La situación de los médicos intensivistas ante el Covid
Terapias: oxígeno escaso, falta una droga clave y los profesionales están "al límite"
El oxígeno para las camas de terapia intensiva es limitado, y los especialistas de la primera línea de fuego están "quemados" de cansancio. Además, un relajante muscular para adaptar cada paciente a un respirador no se está consiguiendo. Alta ocupación en centros de rehabilitación para personas que quedaron con secuelas.
Archivo El Litoral / Télam El año pasado el personal tenía al ciento por ciento la cabeza, con entusiasmo, con mucha garra y fuerza. Hoy está fundido, física y emocionalmente. Yo también , dijo Pendino. La foto es sólo ilustrativa.
"Hoy la situación es realmente 'complicadita'", le dice a El Litoral el Dr. Juan Carlos Pendino (63), rosarino, médico intensivista e integrante de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) por la provincia de Santa Fe. El diminutivo es, en realidad, una muletilla casi retórica: de hecho, la situación que se vive en las terapias intensivas donde se atienden pacientes Covid se acerca al límite.
Pendino fue entrevistado por este diario en septiembre de 2020. Fue en las puertas del primer pico de contagios (que tocó techo el 20 de octubre, con casi 3 mil enfermos en 24 horas en toda la bota santafesina). "El recurso humano está viviendo una situación sumamente crítica", decía en aquel entonces. Esto no cambió: los intensivistas hoy están "quemados" de cansancio y sacan fuerzas de donde no tienen para seguir. Pero ahora se suman otros factores que pueden agravar la situación.
Gentileza Juan Carlos Pendino
Juan Carlos Pendino - Foto: Gentileza
El oxígeno tiene un tiempo de duración determinado. "Los pacientes con Covid que están en camas respiradas consumen altísimas concentraciones de oxígeno. Sea por medio del respirador, por una máscara de oxígeno o cualquier dispositivo que le provea ese vital elemento", explica. Y grafica con un ejemplo: "Nosotros respiramos un 21% de concentración de oxígeno; un paciente Covid requiere concentraciones de hasta el 100%, cinco veces por encima de lo que respira una persona sana".
El oxígeno es transportado en un camión, que se lo descarga en un depósito principal y de ahí se provee a todo el hospital. "Habitualmente los pacientes sin Covid requieren la tercera parte o la mitad del porcentaje que requieren los pacientes que cursan esa enfermedad; ahora éstos requieren el doble o el triple. Se consume más el oxígeno y hay más demanda. El oxígeno escasea. Así de simple", explica Pendino.
Pero además hay una droga, un relajante muscular -que se utiliza para adaptar a los pacientes al respirador- "que ya no se está consiguiendo. Todo esto va haciendo que la situación sanitaria se vuelva difícil de sostener", advierte Pendino. Esta realidad, lo que pasa en la primera línea sanitaria, ocurre en el resto de los efectores públicos y privados de Rosario y en la ciudad de Santa Fe: "Estamos al borde", es su preocupante pronóstico.
Otro agravante con respecto a la primera ola: "Ya está colapsado todo lo que es el nivel de rehabilitación de pacientes recuperados de Covid a los que les quedaron secuelas, sobre todo en la parte privada. En este momento se hace muy difícil descargar a un paciente de terapia intensiva a sala general, y luego a alguno de los centros de rehabilitación, porque éstos ya están muy ocupados. De esto se hablaba el año pasado, pero no se veía. Ahora lo estamos viendo".
Pero además, está el recurso humano. "Por más que tengas 200 camas preparadas con todo el equipamiento (asistencia respiratoria mecánica), faltan médicos especializados para manejar esas camas con pacientes. Si no lo entendieron en la primera ola de contagios, se entenderá ahora con la segunda. Es inevitable", advierte.
-¿Le queda resto de fuerzas al personal sanitario de las terapias intensivas? Porque esto no paró, desde el inicio de la pandemia…, consultó El Litoral a Pendino.
-Mis colegas están fundidos. El año pasado tuvimos la ventaja de la cuarentena prolongada, que evitó que hubiera 30 mil muertos en poco tiempo en el país. Y se equiparon los hospitales. Había en aquel entonces mucho entusiasmo entre los profesionales. Sabíamos que nos enfrentábamos a algo grande pero se sentía hasta alegría en los preparativos logísticos. Hoy, me canso de escuchar: "No puedo más". El 2020 el personal tenía al ciento por ciento la cabeza, con entusiasmo, con mucha garra y fuerza. Hoy está fundido, física y emocionalmente. Yo también.
Otro mensaje
"Esto es una catástrofe sanitaria. Pero la gente no lo ve de ese modo como podría ver un desastre natural, un terremoto, una inundación, pues en estos casos le afecta a todo el mundo. La gente no ve lo que pasa dentro de los hospitales. Entonces, creo que el mensaje tiene que ser diferente a los distintos sectores de la población. Porque con un mensaje uniforme, ya está probado que no hay resultados. Sabemos que una personas de más de 65 años se cuida, pero los chicos y jóvenes no. Estamos cansados de ver las reuniones sociales y afectivas entre éstos, y ahí está el principal foco de contagio", considera el médico.
¿Y la incidencia de la ocupación de camas no Covid? El Hospital Centenario de Rosario, en el que trabaja Pendino, es una especie de "salvoconducto" cuando se saturan los hospitales Eva Perón y el Provincial. "Hoy el Centenario está relativamente bien. Pero qué pasa: que por más que se esté bien preparado con las camas, de golpe llegan 7 ú 8 pacientes y ahí se hace muy difícil", dice.
"En el Centenario habilitamos una terapia intensiva (antes intermedia) para pacientes que no cursan Covid. ¡Pero se nos está llenando! Por ejemplo, alguien que se lesiona haciendo un deporte de riesgo o un accidentado en moto: se fractura y ese paciente no tiene dónde lo atiendan. Es una realidad. Se hace muy complicada la atención de ese paciente no Covid y ya nos pasó en la primera ola, el año pasado", dice el médico intensivista.
El límite de decidir
-Se habla de que entrar en un colapso sanitario implicaría que un médico deba decidir, entre cuatro pacientes que necesitan una cama con respirador, quién vive y quién no. Esta situación extrema, ¿podría darse en la provincia, tal como viene la escalada de contagios?
-En la primera ola, eso no ocurrió afortunadamente. Para nosotros llegar a esa instancia sería muy complicado. Porque tenemos un promedio de gente relativamente joven, de 60 años y menos. Hay paciente de 47, 50, 52 años.
Con la población que tenemos, decir: "A este le damos una cama respirada, a este no" sería muy difícil. Es gente sin enfermedades graves, que se contagiaron trabajando, por ejemplo, porque estaban en la calle. Y son pacientes que están internados de 15 a 20 días.
A veces esto se considera cuando un paciente (que ocupa una cama crítica) está muy grave, su cuadro es irreversible, y aparece lo que se llama el "encarnizamiento terapéutico", sea Covid o no Covid. Pero nadie quiere llegar a eso. Ojalá que ese límite de "decidir" no nos pase.