La caída de un párpado, aunque sea temporal, es molesto para quien lo padece. Hay casos en donde dura más tiempo y eso puede originar cansancio visual y problemas en la visión. Esta patología puede afectar a personas de cualquier edad aunque su incidencia es mayor en los adultos.
Los párpados caídos o ptosis palpebral, también es conocida con el nombre de blefaroptosis. Se trata de un descenso en el párpado superior, por lo que el ojo afectado estará más tapado de lo normal.
El Hospital Universitario Austral brindó información sobre los problemas palpebrales más frecuentes y su manejo.
“Muchos pacientes suelen consultar sobre los problemas tanto de híper como de hipoactividad de los músculos faciales. Los problemas relacionados con la hipoactividad de los músculos faciales o parálisis facial quizá sean los que la gente más conoce. Pero se conocen menos las alteraciones de hiperactividad facial”, explica Rodolfo Vigo, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Austral (MN 1030053).
Un caso resonante fue el de Katy Perry. La artista estadounidense perdió el control de su párpado derecho durante un concierto y el video se hizo viral.
Si bien se desconoce qué le pasó a la cantante, algunos médicos creen que podría tratarse de un espasmo hemifacial. Este episodio dio la posibilidad de hablar y conocer sobre este trastorno del sistema nervioso en que los músculos de un lado de la cara se mueven de forma involuntaria.
Tipos de palpebrales
De acuerdo con el especialista, entre las condiciones relacionadas con la hiperactividad de los músculos faciales figuran las mioquimias orbiculares. “Es una alteración o anomalía frecuente, que se caracteriza por una contracción involuntaria del párpado superior o inferior. Los movimientos anormales son rápidos, con duraciones de un segundo. Entre sus causas más habituales están el estrés, el cansancio o el consumo excesivo de alcohol y café”, detalla.
“Al tratarse de un proceso autolimitado, rara vez dura más de una semana. Lo que se indica es bajar el estrés y el consumo de alcohol o café. Si persiste unos días se puede colocar toxina botulínica. Este tratamiento representa un antes y un después, ya que tiene un efecto debilitador de los músculos que se inyectan”, señala el especialista.
Otra de las condiciones relacionadas es la de los tics faciales, que son movimientos involuntarios de un grupo de músculos de la cara. “En la mayoría de los casos, el paciente no se da cuenta de que está realizando los movimientos. La condición se puede manifestar como un espasmo unilateral del ojo y de un lado de la cara o de ambos”, observa el médico.
“Si se produce en niños, recomendamos consultar al pediatra, ya que puede constituir un signo de algún problema más grave, familiar o escolar. En los adultos, generalmente puede guardar relación con el estrés. No obstante, las inyecciones de toxina no se recomiendan con los tics faciales”, asegura.
El espasmo hemifacial, a su turno, es otra de las condiciones asociadas. Consiste en una contracción rápida e involuntaria de todos los músculos de un lado de la cara. “Cuando diagnosticamos este problema, pedimos una resonancia magnética para descartar la presencia de compresión vascular o tumoral del nervio facial. Pero, por lo general, el estudio de la resonancia es normal. El tratamiento de elección es la toxina botulínica y los efectos suelen durar entre cuatro y seis meses”, indica Vigo.
Por último, el blefaroespasmo esencial es la cuarta condición vinculada con hiperactividad de los músculos faciales. Se caracteriza por un parpadeo incontrolable de ambos ojos. “Se cree que la causa es una degeneración progresiva del sistema nervioso central por ganglios basales”, precisa el experto.
“La mayoría de los pacientes mejora con la colocación de toxina botulínica alrededor de los ojos y la ceja. También existe la opción de resecar los músculos perioculares. Suele durar un poco menos que el espasmo”, completa el oftalmólogo especialista en cirugía de párpados, órbita y vías lagrimales.