para nadie en ninguna circunstancia. Sea en un contexto de pandemia o no. El consumo y abuso de sustancias agravan siempre los problemas. Si alguien tenía problemas de soledad, de depresión, económicos o familiares previos a la pandemia y buscó refugio en alguna sustancia seguro agravó esas situaciones.
Los psicofármacos asociados al alcohol aumentaron la violencia familiar, cosa que esta clara con el numero de denuncias que se hicieron en estos meses. Por eso nunca es un refugio el consumo de sustancias. Y quienes creyeron que lo era solo agravaron sus problemas.
El doctor Carlos Damin es médico. Posee un doctorado en la Universidad de Buenos Aires. Es especialista en Toxicología, Medicina del Trabajo y Salud Pública. Jefe de la División Toxicología del Hospital Fernández de la Ciudad de Buenos Aires. También es profesor titular de Toxicología de la Facultad de Medicina de la UBA e integrante de la Red Científica Internacional de la Comisión de Drogas y Crimen de Naciones Unidas. Es el director de FundarTox.