Ya se han autorizado ocho vacunas para uso de emergencia contra la enfermedad COVID-19 en el mundo después de un desarrollo récord en menos de un año. En esa carrera veloz, los ensayos para evaluar seguridad y eficacia se hicieron con voluntarios adultos, y los resultados fueron positivos. Hoy se sabe -y quedó demostrado con los planes de vacunación en los diferentes países- que las vacunas dan una alta protección. Pero la mayoría de las niñas y los niños del mundo aún no tienen acceso a las vacunas, y hay varias razones que explican el por qué de la demora para protegerlos.
Igualmente, ya algunos países han decidido aplicar las vacunas en las infancias. El 18 de agosto, China autorizó el uso de la vacuna de Sinopharm en niños de 3 a 12 años, después de completar las fases 1 y 2 de ensayos en ese grupo de la población. Informaron que el 96,1% de los vacunados con dos dosis habían producido anticuerpos y que no se registraron efectos secundarios graves. También Emiratos Árabes Unidos tomó la misma decisión con la misma vacuna desarrollada en China.
En la Argentina, aún no hay vacunas autorizadas para menores de 12 años. Pero recientemente el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Carla Vizzotti, informó que está en contacto con los Emiratos Árabes y China, países que están “vacunando a niños de entre 3 y 12 años” para que “envíen esa información” para evaluar en el futuro incluirlos en los esquemas de vacunación. También recientemente se anunció que parte de las vacunas de Pfizer/BioNTech que llegarán al país se aplicarán en adolescentes sin factores de riesgo pronto.
Tenés que leerDetectaron 5 casos en Santa Fe de cuadros inflamatorios en niños que padecieron CovidEn el mundo, hay 100 ensayos clínicos sobre diferentes vacunas en desarrollo para COVID-19. Varios ensayos clínicos en curso están enfocados en la población infantil. Para el 15 de setiembre próximo se esperan los resultados de un ensayo en Rusia sobre la vacuna contra el COVID-19 Sputnik V, que fue desarrollada por el Instituto Gamaleya.
Además, las empresas Moderna y Pfizer/BioNTech iniciaron a principios de este año los ensayos clínicos de las vacunas para niños menores de 12 años. Los datos se presentarán ante la autoridad regulatoria, la Administración de Alimentos y Medicamentos (la FDA), para que los funcionarios revisen y decidan la autorización de uso de emergencia en el grupo de edad más joven.
En este momento, con el impacto creciente de la variante Delta del coronavirus, que es de mayor contagiosidad, y el inicio de las clases en el hemisferio Norte, hay más familias con temor por el potencial impacto del COVID-19 en los niños y se preguntan cuándo podrán vacunarlos.
En el caso de las vacunas de ARN mensajero de Pfizer/BioNTech y Moderna los ensayos clínicos de sus vacunas en niños menores de 12 años empezaron en marzo pasado. La vacuna de Pfizer, que la semana pasada recibió la aprobación total de la FDA para personas mayores de 16 años, es la única vacuna que fue aprobada para niños de entre 12 y 15 años.
Las vacunas desarrolladas por Moderna y Johnson & Johnson han recibido una autorización de emergencia para su uso en personas de 18 años o más en Estados Unidos. A finales de julio, la FDA pidió a Pfizer y Moderna que aumentaran el número de niños incluidos en los ensayos clínicos en un esfuerzo por aprender más sobre los efectos secundarios raros. Varios funcionarios federales de salud de Estados Unidos han estimado que las vacunas podrían autorizarse en niños de 5 a 11 años antes de fin de año.
“Los casos graves de COVID-19 en 2020 se registraban más en adultos mayores y personas con comorbilidades. Por eso, las niñas y los niños no fueron incluidos inicialmente en los ensayos clínicos para contar con las vacunas. Pero en esta segunda etapa de la pandemia, los casos de COVID-19 se registran en las personas no vacunadas. Dentro de esta población no vacunada, están los niños. Por eso, ahora se pasó a poner más atención en el desarrollo de ensayos que los incluyan”, comentó la infectóloga Liliana Vázquez, es miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y médica de la Clínica Maternidad Suizo Argentina y el Sanatorio Finochietto.
Tenés que leerSancti Spíritu: preocupa el aumento de contagios Covid en niños“La demora en vacunar a los chicos también tiene que ver con que se necesita probar que las vacunas también son seguras y eficaces para ese sector de la población. Hasta ahora hay publicada información sobre una vacuna en mayores de 12. Sabemos que hay estudios que se están haciendo a partir de los 6 meses, pero aún no están difundidos los resultados”, agregó la doctora Vázquez.
“Otra razón de la mayor atención en las vacunas para los chicos es que ahora se sabe que para lograr el efecto rebaño por la vacunación y bajar la circulación del coronavirus se necesita alcanzar a un mayor número de personas. Por eso, será necesario vacunar a los chicos. Pero hay que esperar resultados de los ensayos clínicos para garantizar que accedan a inoculantes tan seguros y eficaces como los que ya recibieron los adultos”, señaló la infectóloga.
En Estados Unidos, el director de los Institutos Nacionales de Salud, Francis Collins también brindó días atrás una explicación sobre por qué aún se demora la vacunación para los chicos. “Sé que mucha gente está realmente ansiosa por ver cómo avanza”, dijo Collins. “Es una situación difícil porque los niños menores de 12 años no son sólo pequeños seres humanos en miniatura. Tienen diferencias en su metabolismo, su sistema inmunitario, así que, por ejemplo, la pregunta: ¿Cuál es la dosis que hay que dar? ¿Le das la misma dosis a un niño de 6 años que a alguien de 30? Probablemente haya que analizarlo”.
El doctor Anthony Fauci, el mayor experto en enfermedades infecciosas de EE.UU., fue consultado en el programa The Today Show si la vacuna COVID-19 para niños menores de 12 años podría aprobarse antes de diciembre. “Creo que hay una posibilidad razonable de que así sea”, respondió Fauci, y añadió que Pfizer y Moderna están recopilando ahora datos sobre la seguridad de las vacunas, la dosis correcta y la capacidad de las vacunas para generar una respuesta inmunitaria.