Un pequeño ensayo clínico de una droga entre pacientes con cáncer de colon obtuvo un resultado sorprendente en Estados Unidos al lograr una remisión total de la enfermedad en las dieciocho personas que participaron de la investigación.
Los resultados del estudio generan enormes expectativas, aunque aún se deben replicar las pruebas en una población mucho mayor.
Un pequeño ensayo clínico de una droga entre pacientes con cáncer de colon obtuvo un resultado sorprendente en Estados Unidos al lograr una remisión total de la enfermedad en las dieciocho personas que participaron de la investigación.
Los resultados del estudio, publicado el domingo en la revista científica New England Journal of Medicine, generan enormes expectativas, aunque sus propios autores reconocen que no se puede hablar de una cura hasta no replicar las pruebas en una población mucho mayor.
“El cáncer desapareció en todos y cada uno de los pacientes; se tornó indetectable tanto en el examen físico como en las endoscopías, tomografías y resonancias magnéticas. Hubo muchas lágrimas de alegría”, contó la oncóloga Andrea Cercek, coautora del estudio, al presentarlo en la conferencia anual de la Sociedad de Oncología Clínica de Estados Unidos.
“No se conoce ningún otro estudio de un tratamiento que haya borrado por completo los rastros del cáncer en todos los pacientes analizados. Creo que es la primera vez que ocurre en la historia de la lucha contra el cáncer”, resaltó su colega Luis Díaz, del Centro de Oncología Sloan Kettering, coautor de un estudio patrocinado por la farmacéutica GlaxoSmithKline.
El ensayo tenía la finalidad de investigar las posibilidades de que un tipo de fármacos conocidos como “inhibidores de punto de control inmunitario” -en este caso puntual, el dostarlimab-, permitiera a las personas con cáncer de colon evitar la quimioterapia, la radiación y la cirugía, que suelen ser el tratamiento tradicional.
Para realizar el ensayo, los investigadores optaron por reclutar pacientes con cáncer de colon localmente avanzado, tumores que se habían diseminado en el recto y en algunos casos a los ganglios linfáticos, pero no a otros órganos.
Enmarcada en lo que se conoce como inmunoterapia, este tipo de drogas desenmascara las células cancerosas y permite que el propio sistema inmunológico las identifique y destruya. A fin de probar su efectividad los voluntarios del estudio recibieron dosis cada tres semanas durante seis meses, con un costo de alrededor de 11.000 dólares por dosis.
La primera paciente tratada fue Sascha Roth, una comerciante de 38 años oriunda de Maryland, que en 2019 había sido diagnosticada con la enfermedad. Cuando estaba a punto de arrancar con la quimioterapia en la Universidad de Georgetown, un amigo le insistió en que primero consultara a un equipo de investigadores del Centro Sloan Kettering. La mujer se enteró así que su cáncer incluía una tipo de mutación que hacía poco probable que respondiera bien a la quimioterapia. La buena noticia era que eso la volvía candidata para participar en el ensayo clínico.
"No se conoce otro estudio de una droga que haya borrado por completo el cáncer"
Como no esperaba que la eficacia del dostarlimab fuese absoluta, Roth ya había planeado mudarse a Nueva York para recibir radiación, quimio, y posiblemente someterse a una cirugía tras concluir el ensayo.
Al concluir el estudio, los investigadores le informaron que en sus tomografías no se veían ya rastros del cáncer en absoluto. “Cuando le conté a mi familia, no me creían”, relata Roth, quien dos años después sigue sin evidencias de la enfermedad.
“No sabemos cuánto tiempo tiene que pasar hasta poder confirmar que esa respuesta clínica total a la droga dostarlimab equivale a una cura”, aseguran los investigadores al señalar que si bien los resultados son “notables” es necesario replicarlos a una escala mayor.