El mes de noviembre es sinónimo de aumento de temperaturas y de precipitaciones intermitentes, además de un incremento de horas con luz solar; es decir, las condiciones óptimas para que se desarrollen y eclosionen los huevos que colocaron las hembras de mosquitos a fines de marzo y abril. Por eso es un muy buen momento para incrementar las tareas de prevención del dengue, cuyo vector es el Aedes Aegypti, y esto se logra desde cada vivienda con una tarea simple y barata: el descacharrado.
Luego del brote de casos que se registró a fines de 2019 y varios meses avanzado 2020, incluso en convivencia con la pandemia por coronavirus, las acciones oficiales de prevención, que siempre están presentes, se incrementaron junto con una fuerte acción barrial. El resultado es un descacharrado sistemático y asistido que se está desarrollando en distintos barrios de la ciudad y que ya dio buenos resultados -de esos que se miden en cifras- en Pompeya.
Así lo explicaron este jueves por la mañana el director de la Región Santa Fe de Salud Rodolfo Rosselli junto con Mariana Maglianese, responsable de Control de Vectores de la cartera sanitaria provincial. Ambos convocaron a la prensa en el Centro de Salud N.º 8, ubicado en barrio San Martín.
"Estuvimos trabajando en la prevención del dengue con tareas de descacharrado y, luego, la intensidad de la pandemia nos obligó a retirarnos de la actividad territorial", dijo Rosselli e inmediatamente aclaró que en ese período se realizaron capacitaciones destinadas a los equipos de salud y desde mediados de octubre se retomó la actividad presencial.
Se trata de equipos interministeriales que involucran, además de Salud, a Desarrollo Social y a municipios y comunas para "hacer una actividad conjunta".
La tarea se inició con los barrios donde se registró un mayor número de casos de dengue en el brote de 2019-2020, entre ellos, Pompeya. Allí se recorrieron 52 manzanas "y se visitó casa por casa para hacer actividades preventivas de descacharrado".
En este punto, Maglianese apuntó que este es el segundo año consecutivo que se realiza esta tarea y "ya tenemos cifras para comparar". "El año pasado encontramos en Pompeya que había un 88 % de viviendas de bajo riesgo y un 12 % con riesgo mediano o alto" (en alusión a las condiciones de propagación del mosquito). Ahora terminamos de procesar los datos de este año y encontramos que la cantidad de viviendas con bajo riesgo creció al 95 %". Para la experta, está claro que ese es el resultado de una tarea hecha a conciencia para eliminar los potenciales criaderos de mosquitos, de manera que, de ocurrir un caso de dengue, las posibilidades de transmisión van a ser mucho menores si la densidad de insectos disminuye.
Maglianese se mostró "muy orgullosa" del equipo de trabajo que participa de las tareas de concientización: "Son jóvenes con mucha empatía y sentido social", definió. Una vez que se llega a la vivienda, el grupo conversa con quienes habitan allí y se inicia un descacharrado con dos características: es sistemático porque se hace en todo el barrio, y asistido porque se busca el apoyo de los mismos vecinos para ordenar ese espacio.
En este punto, hizo una aclaración: "Descacharrar no es solamente sacar lo que no sirve; es eso y dar vuelta aquello que sí sirve para que no siga acumulando agua. Si hay recipientes con agua y no se los puede eliminar porque la persona los necesita, se los deja tapados en forma hermética. Una vez terminado este trabajo nos vamos de ese lugar luego de saber que esos patios están cien por ciento neutralizados. Así se disminuye el riesgo de enfermedad".
La misma tarea que se concretó en Pompeya se repetirá en las 50 manzanas de barrio San Martín. Pero la misma técnica de eliminar lo que no sirve, poner hacia abajo los recipientes que pueden juntar agua, cambiar con frecuencia el agua de los bebederos que utilizan las mascotas (y limpiarlos) y cerrar los recipientes que contienen líquido y no pueden ser eliminados es una tarea simple que, multiplicada por cuadra, manzana y barrio, puede hacer la diferencia en la proliferación del dengue.