Un total de 44 médicos realizaron en la Fundación Hospitalaria, en el barrio porteño de Núñez, la primera separación en la historia argentina de siameses unidos por genitales, sistema urinario y aparato digestivo.
Con la participación de 44 profesionales de la medicina, en la Fundación Hospitalaria se realizó la primera separación en la historia argentina de siameses unidos por genitales, sistema urinario y aparato digestivo.
Un total de 44 médicos realizaron en la Fundación Hospitalaria, en el barrio porteño de Núñez, la primera separación en la historia argentina de siameses unidos por genitales, sistema urinario y aparato digestivo.
La operación se realizó el pasado 22 de junio y de la misma participaron urólogos, anestesistas, cardiólogos y cirujanos plásticos, entre otros profesionales.
Los pacientes fueron Gianluca y Santino, dos bebes que nacieron como siameses isquiópagos unidos por periné, por lo que el caso era de alta complejidad.
Por esta razón, los médicos debieron hacer antes una prueba con muñecos que duró cerca de dos horas y en la cual practicaron todos los pasos de la cirugía.
Luego llegó el momento de realizar la operación real, en la que los especialistas debieron separar los aparatos digestivos y urinarios de los menores, pero cuidando de conservar los músculos y respetar la anatomía de cada uno de los dos hermanos.
De acuerdo con lo que publicó el diario Clarín, que relató la historia de estos siameses, la separación de los bebés en la Fundación Hospitalaria duró alrededor de 9 horas.
La familia de Gianluca y Santino llegó a este centro de salud cuando la madre de los niños fue informada, un año atrás, que protagonizaba un embarazo de alto riesgo porque sus hijos estaban "unidos por la pelvis".
La obra social de los padres los derivó a este lugar, donde un equipo interdisciplinario atendió el caso y siguió la evolución de los bebés hasta el momento de la separación.
Luego de la intervención, los hermanos estuvieron 10 días internados hasta que les dieron el alta y volvieron con sus padres a su casa.
Alejandra Lafont, jefa del Servicio de Pediatría, le explicó a Clarín que "el post quirúrgico fue bastante sencillo, lo más difícil y complejo ya había ocurrido".
"Hoy podemos verlos separados, jugando, sonriendo, relacionándose y sintiendo el cuerpo de una manera diferente", celebró la médica.