En la Argentina aproximadamente 4 millones de personas son asmáticas. Se registran 15.000 internaciones debidas a crisis asmáticas (exacerbaciones), y a pesar de contar con tratamientos adecuados, todavía mueren por asma 400 personas al año. Si bien el asma es muy conocido y frecuente, persiste a nivel mundial cierta falta de información y educación que dificulta el buen manejo de esta enfermedad.
Debido a que compromete principalmente a la población más activa de la sociedad, se estima que genera ausentismo escolar en aproximadamente el 60% de niños asmáticos y una pérdida de productividad laboral promedio del 35%.
Si bien esto ha mejorado en las últimas dos décadas, aún hay mucho por hacer. Desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) se estima que uno de cada 3 pacientes todavía no logra controlar adecuadamente su asma, es decir, sigue con síntomas o experimenta crisis.
La exposición hogareña a alérgenos, humos (de cigarrillo) y las infecciones virales pueden colaborar en el posterior desarrollo de asma.
"Tener el asma bajo control significa no presentar síntomas, no tener limitación para las actividades diarias, no necesitar medicación aliviadora rápida o de rescate (o necesitarla muy poco) y tener una función respiratoria normal. Educarnos mediante programas específicos o la práctica diaria de la consulta médica, ha demostrado aumentar los niveles de adherencia al tratamiento, mejorando de esta manera los niveles de control del asma", explica el Dr. Manuel Ibarrola, co-coordinador de la sección Enfermedades Obstructivas de la AAMR.
-¿Qué es el asma y cuáles son sus síntomas?
-El asma es una enfermedad en la que se genera una inflamación crónica de los bronquios, lo cual lleva a estrechez de los mismos. Esto se manifiesta como falta de aire, dolor u opresión en el pecho, tos persistente o silbidos al respirar. Estos síntomas generan una limitación en las actividades diarias, desde la práctica deportiva hasta actividades tan cotidianas como caminar o bañarse.
Distintas personas pueden presentar distintas características, así como una misma persona puede presentar variaciones en la forma en la que el asma se manifiesta a lo largo del tiempo.
Conocer también la posible existencia de condiciones asociadas que pueden empeorar los síntomas, o ser factores que dificulten el manejo del asma aún con un tratamiento adecuado, mejora el control del asma, ya que promueve la consulta y, por lo tanto, el control de enfermedades coexistentes (rinitis crónica, sinusitis crónica, reflujo gastroesofágico, obesidad, medicamentos concomitantes, tabaquismo, etc.)
-¿Cuáles son sus causas?
La causa del asma aún se desconoce, pero los mecanismos de esta inflamación están bastante claros. Gracias a múltiples estudios de grandes poblaciones, hoy se sabe que -además de la predisposición genética- muchos factores en la vida cotidiana y, sobre todo, en la infancia generan una mayor propensión y contribuyen a la falta de control.
Especialmente en los primeros tres años de vida, la exposición hogareña a alérgenos, humos (de cigarrillo y/o de leña), la contaminación ambiental y las infecciones virales pueden colaborar en el posterior desarrollo de asma. Muchos de ellos son evitables y, en general, afectan en mayor medida a poblaciones con bajos recursos socioeconómicos.
-El asma se puede controlar en más del 90% de los casos con un diagnóstico y tratamiento adecuados, por tanto, los pacientes pueden disfrutar de una buena calidad de vida.
No todas las personas con asma reciben el mismo tratamiento, éste varía en función de la gravedad de la enfermedad. Sin embargo, al tratarse de una enfermedad inflamatoria, el mejor tratamiento son los inhaladores con corticosteroides, que son antiinflamatorios seguros para el paciente y pueden utilizarse solos o asociados a broncodilatadores.
Cabe destacar que, al tener síntomas tan variables con periodos de tiempo asintomáticos, muchos pacientes suelen abandonar los tratamientos, algo que no debe hacerse. Por ese motivo, es importante que cada paciente conozca las características de su enfermedad y pueda reconocer los síntomas de empeoramiento (exacerbación), para actuar precozmente en su manejo.
El objetivo del tratamiento es que la persona se sienta bien, sin síntomas, sin limitaciones en sus actividades diarias, y que logre la misma calidad de vida que alguien sin asma. Sin embargo, un grupo significativo de pacientes todavía no alcanza el mejor control posible de su enfermedad.
Las herramientas para el manejo de las enfermedades crónicas son muchas y muy variadas. La consulta médica y el conocimiento de la enfermedad por parte del paciente son pilares fundamentales, ya que representan las puertas a través de las cuales se facilita el acceso a dichas herramientas.
"Desde la AAMR tenemos entre nuestros principales objetivos difundir y facilitar el acceso a la información en la comunidad, persiguiendo la meta de optimizar el manejo del asma en todo el país.", finaliza el Dr. Ibarrola.