La preocupación por la viruela del mono ha aumentado significativamente en los últimos años, especialmente después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la emergencia sanitaria internacional debido a su propagación.
Comparten algunos síntomas, pero tienen causas, formas de transmisión y complicaciones muy distintas.
La preocupación por la viruela del mono ha aumentado significativamente en los últimos años, especialmente después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la emergencia sanitaria internacional debido a su propagación.
En Argentina, aunque se han registrado casos de viruela del mono, es importante destacar que en algunas situaciones, los síntomas pueden confundirse con los de la varicela, otra enfermedad infecciosa conocida por su contagiosidad y síntomas cutáneos.
Sin embargo, estas dos enfermedades, aunque pueden parecer similares a primera vista, tienen diferencias importantes en cuanto a su origen, síntomas, complicaciones y métodos de prevención.
Desde la aparición del primer caso de viruela del mono en Argentina en 2022, se han registrado un total de 1.157 casos confirmados, con la mayoría ocurriendo en ese mismo año. De estos, dos resultaron en fallecimientos, lo que subraya la gravedad potencial de esta enfermedad.
La viruela del mono, causada por el virus MPXV, es una infección vírica que puede propagarse de persona a persona, generalmente a través del contacto cercano con las lesiones cutáneas o mucosas de una persona infectada. Este virus pertenece a la familia de los orthopoxvirus, lo que lo diferencia claramente del virus varicela-zóster, responsable de la varicela.
El virus de la varicela y el de la viruela del mono son dos patógenos distintos, lo que se refleja en las diferencias en sus síntomas y en los grupos de personas a quienes afectan.
La varicela es extremadamente contagiosa y afecta principalmente a los niños no vacunados. Afortunadamente, en Argentina, la vacunación contra la varicela está incorporada en el Calendario Nacional de Vacunación, lo que ha reducido significativamente la incidencia de esta enfermedad en la infancia.
En contraste, la viruela del mono ha mostrado un patrón de transmisión diferente, afectando mayoritariamente a adultos jóvenes en su pico de actividad sexual. Esta enfermedad no tiene una vacuna específica disponible, lo que subraya la importancia de la prevención y el control de los brotes.
Una de las características más distintivas de la viruela del mono es la formación de lesiones cutáneas que pueden evolucionar rápidamente hacia pústulas y costras, a menudo acompañadas de inflamación de los ganglios linfáticos.
Estas lesiones suelen aparecer en áreas específicas del cuerpo, como la región anal y genital, la cara y las extremidades. En personas inmunosuprimidas, las complicaciones pueden ser más graves, incluyendo infecciones secundarias y proctitis.
Por otro lado, la varicela se presenta con una erupción cutánea que afecta todo el cuerpo, incluyendo el cuero cabelludo, y las lesiones evolucionan a costras que causan intensa picazón. Aunque la varicela es generalmente una enfermedad benigna, las complicaciones pueden surgir en personas con sistemas inmunológicos debilitados, especialmente si las lesiones se infectan con bacterias.
En términos de prevención, la varicela cuenta con la ventaja de la vacunación, que ha sido clave para reducir la incidencia de la enfermedad en Argentina. Desde 2022, se ha incorporado una segunda dosis de la vacuna contra la varicela en el calendario de vacunación infantil, lo que ha contribuido a una protección más sólida entre la población.
Para la viruela del mono, la prevención se centra en evitar el contacto cercano con personas infectadas y en medidas de higiene rigurosas. Dado que la transmisión puede ocurrir a través de superficies contaminadas, como ropa y toallas, es fundamental mantener una buena higiene personal y evitar compartir objetos con personas que presenten síntomas de la enfermedad.
Aunque la varicela y la viruela del mono pueden parecer similares debido a sus síntomas cutáneos, es crucial reconocer las diferencias entre ambas para un diagnóstico y tratamiento adecuados. Mientras que la varicela es una enfermedad de la infancia con una vacuna disponible, la viruela del mono es una infección que afecta principalmente a adultos jóvenes y requiere medidas de prevención específicas.
Ante la sospecha de cualquiera de estas enfermedades, es fundamental consultar con un profesional de la salud para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones.